viernes, marzo 14 2025

El pasado franquista del Parador de León dejará de estar ‘escondido’ bajo llave gracias a la revista National Geographic

La publicación eliminó la candidatura del ex convento de San Marcos a ‘Mejor hotel con historia’ después de que familiares de víctimas señalaran que su época como campo de concentración solo se menciona en un panel al que ni siquiera tiene acceso el público; ahora Paradores se compromete a cambiar eso

San Marcos, el parador reabierto que fue campo de concentración franquista

La indignación corrió como la pólvora entre los familiares de las víctimas que pasaron por el campo de concentración de San Marcos durante la Guerra Civil, hoy reconvertido en el Parador de León. La revista National Geographic Viajes había elegido este impresionante edificio como uno de los candidatos de los premios de este 2025 a ‘Mejor Hotel con Historia’, pero quienes crecieron escuchando a sus seres queridos hablar de represión, hambre, frío, torturas y fusilamientos no salían de su estupor. “Nos sorprendió que habiendo sido uno de los campos de concentración más grandes y duros lo incluyeran en esa categoría teniendo en cuenta que esto no está allí señalizado de forma visible”, esgrime Pura Francisco, nieta de un represaliado.

Varios familiares contactaron con la revista para explicarle que por San Marcos pasaron desde 1936 entre 15.000 y 20.000 personas inocentes, castigadas por haber militado en un partido o sindicato de izquierdas. Y que entre 1.500 y 2.900 fallecieron por las condiciones infrahumanas y el maltrato que allí soportaban o fueron asesinadas. Todavía hoy muchas de ellas siguen desaparecidas, enterradas en cunetas o en fosas aún pendientes de ser exhumadas. A pesar de ello, la única referencia en el parador leonés sobre su pasado franquista es un pequeño panel explicativo pero que está en una habitación, la Sala Capitular, a la que el público no tiene acceso.

Actualmente el texto incluido en el panel define como “la etapa más sombría” de San Marcos el tiempo en que fue utilizado por los franquistas como campo de concentración y forma parte de una serie de pósters informativos que están repartidos por todo el espacio sobre la historia del edificio. Pero este solo puede verse si la persona encargada de la recepción abre con llave la sala en la que se encuentra, según ha comprobado este medio. Por otro lado, tampoco la página web del hotel incluye ninguna referencia ni el podcast Historias de San Marcos, una serie de cinco capítulos, cuenta en casi una hora de duración nada relativo a su uso durante la dictadura.

Ya la desmemoria de San Marcos fue denunciada en 2020, cuando cientos de firmas apoyaron un manifiesto encabezado por el poeta leonés Antonio Gamoneda en el que reclamaban la instalación de un memorial permanente. Casi medio siglo después del fin de la dictadura se rindió homenaje a los prisioneros en un acto institucional y se instaló el panel informativo, pero no fue lo que las víctimas esperaban: aquel manifiesto se llamaba Una puerta a la memoria pero, paradójicamente, el acto no fue abierto al público y la única referencia sobre el pasado franquista del parador está tras una puerta que suele estar… bajo llave.

“Hay una evidente ocultación y un silenciamiento de lo que allí ocurrió. De eso quisimos avisar a National Geographic. Otra cosa hubiera sido que el premio se hubiera aprovechado precisamente para hacer pedagogía sobre esto, pero nominarlo por su historia es para muchas familias algo doloroso. Porque hay una contradicción entre presumir de historia y ocultar un hecho tan importante”, esgrime Pura Francisco, que fue una de las familias que escribió a la revista para poner sobre la mesa la dura realidad que vivieron los encarcelados en San Marcos y sus seres queridos.


A la salida de San Marcos, paso de la virgen

Los familiares alzaron la voz y al otro lado encontraron un equipo de periodistas que recibió con empatía lo que estos le estaban contando. “Nos dijeron que desconocían que allí había ocurrido esto”, cuenta Pura, cuyo abuelo, que era herrador, fue apresado en el hoy parador en 1937 y asesinado cerca de Villadangos del Páramo por ser republicano y afiliado a la UGT. Tras escuchar a las víctimas y llamarles una a una para pedirles disculpas por lo ocurrido, National Geographic decidió reformular la nominación y sustituir a San Marcos por Paradores en general.

Así lo confirma el director de la revista, Javier Zori del Amo, que apunta a que a partir de la información que les aportaron los familiares de las víctimas hicieron sus propias investigaciones y contrastaron con el propio hotel hasta tomar la decisión: “Nosotros en la nominación hacíamos referencia a su proceso de restauración y renovación, sobre todo en lo relativo a la época medieval, pero efectivamente falta dar un paso adelante en esta materia de reconocimiento de su pasado y hay una falta de empatía con la ciudad y las víctimas”, explica el periodista, que añade que la revista “no quería” dejar de “reconocer” a Paradores y por eso lo incluyó finalmente como candidato.

La reclamación vuelve a Paradores

Lo ocurrido con los premios de National Geographic ha hecho que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y los familiares de las víctimas reaviven su reclamación sobre la falta de señalización en el edificio, concebido en el siglo XII como convento y hospital de peregrinos. Una vez más, ha reclamado que en el hotel se coloque una placa visible y que su historia completa sea contada en su página web. Y en esta ocasión, frente al olvido que ha prevalecido hasta ahora en el edificio, Paradores se abre a la petición.

Así lo confirma una portavoz de la cadena estatal –presidida desde diciembre de 2023 por la exministra Raquel Sánchez–, que segura que va a proceder a “revisar” la señalización actual “con el objetivo de poder mejorar su visibilidad en memoria de los prisioneros del antiguo campo de concentración” dado que “no es accesible al público en general”, reconoce. Además, Paradores “se compromete” a incluir esta información en su página web. “La actual dirección está comprometida con la memoria histórica y democrática y con que el Parador de San Marcos rinda homenaje desde el respeto y el recuerdo a quienes sufrieron y fueron víctimas de la dictadura y la guerra”, añade.

La dura realidad que vivieron los encarcelados en San Marcos ha llegado hasta nuestros días gracias a investigaciones y testimonios. Muchos de ellos fueron víctimas de las llamadas “sacas”, que no eran otra cosa que asesinatos extrajudiciales. Es lo que le ocurrió al alcalde de la ciudad, Miguel Castaño, al capitán Juan Rodríguez Lozano (abuelo de Zapatero) o a la presidenta de las Juventudes Socialistas, Teresa Monge. Y es que San Marcos fue uno de los pocos campos en albergar también mujeres, las cuales eran exhibidas como trofeos ante los militares de la Legión Cóndor alemana, que tenía una de sus principales bases aéreas en la localidad leonesa de la Virgen del Camino.


Portada del libro de adoctrinamiento para los presos de San Marcos

Pero el campo de concentración leonés fue además un lugar destinado al adoctrinamiento de los presos, considerados enemigos de la Nueva España a los que había que “reeducar” en los principios del régimen. Entre otras cosas, se les obligaba a participar en misas o confesarse y se les entregaba un librito titulado Campo de concentración de San Marcos. Recuerdo de la Entronización del Sagrado Corazón de Jesús. En su primera página se dirigía ellos: “¿Estuviste con los Rojos? Aprovecha el tiempo que estés aquí concentrado para recibir oreos de Religión y oreos de la Patria”.

Lugar de Memoria

Desde la ARMH no solo reclaman que el panel informativo que menciona su pasado como campo de concentración salga de la sala en la que está, sino que San Marcos sea declarado Lugar de Memoria por el Gobierno. Esto implicaría la instalación de una placa conmemorativa en un proceso como el que está tramitando el propio Ejecutivo de Pedro Sánchez en relación a la antigua Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol, algo a lo que Isabel Díaz Ayuso se opone. Lo que hace actualmente con la señalización Paradores es “una forma de esconder y de hacer socialmente insignificante el dolor de miles de familias”, incide la asociación.

Así, pide que “junto a su puerta de la fachada principal” se ubique la nueva señalización en la que se explique a la ciudadanía “las razones por las que este edificio debe ser recordado por los terribles acontecimientos que ocurrieron en él, se reconozca a sus víctimas y se denuncie a quienes lo convirtieron en un campo de concentración” con el objetivo de “reeducar o exterminar” a esa parte de la población que el franquismo consideraba “malos españoles”. Desde la Secretaría de Estado de Memoria Democrática afirman que “está entre las previsiones” declarar San Marcos Lugar de Memoria.

Marina es otra de las familiares de represaliados de la provincia de León –aunque su bisabuelo no estuvo en San Marcos– que escribió a National Geographic cuando se enteró de que el hotel estaba nominado y que apoya a la ARMH en su demanda. “La historia del edificio no puede ocultarse por respeto a las personas que estuvieron presas allí y a toda la ciudadanía”, apunta Marina, que opina que Paradores, al ser una empresa pública, “debería cumplir a rajatabla con la Ley de Memoria Democrática”.