La capacidad de las multinacionales que dependen de la obra pública para vivir igual de bien con gobiernos del PP y del PSOE solo puede sorprender a quien no se haya informado mínimamente sobre el proceder de los CEOS y directivos de estas empresas
El dinero que se fraguó durante el franquismo ha vivido igual de bien en la Transición y la democracia con el PP y con el PSOE. Ese es uno de los mayores hándicaps de los socialistas, siempre creyeron que llevándose bien con el dinero les tratarían igual que a la derecha y solo se acercaban porque las grandes empresas necesitan cerca al gobierno. Una de las anécdotas que mejor marca esa cercanía del gran capital al poder sin importar quién lo ocupe la vivió Felipe González cuando José María Oriol y Urquijo, un falangista de camisa manchada de sangre y dueño de Hidrola (Iberdrola), y uno de los máximos empresarios del franquismo, se le cuadró militarmente dando un taconazo cuando ocupó la Moncloa poniéndose a sus órdenes y pidiéndole favores para que le arreglara problemas que tenía con la distribución en Marruecos. No tengo la más mínima duda, y es solo una impresión, que se acabaron llevando bien viendo la evolución del que vino con chaqueta de pana y salió con yates y mansiones.
La capacidad de las multinacionales que dependen de la obra pública para vivir igual de bien con gobiernos del PP y del PSOE solo puede sorprender a quien no se haya informado mínimamente sobre el proceder de los CEOS y directivos de estas empresas. En mi investigación para Franquismo S.A aprendí que a aquellos que contratan con los ministerios siempre les irá bien y les da igual el color político de quien ocupe la cartera porque siempre encontrarán la llave para acceder a la caja. El informe de la UCO ha generado mucho escándalo por la parte política, pero como siempre la empresarial ha quedado en un segundo plano. Acciona es una multinacional poderosa que tiene mucha capacidad de influencia con publicidad y dádivas. Solo tienen que ver lo que ha ocurrido con las responsabilidades sobre el apagón para que entiendan por qué Iberdrola reparte millones en publicidad para ahorrarse cientos de millones en indemnizaciones.
En el informe de la UCO se describe el papel relevante de Acciona como pagador de comisiones a cambio de obra pública y es relevante ver cómo las familias que salen en el Hola se ponen de acuerdo con el lumpen para hacer negocio. La reunión que recoge la Guardia Civil dos meses después de que José Luis Ábalos sea nombrado ministro de Transportes entre el miembro del PSOE y José Manuel Entrecanales Domecq, presidente de Acciona, es un ejemplo de esos intereses compartidos con gente a la que se despreciaría. Dos días después de esa reunión, Koldo García ya estaba manipulando la ponderación de las contrataciones para dárselas a Acciona y que estos se lo devolvieran con comisiones. Un tipo como Koldo García para los Entrecanales no habría pasado de ser uno de los presos esclavos sacados del campo de concentración de El Colector para la construcción del canal que limpiara de vertidos los barrios de Heliopolis y La Palmera tras la guerra civil. Pero la prosperidad era eso, que ahora estén juntos repartiéndose obras y comisiones desde el ministerio. Y sobre todo la impunidad, no solo porque el nombre de José Entrecanales Domecq no haya aparecido ni siquiera de manera marginal en las horas y horas de debates en el debate público, sino porque siempre tienen el dinero para poder eludir su responsabilidad comprando voluntades. Al menos convendría disimular un poco, pero no es que la familia Entrecanales lo haya hecho nunca.
La UCO optó por no registrar Acciona en el ‘caso Koldo’ y se limitó a requerir documentación que no fue entregada en su totalidad. La UCO registró a todas las empresas implicadas en el caso Koldo menos a Acciona. Una decisión muy llamativa cuando el mismo informe recoge esa reunión entre el máximo dirigente de la empresa y José Luis Ábalos dos días antes de que se manipule una concesión a su favor y con Koldo García escribiendo notas diciendo que ya se ha hablado con Entrecanales. Tienen siempre sus maneras de escapar. No es casualidad que Manuel Sánchez Corbí, ex coronel jefe de la Unidad Central Operativa, trabaje ahora para Acciona al igual que la hija de Diego Pérez de los Cobos, el jefe de la Guardia Civil en la Comunidad de Madrid, hermano de Francisco Pérez de los Cobos, presidente del Tribunal Constitucional con el PP de Rajoy, e hijos de Antonio Pérez de los Cobos, líder de Fuerza Nueva en Murcia durante la Transición. Pregunté para este artículo tanto a la Guardia Civil como a Acciona para que me pudieran dar explicaciones sobre estos hechos, pero ninguno ha respondido más de una semana después porque son conscientes de que no habrá muchos interesados en poner contra las cuerdas al CEO de una empresa que pone tanto dinero en las cestas adecuadas para salvarse cuando salgan estas noticias. Sé que es poco, pero algunos lo recordaremos con la poca voz que nos queda.
El poder económico tiene capacidad hasta para robarnos las palabras incluso cuando las usamos mal. Antonio Garamendi se mostraba indignado explicando que no iba a aceptar que se manchara el nombre de las empresas al llamarlas corruptoras, es paradigmática la soberbia del que se sabe con capacidad para imponer relatos en los medios de comunicación con una simple llamada. Pero incluso así, con esa indignación porque les llamemos corruptores, nos están ganando el relato. Porque no son corruptores, no son un elemento que facilita que otros se corrompan quedando limpios. Son corruptos. Son igual que esos políticos que roban el dinero público porque todo el dinero que usan para comprar las voluntades de quien tiene la mano de la caja sale del mismo botín, de los impuestos de las clases trabajadoras. Claro que las empresas implicadas y los CEOS de esas multinacionales que se reúnen con ministros para conseguir favores no son corruptoras, no lo son porque son corruptas.