domingo, agosto 3 2025

Noches al raso e ingenio para sobrevivir en la zona cero del calentamiento urbano: «Es insoportable»

La ciudad de Murcia ha visto cómo su temperatura máxima media ha aumentado hasta dos grados desde 2021. Con un 20% de población sufriendo pobreza energética, los ciudadanos con menos recursos tiran de creatividad. Asociaciones civiles como la oposición hacen hincapié en la necesidad de aumentar la vegetación y las fuentes en el municipio

MurciaLAB denuncia la falta de adecuación térmica de plazas y jardines

El estrés climático se ha dejado sentir con fuerza durante el último lustro en la Región de Murcia. Según un informe reciente del Observatorio de la Sostenibilidad (OS), la temperatura máxima media ha aumentado hasta dos grados en el territorio desde 2021. En el año 1970, se registró una media de máximas de 24 grados, que se incrementó hasta los 27 de media en 2022. Pese a los picos, la tendencia ascendente es clara: los datos parecen indicar que el estrés climático ha llegado para quedarse y se está agudizando en los últimos años.

“Las ciudades, en las cuales vive la mayor parte de la gente del país, se están calentando mucho más que el resto del territorio y, por ello, es necesario actuar ya con estrategias de adaptación radical”, señala el coordinador del Observatorio de la Sostenibilidad, Fernando Prieto, con motivo de la publicación del informe, titulado ‘Calor extremo en España 2025’.

Una situación que sufre en primera persona Juan –no es su nombre real–, un vecino de la pedanía murciana de Casillas. Tras divorciarse, alquiló un piso con una potencia eléctrica de 3.300 vatios que le impide encender el sistema central de aire acondicionado; una capacidad económica “muy justa” lo aboca a sobrevivir al verano murciano con “ingenio, resignación y un poco de suerte”.


Imagen cedida por el Observatorio de la Sostenibilidad (OS)

Juan uno de los más de 300.000 murcianos –casi un 20% de la población total de la Región– que no pueden permitirse mantener su vivienda a una temperatura adecuada, según los últimos datos recopilados por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en la Región de Murcia (EAPN–RM). “Mis aliados son los remedios de toda la vida: abrir ventanas por la noche, cerrarlas al amanecer y aprovechar el buen aislamiento térmico del edificio”, explica a elDiario.es.

Noches al raso

En las noches más sofocantes, Juan decide dormir al raso en la terraza de su casa. “Me tumbo bajo las estrellas, con la huerta como paisaje y una sábana por encima, no tanto por el frío sino por la humedad, que te cala de madrugada”, cuenta. Para él, el escenario no es el peor posible, ya que tiene “soluciones, aunque limitadas”. Y es que una de las medidas que propone el Observatorio de la Sostenibilidad es precisamente un mapeo y seguimiento para solucionar la pobreza energética y la desigualdad de las comunidades más vulnerables.

En los casos en los que no sea viable, instan a transportar a estas personas a lugares públicos con aire acondicionado o centros de enfriamiento, además de poner en marcha un sistema de alertas públicas, líneas telefónicas directas y equipos vecinales para vigilar a las personas mayores y a las personas con salud problemática.


Un hombre se refresca en una fuente, a 10 de agosto de 2023, en Murcia,

Aumentar el número de árboles y fuentes de agua potable

El calor extremo acecha dentro y fuera de las casas. En esta línea, el Observatorio de Sostenibilidad pide aumentar el número de árboles, jardines –públicos o privados– y también el de cubiertas y fachadas verdes en las ciudades, ya que, según explican, “pueden reducir la temperatura urbana en dos o tres grados”. Sumado a ello, aboga por favorecer la presencia de más agua libre en la ciudad a través de fuentes, así como la restauración ecológica de los tramos de ríos urbanos o zonas húmedas limítrofes.

La plataforma ciudadana MurciaLab publicó en agosto de 2024 un informe sobre plazas y jardines en el que alertaban precisamente de la necesidad de incluir más zonas verdes y fuentes en el mapa municipal de Murcia, además de las grandes temperaturas que alcanzan las zonas pavimentadas en los meses más cálidos. Las propuestas, según la plataforma, siguen siendo las mismas en la actualidad que hace un año, ya que “no ha habido ni un cambio ni mejoras respecto a 2024”, explican a esta redacción.

“Aunque Murcia se caracteriza por ser una ciudad de temperaturas cálidas donde la gente vive mucho en la calle, muchos de los espacios públicos de la ciudad presentan carencias evidentes para su buen uso, especialmente por la escasez de vegetación que genere la sombra adecuada para crear espacios confortables en los meses de verano”, analizan desde la plataforma. Entre las propuestas concretas se encuentran cambiar el sistema de alcorques por otros que multipliquen menos el calor –señalan que el material de los alcorques similar al del suelo de los parques donde juegan los niños acumula hasta 15 grados más que el pavimento–, fortalecer la red de fuentes de agua potable o pasar de un sistema de poda agresiva e indiscriminada a uno de poda mínima.

Red de refugios climáticos

Por su parte, el consistorio murciano tiene en marcha varias iniciativas que buscan aliviar a la ciudad de las altas temperaturas que se registran, sobre todo, en los meses estivales. El 8 de julio se anunció la instalación de 73 toldos en el casco urbano, que se suma al conocido como ‘Plan Sombra’, adjudicado en marzo con un presupuesto de 400.000 euros para dotar de toldos al 75% de los colegios del municipio. Del mismo modo, el 5 de julio se anunció una reorganización de los horarios del personal de limpieza viaria y gestión de residuos para evitar las horas más calurosas del día.

El Ayuntamiento de Murcia también cuenta con una red de refugios climáticos, que presentó en junio a técnicos de la Unión Europea. Se trata de casi un centenar de espacios entre los que se incluyen salas de estudio, centros culturales y otros edificios públicos como el Museo de la Ciudad, el Museo Salzillo, las plazas de abastos y toda la red de bibliotecas municipales. “Todos ellos están ubicados estratégicamente, son de fácil acceso y tienen horarios amplios que permiten su uso durante las horas más calurosas del día”, apuntan fuentes del consistorio.

Sin embargo, muchas de estas medidas se quedan cortas para la oposición. “Ahora mismo, tenemos una ciudad que en verano es agresiva para vivir. Más allá de la incomodidad, tenemos un problema como municipio”, señala a esta redacción Ginés Ruiz Maciá, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Murcia. “Cada vez tenemos más noches tropicales. Eso, en un municipio que está lleno de islas de calor, impermeabilizado prácticamente entero en zonas urbanas, hace que la sensación térmica sea durante dos o tres meses prácticamente insoportable”, añade.

Ruiz Maciá cree que el principal problema es que el calor extremo no está en primera línea del debate político murciano. Asimismo, lamenta el rechazo del pleno municipal este jueves a una moción del PSOE que pedía regular los semáforos para que los peatones no pasaran tanto tiempo esperando al verde en los meses más calurosos. Más allá de esta propuesta –que considera casi “anecdótica”–, defiende la construcción de dos grandes zonas verdes en el municipio al que sumar otros pequeños espacios, levantar suelos duros, cambiar suelos impermeables por suelos permeabilizados y realizar una mejor selección del arbolado.

Un sistema de control de políticas contra el calor

Desde el Observatorio de Sostenibilidad creen que la clave está en realizar una evaluación de políticas en la lucha contra el calor extremo, con una recogida de experiencias exitosas en otras ciudades, implantación de indicadores y sistemas de rendición de cuentas. “El país entero y todos sus sectores productivos deben adaptarse a estos importantes aumentos de temperaturas y al resto de situaciones meteorológicas extremas que ya se están observando, como incendios forestales, inundaciones o aumento del nivel del mar”, subrayan.

Los ciudadanos de a pie tienen, quizás, menos opciones. “Sobrevivir al verano murciano sin aire acondicionado no es solo una cuestión de temperatura: es una historia de adaptación, de economía medida al milímetro”, explica Juan, que añade que también se trata de “encontrar pequeños milagros, como dormir a cielo abierto, que ayudan a sobrellevarlo todo con algo de dignidad”.