La debilidad del presidente de la Generalitat tras la DANA fuerza a Presidencia a intentar maniatar a los demás resortes de poder: auspicia una guerra entre la Cámara de Comercio de Alicante y la Confederación Empresarial Valenciana, mientras pierde el favor de los grandes empresarios de la AVE, tras el escándalo del contrato a dedo del festival Som de la Terreta
OPINIÓN – Mazón pierde el control del PP
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, está cada día más solo. Si sus socios parlamentarios de Vox siguen sin aprobarle los presupuestos para 2025 y pesos pesados de su partido como Esteban González Pons cuestionan su liderazgo, ahora es el poder económico el que empieza a desengancharse de su proyecto político tras su actuación el día de la DANA y su posterior gestión de la reconstrucción.
Mazón, en lugar de intentar seducir a sus aliados naturales como la patronal o los grandes empresarios, ha decidido iniciar una guerra abierta contra la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) a través de la Cámara de Comercio de Alicante, de la que fue gerente entre 2009 y 2019 y que dirige su “hermano” Carlos Baño, también pareja de la otrora todopoderosa superconsellera zaplanista Gema Amor. En una decisión sin precedentes, la Feria de Alicante, de gestión pública, ha decidido salirse de la CEV. El director de la Institución Ferial Alicantina es Alejandro Morant, alcalde de Bussot por el PP y uno de los más fieles a Mazón, mientras que la consellera de Economía, Marian Cano, es la presidenta.
El presidente de la Generalitat Valenciana no perdona al presidente de la CEV, Salvador Navarro, que no encubriera su comida en el Ventorro y desvelara que no comieron juntos el día de la DANA, como Presidencia filtró a algunos medios de comunicación. Tampoco perdona Mazón a Salvador Navarro, ni al presidente de Mercadona, Juan Roig, o a la alcaldesa María José Catalá, que los tres se hayan convertido en confidentes del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. La información a Génova sobre la DANA no llega solo a través del Palau, sino a través del mundo económico y de Catalá, ya en el cuaderno negro de los afines a Mazón. A esta pérdida del control del flujo informativo hay que sumar que la relación entre el presidente del PP español y el valenciano es más que tirante.
Desde que entrara en el Palau de la Generalitat en el verano de 2023, Carlos Mazón no ha hecho más que intentar controlar a los empresarios y empresarias. Una de las primeras decisiones que tomó fue centralizar en el Palau la relación con el mundo empresarial. Mientras en la etapa del Pacto del Botánico Ximo Puig (PSPV-PSOE) y Rafael Climent (Compromís) se repartían los papeles y se hacían de contrapeso con el mundo económico, Mazón obligó a todas las empresas que quisieran relacionarse con la Generalitat a pasar por el embudo de su equipo. En concreto, de su jefe de gabinete, José Manuel Cuenca. Una práctica que popularizó Eduardo Zaplana al llegar a la presidencia de la Generalitat en 1995. Y así terminó.
Tal es su interés por el control de los resortes económicos que José Manuel Cuenca se permite el lujo de llamar a empresarios para afearles los actos en que participan o qué reuniones mantienen. Hay bastante malestar en la patronal y empresas particulares con estas actitudes que califican de “mafiosas”. El equipo de Mazón sabe que maneja mucho dinero público y presiona a las empresas con ello. De hecho, los contratos de emergencia para la reconstrucción han servido para premiar y castigar a compañías amigas y enemigas.
Hay grandes empresas que se han quedado fuera del reparto a dedo de las obras de la DANA, mientras que han aparecido otras totalmente desconocidas en estas tierras con importantes contratos a los que antes no podían acceder. El ejemplo más claro de empresa metida con calzador en los contratos de emergencia es STV Gestión, la compañía en la que trabajaba el jefe de gabinete de Mazón antes de llegar a la Generalitat. Pero hay más, y ya empieza a haber mucho revuelo con esta discrecionalidad en el mundo económico.
Si la relación con la patronal CEV es complicada, la que tiene Mazón con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) también ha empeorado con el tiempo. La favorita de Juan Roig para una posible apuesta conservadora en la Generalitat si los electores así lo deciden es María José Català. Y más tras la gestión de Mazón el día de la DANA, la comilona con la periodista y sus cambios de versión. En AVE no son muy partidarios de los escándalos. Y es que, tanto los grandes empresarios como la CEV, están muy preocupados por la “hipoteca reputacional” que está volviendo a recaer sobre los valencianos tras algunas actuaciones políticas antes, durante y después de las inundaciones. “No nos puede pasar igual que en 2010 con la corrupción y la pérdida del sistema bancario, cuando se hundió la imagen de los valencianos”, lamentan en voz baja, de momento, importantes empresarios y empresarias.
El entorno de Roig hizo la cruz a Mazón el día en que una de sus apuestas estrella casi se ve salpicada por un escándalo del Palau. The Music Republic, la prestigiosa empresa de montaje de festivales que el Roig Arena quiso fichar para coorganizar la programación complejo deportivo-cultural que se inaugurará en unos meses, fue liada por el equipo de Mazón para organizar el festival ‘Som de la Terreta’. Mazón quiso dar cuatro millones a dedo a The Music Republic para la organización de los conciertos del 9 d’Octubre. El escándalo fue de tal calibre, y la contratación tan burda, que la adjudicación acabó en la Fiscalía. Licampa, la empresa que gestiona el Roig Arena, rompió la sociedad a medias que había montado con The Music Republic (Arena Alive SL) para evitar el escándalo y decidió caminar sola.
Un capricho de Mazón casi mancha el arranque de la programación del Roig Arena en 2025, uno de los proyectos estrella del legado del empresario Juan Roig.
Pero el presidente de la Generalitat sigue a la suya, no se sabe si por temeridad o porque ya se ve perdido. Mazón continúa impulsando el secesionismo empresarial en Alicante y premiando a su amigo de la Cámara de Comercio en la que trabajó diez años. Habrá que poner la lupa en el proyecto de nueva sede de la institución que preside Carlos Baño. La Generalitat inyectará 1,5 millones para la obras de la nueva ubicación, que será en el edificio Panoramis del Puerto de Alicante. Entre los empresarios que tienen negocios en este edificio está el archiconocido Enrique Ortiz, condenado confeso por financiar ilegalmente al PP valenciano. Un proyecto a seguir y que levanta ampollas en la capital alicantina.