domingo, abril 20 2025

El registro de llamadas de Salomé Pradas apuntala la desaparición de Mazón en las horas más trágicas de la DANA

El acta notarial de las llamadas de la exconsellera en la DANA evidencia que el jefe del Consell se desconectó en dos fases en las horas en que se activó la UME y durante el desbordamiento del barranco del Poyo

Mazón estuvo ilocalizable para Pradas en la DANA entre las 18.30 y las 19.43 con el Cecopi paralizado y la alerta sin enviar

Documento – El listado completo de llamadas del móvil de Salomé Pradas el día de la DANA

El registro de llamadas del 29 de octubre de la exconsellera de Justicia e Interior de la Generalitat, Salomé Pradas, es un mazazo para la credibilidad del jefe del Consell, Carlos Mazón. El acta notarial, al que ha tenido acceso elDiario.es, acredita que el president Mazón se desconectó de la gestión de la crisis durante toda la mañana del día de la DANA y durante las tres horas de su copiosa comida en el Ventorro. Solo a las 17.37, Carlos Mazón llamó a Pradas durante dos minutos. Esta comunicación, en una hora en que ya había personas desaparecidas, Utiel estaba arrasado por el río Magro y Chiva destrozada por la barrancada, no fue suficiente para alertar al jefe del Consell, que siguió con su ágape y su posterior encuentro y no llegó al Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) hasta tres horas después, a las 20.28. Y eso que Pradas sí que consiguió contactar con altos cargos del equipo de Mazón como José Manuel Cuenca o Cayetano García Ramírez.

Estas ausencias muestran la despreocupación del presidente de la Generalitat, a pesar de la situación catastrófica que sufrían las comarcas valencianas. A las 17.37, Pradas consiguió hablar con el president durante dos minutos; a las 18.16, durante siete minutos; a las 18.25, durante 43 segundos, y — a las 18.30— durante 33 segundos. Aun así, el jefe del Consell no se dignó a desplazarse al Cecopi de l’Eliana hasta mucho más tarde.

Pero, desde la óptica judicial, más grave es la ausencia de más de una hora, en la que Pradas y Mazón no se intercambiaron llamadas: entre las 18.30 y las 19.43. Esa franja horaria es clave para la estrategia del Cecopi y para las decisiones que allí se tomaron. Tanto por la alarmante lentitud en tomar decisiones como por su tardanza en enviar el Es-Alert, una de las claves de la instrucción de la jueza. En este periplo, Pradas intentó hablar sin éxito con Mazón a las 19.10 y a las 19.36. En el registro de llamadas de la exconsellera, estos dos intentos de comunicación aparecen como “llamada cancelada”.

La reunión estaba en esos momentos parada unilateralmente por la consellera Pradas, precisamente cuando se decidió y se preparó el Es-Alert, según la documentación en poder de esta redacción. El president no atendió —por acción y por omisión— dos llamadas de la consellera de Emergencias. Solo la llamó a las 19.43 (durante 48 segundos), cuando hacía una hora que la barrancada de la rambla del Poyo arrasaba Quart de Poblet, Picanya, Paiporta, Benetússer, Massanassa, Catarroja o Sedaví. Según la instrucción de la jueza, que no investiga a Mazón por su condición de aforado, se trata de los momentos en que más personas fallecieron.

Posteriormente a esa hora, y un minuto antes del lanzamiento a las 20.11 del Es-Alert, Mazón habló un minuto con Pradas. Se desconoce de qué hablaron y cuáles fueron las instrucciones dadas, pero se lanzó el mensaje masivo en esos momentos. A las 20.19, Pradas no se hizo con Mazón y, luego, el jefe del Consell no consiguió hablar con su responsable de Emergencias, que ejercía el mando único de la respuesta a la catástrofe. Finalmente, ese mismo minuto hablaron durante 38 segundos.

El presidente de la Generalitat se personó en el edificio del Centro de Coordinación de Emergencias del 112 en l’Eliana a las 20.28, según su última versión de los hechos. Con cientos de desaparecidos y muertos por una catástrofe que nadie de Emergencias de la Generalitat vio venir.

Estas llamadas aportadas a la jueza instructora sitúan a Mazón en momentos clave de las decisiones de la consellera de Emergencias. ¿Por qué no convocó el Cecopi hasta las 17.00? ¿Por qué no se decidió lanzar la alerta masiva antes?

Salomé Pradas, investigada en la causa, ha defendido en sede judicial y públicamente que el presidente no retrasó la toma de decisiones, pero es llamativo que la consellera necesitara hablar con su jefe en tres ocasiones en los momentos más complejos de la tarde, y cuando el Cecopi estaba paralizado, entre las 18.30 y casi las 19.45.

El misterioso paradero del jefe del Consell

¿Qué pasó en esa hora y cuarto? Toda l’Horta Sud se inundó y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, recibió la llamada de la alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, relatando que muchos de sus vecinos se estaban ahogando. ¿Dónde estaba la máxima autoridad autonómica? ¿Dónde se encontraba el presidente de todos los valencianos, que vivían la mayor catástrofe de las últimas décadas?

De momento, y hasta la fecha, ha sido imposible situar físicamente al president de la Generalitat entre las 17.43, cuando estaba en el Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana, y las 20.28, cuando llegó al Cecopi. Ningún testigo ha podido acreditar el paradero de Carlos Mazón en esas horas y tampoco el president ha querido dar luz a su situación.

Solo se conocen las llamadas que dijo el propio Mazón haber hecho durante ese tiempo. Entre las 18.30 y las 19.43, según esos datos, el jefe del Consell llamó a su director general de Comunicación, Paco González (18.48); a su ‘número dos’ en el partido, Juan Francisco Pérez Llorca (18.57), y a su amigo el secretario autonómico de Infraestructuras, Javier Sendra (19.34).

En el caso de Sendra, se desconoce quién llamó a quién, pero la realidad es que el alto cargo es el responsable del Metro de Valencia, que cerró solo cuando los maquinistas alertaron de que los raíles estaban inundados a la altura del barranco de Poyo. En el momento de la llamada, el secretario autonómico presenciaba en directo la inundación de las instalaciones de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) a consecuencia del desbordamiento de la rambla del Poyo.

El aforado Mazón

La jueza instructora de la DANA, Nuria Ruiz Tobarra, ha afirmado en varios autos que Mazón no puede —de momento— ser investigado en la causa, por su condición de aforado. Solo podría declarar voluntariamente, una opción que el president del PP ha declinado asumir.

La instrucción, sin embargo, acumula numerosos indicios que apuntalan la desastrosa gestión de la catástrofe por parte de la Generalitat Valenciana. Salomé Pradas ostentaba el mando único de la respuesta a la emergencia y, en su declaración como imputada, se escudó en su desconocimiento total de un negociado clave y no disparó hacia su antiguo superior jerárquico en el Consell.

Sin embargo, este tipo de instrucciones son largas y a Mazón le quedan dos años de aforamiento (en el caso de que no hubiera adelanto electoral o de que el PP no volviera a colocar de cabeza de cartel). La jueza también podría dirigirse a la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV) en una exposición de motivos para solicitar que se investigue al aforado Mazón, si acumula suficientes indicios sólidos para ello.

Todo son hipótesis. La única certeza es que el jefe del Consell no ha explicado en casi seis meses desde la catástrofe su paradero en las horas clave de la respuesta a la emergencia. Como si el fallecimiento de 228 personas no fuera suficiente para que Carlos Mazón explicara algo tan sencillo como qué hacía exactamente en esos momentos.