domingo, agosto 3 2025

La playa protegida de Cantabria que el turismo masivo y los botellones ponen en peligro: «Es el Magaluf del norte»

Colectivos sociales, grupos conservacionistas y algunos partidos alertan del descontrol y la masificación en El Puntal, ubicada en la bahía de Santander, mientras el Gobierno del PP habla de «imagen distorsionada» y de que «Cantabria está de moda»

En los últimos veranos, la playa de El Puntal en Cantabria se convierte en epicentro de fiestas improvisadas, botellones masivos y aglomeraciones que comprometen su ecosistema. Ubicado en la bahía de Santander, este espectacular arenal al que se accede desde la localidad de Somo, en Ribamontán al Mar, es un espacio natural protegido que se está viendo amenazado durante los últimos periodos estivales por macrobotellones que congregan a centenares de personas durante los fines de semana.

Y es que la situación ha llegado a tal punto de gravedad que resulta inevitable compararla con destinos tradicionalmente asociados al turismo masivo: “Es el Magaluf del norte”, han criticado esta semana colectivos sociales, grupos conservacionistas y algunos partidos políticos, alertando del “descontrol” que impera y sus consecuencias ambientales para un área catalogada como zona de especial conservación, según la red Natura 2000 en Cantabria.

El plan de gestión de esta red ecológica europea de espacios protegidos contempla como una de las medidas para la conservación favorable del hábitat “regular y limitar los accesos a la playa de Somo a través de su sistema dunar”. Y es que el espacio que abarcan las Dunas del Puntal y el Estuario del Miera presenta un total de 49 formaciones vegetales, de las cuales 20 son prioritarias y de interés comunitario, y alberga nueve taxones de fauna de especial interés.

Sin embargo, las imágenes que se han vuelto a viralizar en redes sociales del macrobotellón que tuvo lugar el pasado fin de semana hacen saltar todas las alarmas respecto a la protección de este enclave natural “convertido en un mierdal, con botellas, plásticos, restos de comida y colillas dispersos por la arena”, tal y como ha denunciado Ecologistas en Acción, colectivo que ha calificado de “inadmisible que se permita convertir la playa en un vertedero”.

“El botellón en el litoral deja huellas irreparables, pone en riesgo la salud de los ecosistemas costeros y compromete la biodiversidad”, ha advertido el grupo ecologista, que ha reclamado a las administraciones “que actúen con eficacia”. Sin embargo, el Gobierno del Partido Popular se ha instalado en el negacionismo. Esta semana, la presidenta autonómica, María José Sáenz de Buruaga (PP), y el consejero de Medio Ambiente, Roberto Media (PP), han negado que exista masificación turística en Cantabria.

Buruaga ha considerado “una grave irresponsabilidad alertar a la turismofobia” y ha señalado que “no se puede transmitir una imagen distorsionada de Cantabria y una realidad que no es”. “Cantabria está de moda y vive un momento espléndido y excelente; no somos la Ibiza del Norte, ni mucho menos Magaluf”, ha destacado la jefa del Ejecutivo.

En una línea similar se ha mostrado Media, quien ha cuestionado el nivel de las críticas de diferentes partidos contra el macrobotellón en El Puntal al compararlo con “las ‘raves’ que se convocan en pueblos abandonados”, obviando así el carácter de protección ambiental del espacio afectado. “Yo creo que se les ha ido un poco la mano, hay mucha gente que quiere cargarse uno de los pilares básicos de la economía de Cantabria que es el turismo”, ha defendido el titular de Medio Ambiente.

Ejecutivo y Ayuntamiento de Ribamontán al Mar han descargado en la Delegación del Gobierno las medidas a adoptar, exigiendo que “actúe y refuerce” los dispositivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ante las aglomeraciones. Frente a ello, el nuevo delegado del Gobierno en Cantabria, Pedro Casares, ha reclamado a estas dos administraciones que asuman sus competencias en El Puntal y “no echen balones fuera”. “La Delegación debe actuar cuando hay un problema de seguridad ciudadana, y aquí no lo hay”, ha expresado.

Y es que la presidenta cántabra ha reconocido que en la actualidad no existe ninguna regulación para controlar estos espacios naturales protegidos como El Puntal: “Son un ejemplo y lo han sido siempre de convivencia y de modelo de disfrute para todos que hay que preservar, pero desde la anticipación, la prevención y control, no desde la prohibición”, ha afirmado Buruaga.

En este sentido, formaciones de la oposición como PRC y PSOE han denunciado la “inacción” ante una situación que “empieza a ser insostenible”. En concreto, el PSOE va a registrar una proposición no de ley en el Parlamento autonómico para exigir que “se cumpla la ley y se gestionen de una vez por todas los espacios protegidos”. Y desde IU han reclamado la creación urgente de una Mesa de Instituciones que agrupe a todas las administraciones con competencias en el entorno de El Puntal: “Cantabria no puede volver a ser noticia nacional por imágenes de masificación, incivismo o riesgo”, ha subrayado esta formación.

Rechazo al turismo masivo

Lo acaecido en esta playa evidencia el trasfondo de un debate más amplio sobre el modelo de desarrollo turístico en Cantabria. La formación política Cantabristas, que lleva tiempo promoviendo una campaña contra el proyecto urbanístico que pretende convertir la comunidad en ‘la Ibiza del norte’, o el colectivo social Cantabria No Se Vende, que ha movilizado en las calles a la ciudadanía contra el turismo masivo, han sido especialmente críticos con el episodio del macrobotellón en El Puntal y con la reacción del Ejecutivo cántabro del PP.

“El negacionismo no cambia la realidad de masificación turística que vemos y sufrimos en Cantabria durante el verano”, ha denunciado Cantabristas, lamentando que el Gobierno del PP “siga promocionando la afluencia turística sin ningún tipo de planificación ni control”, lo que perjudica a la población cántabra.

“Sufrimos un consejero de Medio Ambiente que ya no es que no pueda despreciar más el medio ambiente, es que ya está instalado en el negacionismo de las imágenes que hemos visto toda Cantabria”, han lamentado desde CNSV, colectivo que reclama una regulación “que ponga encima de la mesa la Capacidad de Carga Turística de Cantabria”.