sábado, abril 19 2025

La batalla de un zaragozano que denuncia una negligencia médica en la muerte de su madre: “Conmigo no van a poder”

La Fiscalía ha ordenado abrir una investigación por la posible falsificación de las imágenes TAC después de que un perito concluyese que se habían manipulado «intencionadamente»

Rosa Valeriana López Sevil murió el 23 de julio de 2017 en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Era la tercera vez en el mismo año que esta mujer de 72 años acudía a urgencias aquejada de un fuerte dolor abdominal. Sin embargo, su hijo, José Ricardo Moreno, denuncia que no se atendió de forma correcta a su madre y que murió por “omisión de diagnóstico”. 

Tras el fallecimiento, Moreno inició un proceso judicial que aún continúa y que ahora ha sido admitido por la Fiscalía. Con el apoyo de un perito, Moreno asegura que puede demostrar que las imágenes TAC que el hospital presentó en el primer juicio ante las acusaciones de no haber diagnosticado correctamente a la paciente, son “falsas”. Tal y como han podido obtener del informe de resultados de abril de 2017, en el TAC que se realizó entonces se observó una “sospecha de isquemia mesentérica” y que había hallazgos que podían ser secundarios de “isquemia intestinal”. 

Sin embargo, Moreno denuncia que en el hospital cambiaron las imágenes TAC y adjudicaron a su madre otra dolencia para justificar “no haberle hecho las pruebas que necesitaba, en este caso un angio-TAC o angiografía, tal y como recogen las guías de radiología específicas”. 

Esta enfermedad puede ser crónica o aguda recurrente, y “requiere diagnóstico urgente cuando existe la más mínima sospecha”. Sin embargo, Moreno denuncia que “la dejaron sin diagnosticar, no le hicieron ninguna de esas pruebas que eran obligatorias, ni en el primer ingreso, ni en el segundo y la dejaron fallecer sin diagnóstico el 23/07/2017 en un nuevo episodio agudo de esa enfermedad”. 

Al fallecer su madre, Moreno empezó a investigar y denunció a los médicos que la habían atendido. Hubo un juicio por lo civil que perdieron en noviembre de 2019: “Todos los informes estaban falsificados”. Explica que, tras ese revés judicial, empezaron la investigación “desde cero” y contrataron a dos peritos expertos y en 2022 interpusieron la demanda. Las imágenes supuestamente falsificadas fueron aportadas por el propio SALUD en el juicio, como justificación a la falta de pruebas diagnósticas que pedía su hijo, porque descartaban que la fallecida tuviera una isquemia: “Ellos decían que en vez de ser una isquemia era una patología de la hernia, mucho menos grave, que podía dar el pego. Ahí vimos que los cortes del TAC están falsificados, los cortes axiales no coinciden”. 

Ricardo Ortega es uno de los peritos que han trabajado para la familia y asegura que las “inconsistencias” que encontraron fueron “lo suficientemente fuertes”. Ortega relata que, cuando se analizan imágenes de un TAC, se toman de referencia los huesos, que son más “inmóviles respecto a morfología”. En este caso, el perito sostiene que en las diferentes imágenes se observan cambios de dimensiones: “En tan poco tiempo no va a haber un cambio y menos un engrosamiento del hueso sin ninguna patología que lo justifique. En la segunda imagen vemos que tiene una dimensión mayor, lo mismo ocurre en el canal obstétrico, que se tiene que mantener estable”. 

Expone que llama la atención si aparece una “variabilidad de forma que no tiene esta persona o incluso alguna patología y luego vuelve a desaparecer. Una vez analizados los datos e informes, el paso de muchos peritos hemos encontrado esas inconsistencias suficientes que nos permite que reabran el caso”. 

Las imágenes “no pueden corresponder a la misma persona”

El perito explica en su informe de febrero de 2025 que hay sospechas de que la paciente “pudo haber sido víctima de una negligencia médica como resultado de una valoración errónea a través del diagnóstico por imagen por parte del servicio sanitario del Hospital Universitario Miguel Servet que supuso una reacción tardía para alterar el tratamiento a uno adecuado, lo que, a medio plazo, provocó el fallecimiento”. Refleja también los resultados del estudio biométrico y biomecánico de la cintura pélvica de la paciente, donde asegura que se observan “incompatibilidades” entre la imagen frontal del TAC y los cortes axiales y, por tanto, “no pueden corresponder a la misma persona”.

Concluye su informe asegurando que es “completamente imposible” que las dos imágenes sean de la paciente porque “no existe una explicación lógica a las anomalías detectadas en las imágenes TAC, salvo la modificación intencional de las mismas”, en referencia a cambios de dimensiones de los huesos analizados. Continúa explicando que, aunque no hay una prueba informática de la manipulación de los archivos, “se puede concluir desde un punto de vista legal o judicial que las imágenes TAC aportadas son falsas”.

Moreno también aportó a la Fiscalía un dictamen de una empresa de ciberseguridad que “demuestran que las imágenes TAC aportadas sí se han podido editar e intercambiar con las de otra persona, al no estar firmadas digitalmente”. Explica que esta misma empresa comprobó que es posible cambiar los datos de los archivos “mediante un sencillo procedimiento informático”.

Ahora, con estas pruebas y tras la denuncia formalizada el 4 de marzo de 2025, el Fiscal jefe de la fiscalía provincial de Zaragoza ha ordenado investigar la falsificación de los TAC aportados por el hospital Miguel Servet.