La Casa Blanca asegura que la medida hará que las duchas de EEUU «vuelvan a ser grandiosas” y que “pondrá fin a la guerra de Obama y Biden contra la presión del agua [para ahorrar]”
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Ni siquiera una montaña rusa de tensiones comerciales internacionales logró distraer a Donald Trump de cumplir una de sus viejas prioridades este miércoles: cambiar la definición federal de “cabezal de ducha”, una decisión que, según la Casa Blanca, pondrá fin a “la guerra de Obama y Biden contra la presión del agua”.
Trump lleva años quejándose de la baja presión en las duchas, los grifos y los inodoros en EEUU, y culpa de ello a las normas federales de ahorro de agua.
“En mi caso, me gusta darme una buena ducha para cuidar mi hermoso cabello”, dijo Trump al firmar el decreto que, según la Casa Blanca, se aplicará a varios aparatos domésticos, incluidos los inodoros y los lavabos: “Tengo que quedarme bajo la ducha durante 15 minutos hasta que se moja el pelo. Sale gota a gota. Es ridículo”.
La Casa Blanca afirmó en un comunicado sobre la orden: “Al restaurar la libertad en la ducha, el presidente Trump cumple con su compromiso de eliminar regulaciones innecesarias y poner a los estadounidenses en primer lugar”.
“Fue muy llamativo que el comunicado de la Casa Blanca incluyera inodoros y cabezales de ducha como prioridad presidencial. Realmente fue sorprendente”, dijo Andrew deLaski, director ejecutivo del Proyecto de Concienciación sobre Normas para Electrodomésticos, al Guardian en enero: “Pero creo que las preocupaciones de Donald Trump están un poco desfasadas, la verdad”.
Los comentarios de Trump este miércoles repitieron afirmaciones que ya ha hecho en varias ocasiones. En 2019 afirmó que “la gente tira de la cadena 10 o 15 veces, en lugar de una sola” debido a la escasa presión. “Cuando entras en estas casas nuevas con duchas, el agua cae lentamente, muy lentamente”, dijo en 2023.
Durante su primer mandato, Trump eliminó normas más estrictas sobre eficiencia energética en bombillas, argumentando que los consumidores debían tener libertad de elección. En ese momento, Xavier Becerra, entonces fiscal general de California, calificó la medida como “otra decisión absurda que desperdiciará energía a costa de nuestra gente y del planeta”.
El primer gobierno de Trump también introdujo excepciones que permitían fabricar electrodomésticos menos eficientes, como lavavajillas y duchas, decisiones que luego fueron revertidas por Joe Biden.
“Biden deshizo estos avances y las guerras de las duchas continuaron”, afirmó la Casa Blanca el miércoles, asegurando que la nueva orden ejecutiva de Trump “hará que las duchas de América vuelvan a ser grandiosas”.