viernes, junio 27 2025

La extrema derecha convoca contramanifestaciones para intentar sabotear el Orgullo de Budapest

El partido ultra Movimiento Nuestra Patria y otros grupos intentarán coincidir en puntos del recorrido anunciado por la marcha LGTBIQ, mientras la Policía húngara respalda estas protestas y advierte a los organizadores del Orgullo de que es ilegal y se enfrentan a «responsabilidades penales»

Cómo es perder derechos en el corazón de Europa: “Creímos que nunca podría pasarnos a nosotros, pero ocurrió”

El Orgullo que esté sábado 28 de junio está previsto que marche por Budapest pese a la prohibición del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, no solo tendrá que enfrentarase al veto del Gobierno. Formaciones ultraderechistas están organizándose para intentar boicotear la manifestación con contraprotestas en la calle, llegando a coincidir en algunos puntos con el recorrido anunciado este miércoles por Budapest Pride, según publican varios medios húngaros y sostiene uno de estos grupos en su página web. Mientras tanto, la Policía húngara advierte de que considera el Orgullo una “reunión prohibida” y que los organizadores se enfrentan a “responsabilidades penales”.

El partido ultra Mi Hazánk (Movimiento Nuestra Patria), ha pedido permiso a la Policía de la capital húngara para manifestarse por varias de las vías y espacios por los que el Orgullo ha planteado hacerlo, entre ellos el puente de la Libertad, un recorrido que la Policía ya ha confirmado, según ha confirmado el jefe de prensa de la formación, Szabolcs Kisber, al medio digital Magyar Hang. Kisber ha asegurado también que su intención es ocupar “todos los puentes” de la ciudad, pero que para ello aún no han obtenido autorización policial.

La misma información ha publicado la agencia Index que ha recogido declaraciones de Előd Novák, vicepresidente del Movimiento Nuestra Patria, en las que asegura que si la Policía no toma medidas contra la manifestación “ilegal”, los miembros del partido están dispuetos a detenerla “con nuestros propios medios”. El Orgullo fue prohibido el pasado mes de marzo por el Parlamento húngaro, donde Fidesz, el partido de Orbán, cuenta con una holgada mayoría y el Movimiento Nuestra Patria tiene seis diputados. La reforma impide la celebración de reuniones que contravengan la Ley de Propaganda de 2021, que restringe la representación de la realidad LGTBIQ.

Junto al Mi Hazánk, que fue fundado en 2018 como una escisión del ala más radical del partido ultraderechista Jobbik, hay otro grupo de extrema derecha que ha registrado contraprotestas en al calle en algún punto que coincide con el recorrido del Orgullo, según declara en su página web. Es el Movimiento Juvenil de los 64 Condados (HVIM), que asegura que frente “a la ilegalidad” del Orgullo “nosotros podemos celebrar legítima y legalmente una ‘reunión’ en esos lugares”. “Obviamente intentaron ocultar la ruta y el lugar, pero lo logramos”, dicen afirmando haber “desarrollado el método adecuado para obtener información de primera mano de sus círculos”.

Esta organización, fundada en 2001, califica el Orgullo de un “evento socialmente destructivo y subversivo” que “está dañando el corazón de nuestra capital”. “Sin duda nos verán en el lugar de nuestra manifestación anunciada en defensa de nuestra religión y nuestra nación”, afirma antes de añadir que está preparándose en colaboración con “las organizaciones del verdadero bando nacional”, entre las que nombra al Movimiento Nuestra Patria y otros colectivos ultraderechistas. El grupo recuerda que también otros años “nos infiltramos, bloqueamos o detuvimos el inicio” de la manifestación, pero hubo otros en los que “solo protestábamos con un valor simbólico para que alguien mostrara normalidad” debido a que el Orgullo contaba con “protección policial”.

El aviso de la Policía

A solo un día, la incertidumbre sobrevuela sobre la convocatoria. El alcalde Budapest, Gergely Karácsony, del partido verde Diálogo por Hungría, parece convencido de seguir adelante con sus planes e intentar sortear la prohibición estatal convocando junto a los colectivos no una manifestación, sino un evento municipal. Sin embargo, la Policía afirma que “no ha sido consultada” y desconoce “las medidas de seguridad” previstas. “La falta de cooperación se refleja también en el hecho de que los organizadores no tuvieron en cuenta que en el lugar previsto se celebrarían al mismo tiempo varias reuniones ya reconocidas por la autoridad competente”, añade.

La nota publicada por la Policía recuerda al Budapest Pride que sus acciones “violan el Código Penal” y que “además de su responsabilidad penal, también son responsables de cualquier daño que pueda ocurrir durante la reunión”. Además, considera que “el mal tiempo del sábado y la gran afluencia suponen un riesgo” y avisa de que “la autoridad investigará la responsabilidad de todas las personas involucradas” en la organización y recuerda que “la seguridad” de la marcha “es su responsabilidad”. “La Policía cumplirá plenamente con sus obligaciones en relación con la manifestación”, concluye.

La Policía puede identificar a los asistentes mediante un software de reconocimiento facial e incluso imponer multas de entre 16 y 500 euros, en función del tipo de infracción, según recogen en un documento de información práctica el Comité Húngaro de Helsinki, la Unión Húngara de Libertades Civiles y la Asociación de Abogados de Calle, que asistirán a quien pueda necesitarlo.

La presencia internacional

El primer ministro Viktor Orbán ha afirmado este jueves que “no solemos hacernos daño los unos a los otros” al ser preguntado por si la Policía recurrirá a la fuerza y a la dispersión para hacer cumplir la prohibición de la protesta. Su Gobierno ha advertido a los gobiernos europeos de que la participación en el Orgullo es ilegal, en una carta remitida por el ministro de Justicia húngaro, Bence Tuzson, a las embajadas de la Unión Europea y ante la enorme afluencia de representantes políticos de diferentes países y eurodiputados que se esperan el sábado en Budapest.

Varios de los presentes serán españoles, entre ellos la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el alcalde de Barcelona Jaume Collboni, el diputado socialista Víctor Gutiérrez o el concejal de Más Madrid, Eduardo Rubiño. La jefa de los socialdemócratas en la Eurocámara, Iratxe García, o la eurodiputada de Podemos, Irene Montero, además de otros representantes de las fuerzas progresistas y liberales, también irán.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, tenía también previsto acudir este viernes a Budapest para intervenir en la Conferencia Internacional de Derechos Humanos que está celebrándose estos días y reunirse con el alcalde, pero su vuelo ha sido cancelado. “Queríamos defender los derechos y ser esa línea de contención frente a la ola reaccionaria, pero nos reubican en un vuelo a las 19.00 y ya es imposible llegar a toda esa actividad”, ha afirmado en un vídeo la ministra, que desde un principio descartó acudir a la manifestación para evitar un conflicto diplomático.