miércoles, agosto 6 2025

Aagesen prevé «agilizar» el recurso que ha frenado la expropiación del Algarrobico para cumplir con el derribo este año

La vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, confía en resolver el recurso de casación de la promotora Azata del Sol antes del plazo de tres meses que estipula la ley para mantener el compromiso de derribo anunciado por Montero

La promotora del Algarrobico recurre el proceso de expropiación y frena el plan del Gobierno de derribar el hotel este año

La vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica (MITECO), Sara Aagesen, ha confirmado este miércoles que su departamento “agilizará” la tramitación del recurso interpuesto por la promotora y dueña del Algarrobico, Azata del Sol, que ha frenado en seco el plan del Gobierno para derribar el macrohotel ilegal de la costa almeriense este mismo año, como adelantó elDiario.es.

“Vamos a conseguirlo, estoy convencida, por supuesto que sí”, ha respondido Aagesen cuando le han preguntado si, tras el recurso de los propietaros que abre un plazo de tres meses para que el Ministerio resuelva, aún ve factible que se produzca la demolición parcial del hotel antes de final de año, como anunció la vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y líder del PSOE andaluz, María Jesús Montero.

Azata del Sol esperó al último día de plazo legal para interponer un recurso de alzada contra el acuerdo de necesidad de ocupación de los terrenos donde se ubica el Algarrobico, un trámite que era obligatorio para justificar la expropiación. Con esa decisión se produjo un frenazo en el cronograma anunciado por Montero, que esperaba iniciar los primeros trabajos de demolición este mismo verano.

Ahora el recurso debe estudiarlo la Dirección General de Costas, dependiente del MITECO, que tiene un plazo legal de tres meses para resolver. Aagesen ha anunciado este miércoles, durante una visita en Cádiz, que tratarán de no apurar ese plazo para poder cumplir con el compromiso de derribo este mismo año. “Seremos lo más ágiles posibles”, ha dicho, para actuar en la parte de dominio público terrestre, la zona de servidumbre“, porque el Gobierno central sólo tiene competencias para expropiar y demoler la mitad del Algarrobico, símbolo del urbanismo salvaje en el litoral español.

La otra mitad corresponde a la Junta de Andalucía que, hasta ahora, se ha mostrado reacia a sumarse al proceso de expropiación impulsado por el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque la semana pasada se personó para poder recibir información sobre los pasos que se están dando.

Negociar el precio de la expropiación

El MITECO puede desestimar o aceptar las alegaciones de los dueños del hotel. El plazo máximo para resolver finalizaría en noviembre. En la siguiente fase de expropiación, una vez resuelto el recurso, Gobierno y empresa deben negociar el justiprecio del inmueble que pasaría a manos del Estado por “interés social”. Tienen 15 días para llegar a un acuerdo amistoso.

Si no lo logran, los propietarios tienen 20 días para presentar su oferta, la administración tendrá otros 20 días para aceptarla o rechazarla, y en caso de rechazarla, el expediente pasará a manos de un Jurado Provincial de Expropiación, que puede dilatar su resolución otros tres meses.

La resolución del Jurado pone fin a la vía administrativa, pero también puede ser recurrida ante la jurisdicción contencioso-administrativa, lo cual enfangaría aún más un proceso que arrastra dos décadas de impotencia para restaurar la legalidad en los tribunales, con dos sentencias firmes desde 2018 (sin ejecutar) sobre la reclasificación del suelo y la nulidad de la licencia del símbolo del urbanismo desbocado.

19 años después de que un juez paralizara las obras de El Algarrobico, la inmensa mole de 21 plantas y 400 habitaciones, enclavada en mitad de una playa de Carboneras (Almería), en pleno Parque Nacional de Cabo de Gata, el ambicioso plan del Gobierno para expropiar los terrenos y acelerar el derribo –primero dijeron en “cinco meses”, luego “antes de que finalizara el año”– se ha estrellado con la misma tela de araña que rodea esta historia desde el principio.