miércoles, agosto 6 2025

PP y Vox prohíben en el municipio murciano de Jumilla la celebración de actos islámicos en espacios públicos

Una enmienda del PP autoriza la modificación del reglamento de instalaciones deportivas para que no se pueda hacer ninguna actividad ajena al deporte si no está promovida por el Ayuntamiento

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La moción fue propuesta por el único concejal de Vox en el Ayuntamiento de Jumilla, Juan Agustín Navarro, pero salió adelante con el apoyo del Partido Popular, que gobierna este municipio murciano de 27.000 habitantes. La moción prohíbe la celebración del Ramadán o de la Fiesta del Cordero en los espacios públicos y ha convertido a Jumilla en el primer consistorio en convertir esta amenaza de la ultraderecha en un veto real en un municipio con una población -según datos del INE- de unas 1.500 personas procedentes de países donde se profesa el Islam.

Vox presentó en el pleno del último lunes de julio su moción en defensa de las tradiciones del pueblo español, con un listado de puntos entre los que se incluía la prohibición de las celebraciones islámicas en espacios públicos. “El PP lo que hizo fue presentar una enmienda blanqueando la moción”, explica la exalcaldesa y portavoz socialista en Jumilla, Juana Guardiola. La maniobra consistió en permitir la modificación del reglamento de instalaciones deportivas “para que no se pueda realizar ninguna actividad ajena al deporte, a no ser que esté promovida por el Ayuntamiento”. En otro punto “se apoya la promoción y fomento de las tradiciones religiosas españolas”, relata Guardiola. La enmienda salió adelante con los votos del PP y la abstención de Vox.

El objetivo es prohibir la celebración en público del Aid el Fitr (rezo del fin del mes de ayuno) y Aid el Adha (la Fiesta del Sacrificio). La moción de Vox se justificaba en que son actos “ajenos a la identidad del pueblo”, aunque la decisión contraviene la Constitución española y los acuerdos con la Comisión Islámica de España (CIE), en los que se garantiza la libertad de culto a la comunidad musulmana. La decisión ha sido duramente criticada por concejales de la oposición, que han calificado de “xenófobo” este veto.

El concejal de Vox argumentó la defensa de “nuestras tradiciones frente a la constante ofensiva ideológica de la izquierda por imponernos costumbres ajenas a nuestra identidad”; “a partir de ya no se va a volver a celebrar el fin del Ramadán o el rezo del cordero”, dijo tras el pleno.

“Es una moción intolerante y sectaria, que falta a la Constitución porque los organismos públicos tenemos que cooperar con todas las confesiones religiosas”, ha considerado la portavoz socialista Juana Guardiola. “Lo que se busca es quitar derechos fundamentales a un grupo de personas por su creencia religiosa, cuando las instituciones deben ser de todas las personas, piensen lo que piensen”.