Miguel Tellado será el próximo secretario general del partido y Ester Muñoz la sustituirá como portavoz en el Congreso para tapar fugas hacia Vox, que repunta en las encuestas y aleja el posible gobierno en solitario que anhela un Feijóo que tienta a Junts con «poner el contador a cero»
La metamorfosis madrileña de Feijóo
El PP reforzará su discurso más duro en el XXI Congreso Nacional que se celebrará este fin de semana en Madrid. Alberto Núñez Feijóo ha desvelado quiénes serán sus principales referentes: Miguel Tellado, secretario general; Ester Muñoz, portavoz en el Congreso. Aunque quedan algunos cargos importantes por desvelarse (como la continuidad o no de Borja Sémper como portavoz del partido), Feijóo apuesta por el ala más extrema para la ofensiva final contra el Gobierno de coalición y ante el repunte de Vox. “El país necesita políticas de altura”, dijo Tellado tras ser ascendido. “Gobierno de puteros y corruptos”, replicó Muñoz ante los medios.
El PP ha entrado en los días previos al XXII Congreso Nacional, extraordinario, y Feijóo ha comenzado a desvelar algunas de sus decisiones más relevantes. El lunes fue la despedida de Cuca Gamarra como ‘número dos’ del partido, aunque la riojana, un ejemplo de supervivencia política, se mantendrá en el Comité de Dirección al frente de las carteras de Interior, Defensa y Justicia.
La progresión de Tellado se daba por descontada hace días en el PP, aunque muchos albergaban la esperanza de que Feijóo hiciera un congreso más político que orgánico. Es decir, más centrado en las propuestas que en los cambios internos. Otros pensaban que, además, lo “políticamente correcto” indicaba que Feijóo tenía que mantener a una mujer como su ‘número dos’.
También Ester Muñoz se había confirmado como una estrella emergente desde 2024 y en el PP muchos auguraban para ella un papel relevante en el equipo de Feijóo. En los últimos meses, ha ido sumando minutos de televisión y radio, intervenciones parlamentarias y ruedas de prensa en la sede nacional del partido en detrimento de Sémper. En los últimos días, hubo quien se barruntó que el guipuzcoano podía salir de su puesto.
Los cambios anunciados por Feijóo (están por ver los que faltan) no dejan mucho espacio para la conjetura política. Tellado y Muñoz son dos perfiles duros. Durísimos. El hasta ahora portavoz parlamentario fue el autor de una de esas frases que parecen destinadas a sobrevivir con el paso del tiempo, a cuenta de la ley de amnistía y el fiasco de su jefe de filas: “Por permitir esta humillación creo que debería irse de este país en un maletero el propio Pedro Sánchez”.
Entonces era todavía vicesecretario de Organización. Porque Tellado siempre fue el responsable orgánico del PP de Feijóo. Tanto en Galicia como tras su desembarco en Madrid. Solo el breve espacio en el que ha ocupado la portavocía del Congreso ha levantado la vista de las cuestiones internas. Y no del todo.
Aunque parecía que sí, la cumbre del discurso de Tellado estaba todavía lejos. Aquella frase, pronunciada en 2023, ha dejado paso a otras más graves. En sus últimas intervenciones en la sala de prensa del Congreso, el próximo ‘número dos’ de Feijóo llamó “forajido” al presidente del Gobierno. Según el diccionario de la Academia, un “delincuente que anda fuera de poblado, huyendo de la justicia”.
Tellado ha tachado de “autócrata” al líder socialista, y no ha tenido ningún remilgo en atacar a la familia de Pedro Sánchez. Antes planteó el despliegue de la Armada en aguas del Atlántico para impedir la llegada de migrantes a las costas canarias, aunque no explicó cómo debían proceder los militares españoles para hacerlo. También anunció una ley para ilegalizar a ERC, Junts e incluso el PNV, todos defensores del derecho a la autodeterminación.
Desde que es portavoz del PP ha protagonizado en el Congreso continuas broncas con la presidenta, Francina Armengol, y su habitual sustituto, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, a quien gritó “mafia” desde el escaño por una decisión con la que no estaba conforme.
La directriz marcada para las sesiones parlamentarias ha sido la de la bronca continua, el pataleo, el insulto al contrario por lo bajo. El estruendo en la bancada popular está programado y forma parte de una estrategia que seguirá pese al relevo al frente de la Portavocía. Como decían hace unas semanas a este medio desde la dirección del grupo parlamentario, “es una figura imprescindible dentro de esta guerra en la que parece que algunos viven contentos”.
Y todo apunta a que Ester Muñoz cumple los requisitos para ser esa “figura”. Con más experiencia política de la que podría parecer por su edad y por haber estado alejada de los focos mediáticos estatales, la diputada leonesa se ha destacado desde su aterrizaje en la dirección del PP como una de las portavoces más duras. Suya es la frase: “Hace cien veces más daño que una mujer permita que la usen para blanquear el machismo que un Íñigo Errejón o un señor Ábalos”.
Este mismo miércoles, tras el anuncio de su ascenso, Muñoz confirmó el continuismo con la estrategia de Tellado. “La única medida urgente a tomar es sacar del Gobierno de España a quienes han metido la corrupción y la prostitución en el Gobierno de España”, dijo en su primera intervención ante los medios. También arremetió contra Sumar porque, dijo, “a pesar de estar en un Gobierno con corruptos o puteros se mantienen con coche oficial, en la moqueta”.
Muñoz descartó pactos de Estado con el PSOE e ironizó cuando le preguntaron qué opina de que la tilden de ‘hooligan’: “Es un cumplido. Teniendo en cuenta las personas en las que se fija para ser su mano derecha [en referencia a Ábalos y Cerdán], es normal que mi perfil no le guste”.
Hace unos días, en una entrevista con Federico Jiménez Losantos, dijo lamentar que “la Constitución no articula mecanismos para poder parar a un Gobierno como el que tenemos”, lo calificó de “golpista” y arremetió contra los medios de comunicación que no siguen las directrices de Génova: “Son correas de transmisión”.
Pero Muñoz también sostuvo este miércoles que el PP no va a cambiar su relación con el PNV o Junts, los dos partidos a los que Feijóo ha intentado atraer estos años para una moción de censura que se le antoja cada vez más difícil. “Las relaciones no van a variar”, dijo. “Ayer Tellado llamó a los grupos para ver si siguen sosteniendo a un Gobierno de puteros y corruptos. No me sorprende que vayan a seguir apoyándoles”, zanjó.
La realidad es que Tellado solo hizo una llamada, al PNV y para pedir recuperar las relaciones que él mismo ha dinamitado a lo largo de toda la legislatura. El resto de grupos no esperaron para decirles que ‘no’ ni al mensaje de cortesía que les remitió antes de su rueda de prensa con el único objetivo de poder decir ante las cámaras que ya se habían iniciado los contactos que mandató Feijóo vía Twitter.
Vigilar a Vox y el “contador a cero” con Puigdemont
Pero en la misma entrevista en la que Feijóo anunció los nombramientos, el líder del PP deslizó otra idea sobre Junts. “¿Al señor [Carles] Puigdemont le va bien con Sánchez?”, se preguntó retóricamente. “¿Le va bien para su interés electoral? ¿En Catalunya le va bien? Pues que siga”, le desafió. “Quien lo está rentabilizando es el señor [Salvador] Illa”, añadió, para zanjar: “Tendrá que decidir si quiere seguir manteniendo a Sánchez e impulsando a Illa como presidente de la Generalitat o lo que quiere es abrir un nuevo periodo, poner el contador a cero con los españoles y, por lo tanto, los catalanes”.
Una expresión, la de “poner el contador a cero” que nadie en Génova quiso explicar. elDiario.es preguntó expresamente sobre el significado concreto de lo dicho por Feijóo y la respuesta fue elocuente: “Ni idea”. En 2024, este medio, junto a otros, desveló que el PP estudió la amnistía y se planteó los indultos durante sus negociaciones con Junts para la investidura de Feijóo.
El ascenso de Tellado pretende aumentar el control de Feijóo sobre el partido, y la elección de Muñoz, mantener la misma línea de oposición que hasta ahora. Porque las encuestas sonríen al PP, pero no lo suficiente como para ahuyentar los fantasmas del 23J, cuando los dirigentes de las derechas pasaron de repartirse ministerios a ver cómo les faltaron cuatro diputados para alcanzar el poder.
Desde finales de 2024, Vox ha repuntado en las encuestas con el impacto de la DANA de Valencia y la ruptura de los gobiernos autonómicos por la política migratoria como principales palancas. El auge de la extrema derecha en Europa, y figuras como Donald Trump o Javier Milei amplifican el mensaje ultra que enarbolan los de Santiago Abascal, quien recientemente dijo “en muchos colegios se practica corrupción de menores”. Cuando una reportera del programa de TVE ‘Malas lenguas’ le repreguntó al respecto, el líder de Vox dijo que, cuando gobiernen, cerrarán el programa.
Desde fuera de los gobiernos, y con una actividad escasa por parte de su líder, Vox sigue marcando la agenda del PP cuando quiere. Esta misma semana ,un simple tuit de Abascal de apenas 27 palabras tumbó una decisión anunciada por el Gobierno de la Región de Murcia, a cuyo frente está Fernando López Miras. En un remedo de las famosas palabras de Juan Carlos de Borbón cuando todavía era rey, la consejera Conchita Ruiz tuiteó “no volverá a suceder” al anunciar que cumpliría las exigencias ultras.
Los últimos datos demoscópicos apuntan a que Vox podría seguir siendo imprescindible para Feijóo tras una próxima cita electoral, lo que aleja a otros posibles socios. Aunque la división que se cocina en el lado izquierdo del tablero no invita a pensar en un escenario similar al del 23J, el líder del PP sí ha insistido mucho en que quiere gobernar en solitario y con acuerdos puntuales que bien pueden incluir a otras derechas nacionalistas, o a lo que en su momento fueron otras derechas nacionalistas, como Junts o PNV.
Los datos internos que maneja el PP plantean algunas dudas sobre Feijóo. En Madrid, por ejemplo, Isabel Díaz Ayuso ronda el 50% en estimación de voto por un 41% de Feijóo. Un decalaje que explicaría por qué Vox resiste o aumenta su proyección.
En el PP creen que por el centro y la derecha moderada los votos caerán solos a cuenta de los escándalos que sacuden al Gobierno. Pero les preocupa el flanco extremo. Tellado y Muñoz están encargados de taponarlo.