Janine Mercado Rodríguez falleció con 26 años y embarazada de ocho meses en las inundaciones del 29 de octubre: «Fue lo más doloroso de mi vida, me han matado en vida», dice su madre, que enarbola la ecografía
Hemeroteca – La jueza de la DANA pide un informe que acredite el embarazo avanzado de una fallecida para contabilizar otra víctima
Mary Rodríguez Vivancos no se separa desde hace meses de un cartel que reza: “Justicia por mi hija Janine y mi nieta Escarlett”. El cartel, con el que llega a una entrevista con elDiario.es y que la acompaña cada mes en las manifestaciones contra la gestión de la catástrofe, incluye una ecografía del vientre de su hija, que murió embarazada de ocho meses el pasado 29 de octubre, cuando la dana le pilló en la zona del polígono de Riba-roja intentando volver a su casa de Godelleta. La alerta automática sonó en su teléfono móvil mientras trataba, desesperada, de acceder al punto donde Janine se había refugiado de la inundación: “Nos quedamos ahí, esperándola a ella, por si respondía, y en eso sonó la alarma, eran las ocho y once. Todo el mundo yo creo que ya estaba muerto a esa hora”. Janine Mercado Rodríguez, nacida como su madre en Santa Cruz (Bolivia) y trabajadora del sector del transporte, tenía 26 años. “El día 8 de agosto va a cumplir 27 años”, dice Mary. La víspera de la dana se había tomado el día libre para comprar el carrito de la bebé y el 30 tenía previsto pedir la baja médica. Entretanto, aquel fatídico 29 de octubre, murió. Ese mismo día empezó una búsqueda que duró varias jornadas: “Fuimos nosotros a todos los hospitales y nadie nos daba resultados, claro, si mi hija estaba muerta por ahí”. El otro hijo de Mary, tras sobrevivir él también a la riada, hizo un llamamiento en redes sociales a la comunidad boliviana para tratar de localizar a su hermana desaparecida. “El 4 de noviembre la encontramos, a mí no me dejaron verla, yo solamente la vi un poquito, su barriga”, relata la mujer. “Para mí fue lo más doloroso de mi vida, me han matado en vida”, dice entre lágrimas en el despacho de su abogado, Guillem Ribera, del bufete Brotsanbert.
El letrado solicitó a la jueza de la dana, la magistrada Nuria Ruiz Tobarra, que se amplíe el informe de la autopsia de Janine para acreditar que, el día de autos, estaba embarazada de ocho meses. La instructora, en una resolución del pasado 26 de junio, aceptó la petición al Instituto de Medicina Legal de València, para que los familiares de la joven fallecida puedan obtener el “oportuno reconocimiento e identificación” en el Registro Civil, según explicaba la jueza de Catarroja. Escarlett sería así la víctima 229 de la dana. La magistrada, reconocida por su empatía con las víctimas, ha destacado en sus últimas resoluciones el avanzado estado de gestación de Janine. “El objeto de este procedimiento es el análisis del fallecimiento de 228 personas, una de ellas embarazada de ocho meses, la ausencia de decisiones para salvaguardar a la población y la normativa aplicable al caso”, afirmaba en un auto dictado del 16 de junio.
“Yo tengo la esperanza de que la jueza está haciendo bien las cosas y que va a haber justicia”, dice Mary. Diametralmente opuesta es su opinión sobre el “sinvergüenza” y “cara dura” del president de la Generalitat, Carlos Mazón, que la mañana del 29 de octubre empalmó varios actos ajenos a la dana y luego estuvo desconectado en una larga comida en el restaurante El Ventorro a pesar de la alerta roja, de que su Gobierno ya había solicitado la activación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Utiel y de que la situación se descontrolaba a medida que ríos y barrancos se desbordaban. “Me da una impotencia porque, claro, él no estaba en su puesto, donde tenía que estar y pasó lo que pasó por eso”, afirma Mary.
Mary Rodríguez, este martes acompañada por su abogado, Guillem Ribera.
La mujer asistió la víspera de la entrevista con este diario a un intento por parte de la Asociación de Víctimas Mortales dana 29-O y de los Comités de Reconstrucción de entrega en el Palau de la Generalitat de una carta a Carlos Mazón, coincidiendo con el segundo aniversario de su llegada a la presidencia autonómica: “Nosotros esperándolo ahí y ni siquiera él se apareció ni nada, se salió por la puerta de detrás. Pero después anda diciendo que él constantemente tiene contacto con las víctimas, pero nunca se ha acercado a nosotros, nunca nos ha dicho nada. Una de las del grupo dice que le ha llamado para hablar con ella, pero no, no lo hemos querido aceptar porque es muy tarde. Muy tarde y no queremos nada”.
El president, a diferencia de la exconsellera Salomé Pradas y del exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, no figura como investigado en la causa por su condición de aforado, tal como ha reiterado la jueza. La instructora ofreció el pasado 10 de marzo al jefe del Consell la posibilidad de que declarara voluntariamente, una opción que Mazón declinó. “Lo único que pedimos es la dimisión y que se vaya, que pida perdón y que se vaya a la cárcel”, afirma la madre de Janine.
El duelo: “Me siento muy sola”
Mary encuentra cierto consuelo en la movilización de la ciudadanía que acude cada mes a las manifestaciones contra la gestión de la catástrofe, a las que ella siempre asiste con su cartel: “Me ayuda un poco porque nos sentimos apoyados, pero no es suficiente”. También ha recibido ayuda de una entidad jesuita, que le ha proporcionado atención psicológica. “Ahora me está viendo una psicóloga especializada en duelo que han solicitado ellos mismos, dicen que están pagando diez sesiones, recién van dos. Necesitaba mucha ayuda psicológica porque me siento muy sola también”, cuenta.
¿Y la Generalitat? “Siempre nos han abandonado, nunca han estado con nosotros”. “Ni ese día siquiera del velorio de mi hija nadie se apareció, ni siquiera vino uno a decirme: ¿necesitas ayuda o algo? Nada”, lamenta la madre de la finada. Mary insiste en sus críticas al jefe del Consell: “Siempre vamos a por Mazón y Mazón siempre se va de escapada, nunca viene a mostrar la cara. Porque es un sinvergüenza, no tiene un poco de pena por las víctimas, por lo que hemos pasado. Y él muy tranquilo, que se ríe y se ríe de nosotros. Es un cara dura”.
Detalle de la camiseta de Mary, con una foto de su hija y una ecografía de su nieta.