Mientras que el ‘Wall Street Journal’ publica informaciones sobre los vínculos del presidente con Epstein, Fox News lo compensa con creces
Trump expulsa al ‘Wall Street Journal’ del viaje oficial a Escocia tras demandar al periódico por la exclusiva sobre su amistad con Epstein
A raíz de las nuevas revelaciones sobre la amistad entre Donald Trump y el difunto multimillonario caído en desgracia Jeffrey Epstein, el imperio mediático de Rupert Murdoch ha echado más leña al fuego a la vez que ha salido en defensa de Trump. Los expertos afirman que, al igual que el movimiento MAGA en general, el caso Epstein está poniendo a prueba la relación, en su mayor parte amistosa, entre Trump y Murdoch.
Y pensar que hace solo unos meses, en el funeral de Jimmy Carter, Barack Obama y Donald Trump se reían juntos en los bancos de la iglesia.
Pero en su último intento por negar y desviar la atención ante la controversia, Trump está pidiendo que se procese a su predecesor por intentar “amañar las elecciones” en su contra en 2016. Por supuesto, Fox News, la joya de la corona en la cartera de propiedades mediáticas de Murdoch, ha seguido su ejemplo: en uno de los días posteriores a las repercusiones del caso Epstein, las menciones al nombre de Obama aparentemente superaron a las del pedófilo convicto y presunto espía, por una puntuación de 117 a dos.
Pero hay problemas en el paraíso. El Wall Street Journal (WSJ) de Murdoch publicó la noticia de que Trump supuestamente escribió un mensaje de cumpleaños sórdido a Epstein en 2003. El presidente hizo entonces lo que mejor sabe hacer: presentó una demanda por difamación por miles de millones en daños y perjuicios. Trump pidió este lunes a un tribunal estadounidense que ordene la declaración de Murdoch. Sus abogados afirman que Trump le dijo a Murdoch antes de que se publicara el artículo que la carta a la que se hacía referencia en la noticia era falsa, y Murdoch le respondió a Trump que “se encargaría de ello”.
Fox News vs. el WSJ
“La dinastía mediática Trump-Murdoch siempre ha sido muy cálida”, afirma Margot Susca, profesora adjunta de Periodismo en la American University y autora de Hedged: How Private Investment Funds Helped Destroy American Newspapers and Undermine Democracy (Cómo los fondos de inversión privados contribuyeron a destruir los periódicos estadounidenses y socavar la democracia). “Fox News, propiedad de Murdoch, es prácticamente la televisión estatal de Trump”.
Al comienzo de su segundo mandato, Trump nombró a varias personalidades de Fox News para su equipo de la administración, concretamente a Pete Hegseth, secretario de Defensa, que era presentador los fines de semana del programa Fox & Friends y ha asumido su cargo en el Pentágono con el vigor que se espera de un veterano busto parlante.
“Me gustaría creer que la demanda por difamación de 10.000 millones de dólares que Trump presentó contra el Wall Street Journal y Rupert Murdoch por su cobertura sobre Epstein servirá como una llamada de atención para que Murdoch no se sienta inmune al acoso mediático de Trump”, afirma, refiriéndose a la gran cantidad de formas en que Trump ha impuesto su voluntad contra los medios. “Deberían haber favorecido la libertad de prensa y haber elegido el papel de la prensa en la democracia por encima del acceso y el amiguismo”.
Hasta ahora, la Casa Blanca ha tenido una línea directa con la cadena de televisión más influyente del país.
Susca admite que, aunque el WSJ es un “punto brillante” en la “cobertura servil” al presidente de la lista de otras propiedades de Murdoch, Fox, la cadena de noticias con mayor audiencia de Estados Unidos, podría fácilmente exigir responsabilidades al Gobierno día a día. Pero, por un lado, como señala Susca, Fox “apenas ha mencionado” la demanda por difamación, mientras que, por otro, el WSJ “sigue teniendo publicada su historia sobre Epstein”.
Trump, ansioso por escapar de las innumerables y legítimas preguntas que rodean su bien documentada antigua amistad con Epstein, ha movilizado a todos sus medios de comunicación y tropas del Congreso para distraer la atención de sus vínculos con una teoría conspirativa que él mismo ha alimentado entre sus discípulos MAGA durante años.
“Es evidente que Trump quiere distraer la atención del hecho de que mantenía una estrecha y íntima amistad con Epstein, un multimillonario pedófilo que parecía haber creado una red mundial de trata de personas”, afirma Edward Ongweso Jr, investigador sénior de Security in Context, un proyecto internacional de académicos con sede en la Universidad de Massachusetts Amherst. “Y quiere distraer la atención de la obvia implicación de su cambio de postura (pasando de insistir en que los archivos de Epstein se harían públicos a insistir en que nunca existieron y que fueron inventados por los demócratas para derrocarlo): que él aparece en ellos”.
Salir airoso
Ongweso señala que la capacidad de Trump para esquivar las noticias no tiene parangón: “Es difícil imaginar cómo cualquiera de sus tácticas podría funcionar, pero, por otra parte, ha salido airoso de casi todas las situaciones que habrían condenado a cualquier otra persona, ¿no es así?”.
Pero el presidente ya cuenta con ayuda.
Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, “cerró” convenientemente el Congreso para evitar una votación en el pleno sobre la publicación de todos los archivos del Departamento de Justicia relacionados con Epstein, mientras que Mike Flynn, exasesor de seguridad nacional de Trump y exgeneral (convertido en predicador de QAnon), ha dicho a sus seguidores que Obama debe ir a la cárcel por el informe Mueller de 2019, que ya tiene varios años.
“Toda la investigación corrupta se basó en una mentira inventada que formaba parte de un GOLPE DE ESTADO de [Obama] para derrocar a Estados Unidos”, publicó en X, antes de pedir al FBI y al Departamento de Justicia que investigaran y arrestaran al expresidente. “¡EL MAL PERSONIFICADO!”, dijo en otra publicación con cientos de miles de visitas. El respaldo de Flynn a la conspiración sobre Obama supuso un giro radical con respecto a los días en los que suplicaba sin descanso la publicación de los archivos de Epstein.
Pero mientras que el WSJ, una publicación más independiente y centrista en comparación con el resto del imperio mediático de Murdoch, arrojó piedras contra el presidente, Fox News lo está compensando con creces. Quizás para evitar el destino de Paramount y ABC, que pagaron grandes sumas a Trump para resolver demandas que, en última instancia, implicaban cuestiones de libertad de prensa. Ambas cadenas podían haber vencido a Trump basándose en los hechos de los casos, pero evitaron más litigios en lo que muchos han considerado un auténtico soborno a un presidente poderoso y propenso a las demandas.
“Creo que se trata más de precaución que de seguir la corriente, pero no veo cómo va a durar”, dice Ongweso, refiriéndose a Fox y su cobertura de Obama por encima del tema más escandaloso y relacionado con MAGA de Epstein. “Ha conseguido que Paramount y ABC lleguen a un acuerdo a pesar de que sus casos eran ganables”.
El año pasado, la Fox de Murdoch arrasó a la CNN en la noche de las elecciones, consiguiendo millones de espectadores más y haciendo que sus presentadores adularan a Trump, muy lejos de cuando la cadena le hizo enfurecer al declarar Arizona para Joe Biden en 2020, decidiendo finalmente la presidencia.
Se rumorea que el propio Murdoch no es un admirador personal de Trump y que, según se informa, apoyó a Ron DeSantis, gobernador de Florida, para la presidencia en el período previo a las elecciones de 2024, antes de cambiar de bando nuevamente. Incluso su propia familia cercana ha disfrutado de relaciones cordiales con empresas de medios de comunicación que estaban firmemente en la órbita demócrata.
Aun así, Ongweso cree que los periodistas del WSJ podrían percibir que el presidente está en apuros e informar sobre él en consecuencia.
“Ha habido un goteo de material adicional sobre Epstein y Trump, y recientemente han resurgido fotos que muestran a Epstein en la boda de Trump con Martha Maples en 1993”, dice. “Sin duda, los periodistas del WSJ descubrirán más cosas y, a menos que haya interferencia editorial, no veo cómo el imperio de Murdoch puede evitar volver a mencionar su nombre”.