“Si algo está hecho con inteligencia artificial, es de baja calidad”. El director Nacho Vigalondo ha reivindicado el cine artesano, “hecho a mano”, incluso el “alarde de la pobreza” que ve, como elemento común, en sus dos últimas producciones: la película Daniela Forever, que se puede ver desde este sábado en plataformas, y la serie Superstar, que se estrenará el próximo 18 de julio en Netflix.

Vigalondo ha conversado la tarde de este sábado sobre cine, televisión e inteligencia artificial con el periodista Javier Zurro, jefe de Cultura de eldiario.es, durante la segunda jornada del Festival de las Ideas y la Cultura que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria.

“Todas las multinacionales están intentando convencernos de que la IA tiene que ser metabolizada en nuestro estilo de vida. Nos meten la IA para todo, pero nos está fallando en todos los sentidos. No podemos completar la frase Gracias a la IA.…”, ha señalado el cineasta.

“Prescindir de la tecnología va a ser un acto identitario”, según Vigalondo, que ha explicado que “lo primero que los generadores de imágenes de Inteligencia Artificial están imitando” es el “lujo visual” que se asocia a “los anuncios de perfumes, de coches, el Ferrero Rocher”. Lo inalcanzable. “Los vídeos de los terraplanistas tienen la misma calidad que los anuncios de Freixenet”.

Vigalondo teme que se produzca “un apagón artístico” en los próximos años por esa irrupción de la IA. “Todo ese Isabel Preysler va a producir una entropía y volveremos a la tele local. La palabra artesano va a tener una nueva dimensión”, opina el cineasta, que aboga por festivales que “sólo admitan pelis hechas a manos”, casi como “un mercado medieval”. “En mi siguiente película, igual pongo: peli hecha a mano”.

En julio estrena Supertar, una serie que ahonda en la vida de personajes como Tamara, la del “No cambié”, Paco Porras, Leonardo Dantés o Arlequín. Con capítulos con títulos tan sugerentes como Carretera podrida, en homenaje a David Lynch, o Loosers de Bohemia, en referencia a la obra de Valle Inclán.

“Cuando me llaman los Javi para proponerme esto, estaba ya construida decidida y medio aprobada por Netflix. A mí se me puede atribuir el tratamiento de un biopic. Mi contribución sería que el camino fuera un poco distinto al esperable”, ha explicado. Y, por ello, ha hecho una serie de ciencia ficción.

“El tamarismo, que duró dos años, de 2000 a 2002, es un fenómeno que no se ha vuelto a repetir. No ha vuelto a pasar ni había pasado antes, ni en otros países”, ha señalado sobre esa generación de personajes que se hicieron famosos “sin ser ricos”.

Sobre el panorama creativo actual, Vigalondo aprecia que se está produciendo “más audiovisual que nunca en España”, pero que hay “menos diversidad que nunca”. “En vez de oferta multicultural, hay dos vecindarios: cine de autor y series y mainstream. A veces me desaliento pensando que no tengo hogar propio, porque no soy festivalero ni tampoco comercial, pero no dejo de hacer cosas. Y cada vez hago cosas más sinceras o menos vergonzosas. Es bonito si te estás haciendo viejo”, ha concluido.