El informe ‘Juventud en España 2024’ revela una brecha ideológica entre mujeres y hombres de entre 15 y 29 años: ellas son más de izquierdas mientras uno de cada tres varones son de derecha o ultraderecha, y tanto el feminismo como la igualdad de género pierden peso entre sus valores y preocupaciones
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Se ha abierto una brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes en España. Aunque las personas entre 15 y 29 años comparten preocupaciones generacionales como la vivienda, el trabajo o la salud mental, sus posiciones políticas se están alejando. Mientras ellas son más de izquierdas –un 41% se autoubica aquí frente a un 21% en la derecha y un 20% en el centro–, ellos se sitúan mayoritariamente en la derecha (25%) o en el centro (33%). Un 8% se adscribe, además, al voto a la extrema derecha. Son algunos de los datos que recoge el informe Juventud en España 2024, que elabora cada cuatro años el Instituto de la Juventud (INJUVE) y se presenta este jueves.
El documento identifica “una polarización que no es homogénea”. Las mujeres se definen mayoritariamente como feministas (67,6%) frente al 40,9% de los varones y apoyan mucho más los derechos de los colectivos LGTBIQ+ (un 47% ante un 27%). También incorporan en mayor medida valores progresistas como el cambio climático, el reciclaje o los derechos de los animales.
Sin embargo, si hay algo en común entre los chicos y las chicas –con diferente intensidad– es el alejamiento del feminismo y de la lucha por la igualdad de género. Si en 2019 el 64% se situaba en el feminismo, cuatro años después este apoyo se ha reducido al 54%. Con la igualdad de género, siguiendo la misma tendencia, ha pasado del 74% al 62%. En el caso de ellos, el retroceso es más acusado: su identificación con los asuntos relacionados con la igualdad ha caído por debajo del 50% y el respaldo al feminismo se sitúa en el 40,9%, 15 puntos menos que en 2019.
Hay menos acuerdo también con políticas feministas como las medidas públicas de igualdad que palien las injusticias de género, la remuneración del trabajo doméstico o la presencia equilibrada de mujeres y hombres en altos cargos. El derecho al aborto lo respaldan el 55,6% de ellos, más de 15 puntos menos que ellas (71%).
Pero donde se observa un cambio más profundo es en lo relacionado con la violencia de género. El negacionismo de este problema estructural ha aumentado tanto en mujeres como en hombres. Un 13,2% de las chicas y un 23,1% de los chicos piensan que es “un invento ideológico”. Esta posición estaba respaldada en 2019 por el 5,7% de ellas y el 11,9% de ellos. Con todo, un 65% de las personas jóvenes –frente al 82,5% cuatro años atrás– lo sigue considerando uno de los problemas sociales más relevantes.
Fuentes del Ministerio de Juventud, liderado por Sira Rego, interpretan estos cambios como “un reflejo de la polarización política que vive la sociedad en su conjunto, con un componente de género esencial” y los vinculan con la “agenda ideológica de la extrema derecha”. “La agenda negacionista de los derechos humanos, de la violencia de género o el cambio climático está calando en una parte de las personas jóvenes”, apuntan. Y añaden: “Aun así el 67,64% de las mujeres se definen como feministas, han abrazado el feminismo como un movimiento liberador y de igualdad, un contrapeso al avance de los discursos reaccionarios”.
En contraposición, hay una “actitud más abierta hacia la multiculturalidad”, según Juventud. Uno de cada cuatro jóvenes residentes en España ha nacido en el extranjero y “la idea de una España multicultural comienza a naturalizarse”, dice el informe. Más de la mitad valora la contribución de los migrantes a la sociedad, a la cultura, y también, aunque en menor medida, a la economía.
“Respecto a los grados de tolerancia frente al ”otro“, la mayoría de la juventud se muestra abierta y dispuesta a aceptar como jefe o jefa a personas inmigrantes (76,5%), y a que un familiar se case con una persona de otra etnia (el 75%)”, destaca el estudio, que revela un punto de flaqueza. El 37% de las personas jóvenes considera que las ayudas sociales disponibles para la población local se ven reducidas por la llegada de población inmigrante, un discurso que es central en los argumentos de la extrema derecha.
En todo caso, la aproximación hacia la migración cambia en función del espectro ideológico de los jóvenes: mientras el 74,4% de los que se ubican más a la izquierda reconocen el enriquecimiento cultural que brinda la presencia de inmigrantes, solo un 29,4% de las que se sitúan a la derecha considera que existe tal aportación. “Es probable que los discursos del odio difundidos a través de las redes sociales estén abriendo una nueva brecha en la juventud ante la inmigración, en este caso, en función del sesgo ideológico”, advierte el INJUVE.
La salud mental y el suicidio
Uno de los temas que está en la agenda de los jóvenes de manera prioritaria es la salud mental. Son el grupo de edad que más ha visto crecer sus registros de malestares psicológicos: de 5.712 casos clínicos por 100.000 habitantes en 2011 a 39.408 casos por 100.000 habitantes una década después. Un 19% de la población joven siente un bajo bienestar mental, con una afectación mayor por parte de las mujeres (24,2%) que de los hombres (14%).
La soledad no deseada, además, es un problema para una de cada tres personas de entre 15 y 29 años, según el informe, con una brecha hacia situaciones peores en el caso de las personas LGTBIQ+. Un 47,6 % de quienes se autoidentifican con alguna de las siglas e sienten solas, frente a un 26,8 % de sus iguales heterosexuales.
Los datos más alarmantes son los relacionados con el suicidio: un 15% de las personas jóvenes presenta un riesgo alto de comportamiento suicida, con más incidencia en mujeres (18%) que en hombres (13,2%) y casi la mitad de ellas nunca han visitado un especialista de salud mental. Una de las razones son las barreras económicas. Un 26,7% deja de acudir por este motivo, revela el estudio, que incluye como factores de riesgo “estar parado/a o buscando el primer empleo, haber nacido en España de progenitores extranjeros o familias mixtas, o identificarse con las siglas LGTBIQ+”.
“Las personas jóvenes están demandando respuestas a sus necesidades y las administraciones, cada una en el ámbito de sus competencias, tienen que desarrollar soluciones; de no hacerlo comprometemos su presente pero también se genera desafección con las instituciones”, advierte el Ministerio de Juventud.