Decenas de centros educativos en España han transformado sus cubiertas para instalar placas fotovoltaicas. Colegios e institutos las utilizan para acercar al alumnado esta forma de creación de energía a través de una fuente renovable
A María José Herrera, directora del instituto Aljada de la localidad murciana de Puente Tocinos, le inundó la alegría cuando le dijeron que este sería de los primeros centros en disfrutar de placas solares en su tejado. Desde entonces, se han valido de esta intervención para enseñar a los más de 1.300 alumnos que pueblan cada día sus aulas la importancia de las energías renovables y el funcionamiento de las placas fotovoltaicas, pero también cómo la financiación europea ha sido crucial para llevar adelante este proyecto. No son los únicos. Los fondos de la Unión Europea se materializan en decenas de instalaciones de este tipo en colegios e institutos de toda España.
El IES Aljada tiene más de 40 años de historia. Sufrían filtraciones continuas, lo que se traducía en goteras que impedían el normal funcionamiento del centro. “Fue una alegría recibir la noticia de que repararían el tejado, pero más aún cuando supimos que esto vendría acompañado con la instalación de las placas”, cuenta esta directora. De los 70 kilovatios (kW) que tienen contratados, 15 ya los producen las placas. “El ahorro económico es muy importante. Ronda los 3.500 euros al año”, agrega.
La transformación llegó al instituto en 2022. Esto supuso una forma perfecta para intentar explicar al estudiantado el funcionamiento de las placas. En su caso, lo hicieron a través de lo que llaman la “semana de confluencia” que celebran todos los años. Así lo explica Herrera: “Todos los departamentos organizan actividades en torno a un eje común, que desde hace un tiempo son los objetivos de desarrollo sostenible, así que los temas sobre ahorro energético, sostenibilidad y energías renovables han sido una constante”. Por ejemplo, en una de estas semanas de divulgación, diseñaron una maqueta de una ciudad en la que incluyeron una suerte de placas solares para explicar el ahorro energético que conllevan.
Las familias también son conscientes de que las placas están aportando al centro una gran cantidad de la energía que necesita para funcionar. “No se pueden ver, pero se sienten. El alumnado y sus padres y madres saben que están ahí”, sostiene. Herrera considera que la financiación europea ha sido “esencial” para poder realizar esta instalación. “Están siendo un revulsivo muy importante en la mejora y modernización de todos los centros”, comenta. En este sentido, el IES Aljada utiliza el Día de Europa para dar a conocer al estudiantado todos estos proyectos realizados a través de fondos comunitarios.
Del amianto a las placas solares
En el caso concreto de Murcia, desde su Consejería de Educación trabajan con el objetivo de reducir hasta en 8 grados la temperatura en el interior de los centros educativos. También pretenden mejorar el aislamiento térmico, ahorrar un 30% en la factura eléctrica e incrementar el confort para alumnado y docentes. Según señalan a eldiario.es, este Plan de eficiencia energética y reconversión bioclimática 2020-2027, financiado en parte con fondos europeos, incluye un total de 166 actuaciones en centros de 38 municipios de la Región, con un presupuesto de 27 millones.
Este 2025, el Gobierno regional llevará a cabo obras de cambio de cubiertas e instalación de placas solares en 15 centros educativos, con una inversión de 5,5 millones de euros. Con las nuevas obras previstas se habrá ejecutado más de la mitad del Plan. Por otra parte, otro Programa orientado a la rehabilitación de edificios públicos financiado en parte por el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia también recoge la posibilidad de instalar placas solares fotovoltaicas.
Miguel Zamora dirige el colegio Francisco Caparrós en Mazarrón, también en Murcia, con más de medio siglo de antigüedad. Por él pasan cada día 520 críos de 3 a 12 años. Su alegría llegó cuando le dijeron que por fin retirarían el amianto de la cubierta como actuación previa a la instalación de las placas: “Nosotros sufríamos continuos cortes de luz, y eso lo notaban los alumnos. Desde que tenemos las placas se han reducido muchísimo. Según me dijeron, podemos llegar a tener 15,6 kW de energía acumulada gracias a ellas”, indica.
Él lleva nueve años al frente de este colegio en el que utilizan las placas para acercar las energías renovables en la asignatura de Ciencias Naturales. “Intentamos explicar a los pequeños realmente qué hacemos por el medio ambiente con estas placas, y ellos mismos ven cómo gracias a esa energía ahora podemos utilizar pantallas digitales y tener aire acondicionado en las aulas y el comedor. La temperatura ha bajado dos o tres grados en el interior del colegio”, ilustra Zamora, quien se describe como “un simple director” que desconoce si todo esto podría haberse ejecutado sin la financiación europea.
Techo de un colegio de Canarias donde se han instalado paneles solares financiados por la Unión Europea.
Los tejados, explotados por comunidades energéticas
Quien sí conoce bien la importancia de estos fondos es el director general de Infraestructuras y Equipamientos de la Consejería de Educación de Canarias, Iván G. Carro. “Utilizamos las ayudas europeas para conseguir un ahorro en el consumo y en la factura eléctrica pero también para promover la sostenibilidad de los centros”, introduce. Comenzaron con un proyecto piloto con siete centros, básicamente en Fuerteventura y Lanzarote.
Lo ampliaron a 14 centros más, y ahora acaban de adjudicar un tercer expediente que incluye 27 nuevos colegios e institutos. “Sin las ayudas europeas, que financian el 80% de cada proyecto, esto hubiera sido muy complicado de llevar a cabo porque los fondos propios están muy ajustados”, sostiene.
En Canarias, asimismo, han impulsado un proyecto pionero a nivel estatal. Han cedido la cubierta de siete centros educativos de La Palma para que sean explotados durante 25 años por una comunidad energética, entidad que ha llevado a cabo la instalación fotovoltaica con fondos europeos. “Ceden al centro el 15% de la energía producida, un 2% va destinada a las familias vulnerables que haya en dos kilómetros a la redonda, y el resto se lo reparten entre los integrantes de la comunidad”, explica el mismo Carro.
Alumnos que instalan las placas
Este director general recalca que desde el principio idearon las intervenciones energéticas ligadas a la parte educativa: “Hemos relacionado la instalación de placas con las enseñanzas de formación profesional que se dedican a esta materia. Incluso alumnado del grado superior ha hecho prácticas con la Dirección General”.
Más allá de enseñanzas específicas, la llegada de las placas solares a los colegios e institutos canarios ha acarreado que los cursos más avanzados de secundaria y los de bachillerato puedan conocer de primera mano su funcionamiento. “Esto entra dentro de la autonomía de cada centro, pero nos consta que muchos utilizan las pantallas que instalamos en las que cualquier persona pueda ver la monitorización de la producción de energía para explicar cómo operan”, desarrolla el mismo Carro.
A día de hoy, en torno a un 60% de los centros educativos en Canarias de titularidad regional ya cuenta con placas solares en sus tejados. “El objetivo es llegar al 100%, por lo que necesitamos seguir recibiendo fondos europeos, ya sean Next Generation o Feder”, concretiza el director general e integrante de la Consejería de Educación antes de incidir en que la instalación fotovoltaica es la partida que más consume estos fondos.
Una forma de transmitir valores
Juan Manuel García dirige el IES Tinajo, en la zona norte de Lanzarote, parte de ese 60% que ya cuenta con placas en su tejado. Los 470 jóvenes que en él aprenden han terminado ya este curso 24-25, justo el primero en el que el instituto goza de las placas solares. “Tenemos instalados unos 25 kW y, en principio, cuando las placas producen no necesitamos consumir de la red. En el monitor que instalaron se ve perfectamente que hay momentos que generamos tanta energía que la vertimos a la red”, subraya en referencia a lo ya comentado por Carro. En su caso, cifran en un 80% el ahorro mensual en la factura de la luz.
La perspectiva pedagógica llega cuando en cualquier asignatura se abordan temas como la tecnología y la digitalización, las energías renovables, el consumo energético o el cuidado del medio ambiente. “Hemos realizado pequeños proyectos con el alumnado ligados a las placas. Por ejemplo, con un grupo de bachillerato hicimos un diseño de un motor de seguimiento del sol para que las placas siempre pudieran generar lo máximo posible”, ejemplifica el director.
García sostiene que la instalación fotovoltaica se puede enlazar con muchas materias de manera transversal. “Es un pretexto idóneo para hablar de ellas en tecnología, digitalización, tecnología e ingeniería, física y química, e incluso biología y geología”, arguye. Este mismo director concluye: “Las placas dan pie a transmitir los valores que tenemos que tener en cuenta ahora más que nunca, como es la incorporación de las energías renovables en los más jóvenes”.