El comité de empresa denuncia que el centro público de gestión privada, dirigido por el grupo Ribera Salud, «prioriza a los pacientes no por motivos médicos sino estadísticos y económicos»
Un hospital privatizado de Madrid presiona a su personal para operar pacientes de otros centros públicos y cobrar más
Trabajadores y trabajadoras del hospital universitario de Torrejón (Madrid) se han concentrado este martes a las puertas del centro público de gestión privada para señalar que el grupo Ribera Salud “explota al personal”, como reza una de las pancartas, y “prioriza a los pacientes por motivos estadísticos y económicos”, según denuncia el comité de empresa.
“Queremos soluciones y trabajar en condiciones dignas para los profesionales y que aseguren la calidad asistencial de los pacientes”, ha reclamado la presidenta del comité y portavoz de Satse, Tania García San Martín. Según el relato de los sanitarios, el hospital ha ido perdiendo profesionales en los últimos años, agotados por la elevada carga de trabajo y una excesiva preocupación por la imagen del centro de puertas afuera. Un ejemplo es el servicio de Endocrinología, que se quedó sin médicas hace unos meses tras una cascada de traslados, permisos y renuncias.
Algunas de las pancartas mostradas en la concentración.
Los sanitarios no solo se quejan de sus condiciones laborales, sino que lamentan las “prácticas mercantilistas” de la dirección, que presiona al personal para operar a un porcentaje fijado de pacientes derivados de otros centros públicos por los que cobra aparte, como ha desvelado elDiario.es. Por estas derivaciones, que permiten a los enfermos reducir la espera, la Consejería de Sanidad paga al hospital un dinero extra al margen del presupuesto anual.
“No podemos consentir que un servicio público se deteriore de esta manera”, ha apuntado Samuel Mosquera, de Comisiones Obreras, en la concentración. Aunque está gestionado por Ribera Salud, el hospital forma parte de la red pública sanitaria de la Comunidad de Madrid y atiende a pacientes de cinco municipios de la región. Los sindicatos consideran que la Consejería de Sanidad está “mirando para otro lado” ante las protestas. Ya van dos en un mes. En la anterior ocasión, Ribera Salud tapó una parte del letrero de la entrada del hospital, donde puede leerse el nombre y se había convocado la concentración, en un intento de proteger la imagen del centro, según denunciaron algunos trabajadores.