viernes, julio 18 2025

En peligro por una filtración del Gobierno británico: «Cuando esos datos caigan en manos de los talibanes, provocarán mi detención, tortura y muerte»

Empleados afganos de los aliados y cuyas identidades fueron reveledas por un fallo del Gobierno británico en 2022 temen por su seguridad y la de sus familias y se sienten traicionados por el país por el que arriesgaron sus vidas

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Estas son las voces de los afganos cuyos datos se incluyeron en una filtración de datos de 2022 del Gobierno británico y que se hizo pública el martes tras levantarse una orden judicial. Todos los nombres han sido cambiados para proteger su identidad.

Azizullah

Trabajé con las fuerzas británicas y de la coalición encabezada por Estados Unidos como intérprete en Helmand y Kandahar durante más de 10 años.

Cuando leí el correo electrónico la mañana del 15 de julio, me quedé paralizado. Sentí que se me helaba la sangre. Descubrir que el Gobierno británico había filtrado por accidente los nombres y datos de personas como yo, afganos que habían trabajado con el ejército del Reino Unido, que habían confiado en el país y que ahora viven con miedo por haberlo hecho.

Lo primero que me vino a la mente no fue mi seguridad. Fue la de mi familia. Mi madre, mi hermano, mi hermana, que ahora mismo están en Turquía esperando. Llevamos cuatro años esperando en virtud de la Política de Reubicación y Asistencia a los Afganos (ARAP, por sus siglas en inglés), enviando un correo electrónico tras otro, aferrándonos a la promesa de que el Reino Unido no nos abandonaría. Y ahora, esto. Esta quiebra. Esta traición.

Yo soy quien se encarga de todos los trámites de mis familiares y el único que sabía hasta ahora de esta filtración. Todavía no se lo he dicho. ¿Cómo voy a hacerlo? Mi familia ya ha sufrido bastante. Si les cuento lo que ha pasado, me aterra pensar en cómo les afectará, no solo emocional, sino también físicamente. Se derrumbarán. Lo sé.

Y no solo ellos. Mi tía y sus hijos se quedaron en Afganistán. Han colaborado mucho con la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, creada por la ONU) y, más tarde, con las fuerzas de la coalición, tanto británicas como estadounidenses. Ahora están escondidos. Si los encuentran, morirán. No me cabe duda. No estamos hablando de un riesgo hipotético. Estamos hablando de personas que están siendo perseguidas, detenidas, torturadas y asesinadas. Y está sucediendo mientras escribo estas líneas.

Van a morir en ese infierno a menos que alguien actúe. Y quiero dejar claro que salvarles es responsabilidad exclusiva del Gobierno británico. Es su error. Nos deben nuestras vidas.

Naser

Trabajé con las fuerzas de la coalición en Afganistán no solo como intérprete, sino también en proyectos de seguridad. Cuando estalló el caos en Abbey Gate en agosto de 2021, tenía un salvoconducto, pero aun así no pude subir a ningún vuelo de evacuación. Desde entonces, he solicitado ayuda una y otra vez a los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. Incluso me arriesgué a viajar a Pakistán, donde esperé más de un año, sin ingresos y con un miedo constante. Otros compañeros que trabajaban conmigo fueron reubicados en Alemania desde Pakistán. Esperé y vi cómo muchos de mis colegas se marchaban uno tras otro. Pero la vida allí [en Pakistán] era insoportable, y decidí volver a Kabul, porque en ningún otro sitio nos trataban bien.

Ni siquiera sabía que ayer [martes] se enviaron los correos electrónicos. Mi hermano recibió uno y me lo dijo. Los correos electrónicos que enviamos con nuestras solicitudes a lo largo de los años, nuestros archivos, contenían nuestras fotos junto a los soldados de la OTAN, nuestras direcciones y detalles de los proyectos de seguridad en los que trabajábamos. Se envió toda la información que podía ayudarnos a reubicarnos. Estoy aterrorizado. ¿Cómo puede alguien ser tan descuidado con nuestras vidas? Los talibanes persiguen activamente a quienes trabajaron con las fuerzas británicas. ¡No estoy enfadado! Me avergüenza haber puesto en peligro la vida de mis hijos por una potencia extranjera.

Mi familia y yo hemos sido detenidos varias veces a lo largo de los años: mis hermanos, mis primos y yo. En aquel entonces, al menos, esperaba que los talibanes no tuvieran información sobre nuestro pasado como colaboradores. ¿Pero ahora? ¿Cómo nos salvaremos si de repente sacan una lista? ¿Y si lo negamos y nos muestran las pruebas delante de las narices?

Las últimas 24 horas han sido insoportables. Desde 2022, algunas personas han recibido invitaciones del Gobierno británico para entrar en el país, pero nosotros no. Nos sentimos olvidados. Le suplico al Gobierno británico que no solo ayude a los que están atrapados en Pakistán e Irán, sino que también ayude a los que trabajamos con el Reino Unido y estamos atrapados en Afganistán. Mis hijos, mi madre anciana… Solo me tienen a mí. La mayoría de los miembros de mi familia ya se han ido a otros países. Yo sigo en Afganistán. Estoy asustado y confundido.

Nos dijeron [las autoridades británicas] que no respondiéramos a los correos electrónicos, sino que utilizáramos el portal. Cuatro años de espera y la ayuda todavía no ha llegado. ¿Qué esperanza nos queda ahora? Lo perdimos todo en Pakistán: nuestros ahorros, nuestra dignidad. Ahora, sin dinero y sin vuelos de evacuación, con los vecinos echándonos de sus casas, me pregunto: ¿no somos humanos? ¿No merecemos ayuda?

Sameem

Me concedieron el estatuto de refugiado en el Reino Unido en 2013 y desde entonces he trabajado como intérprete autónomo para el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Defensa, lo que incluía la formación de soldados británicos. Mi esposa pudo venir también al Reino Unido y solicité el traslado de mi familia —mi padre, mi hermano y mis hermanas— a través del programa ARAP [política de reubicación y asistencia a afganos, por sus siglas en inglés], pero me dijeron que no cumplían los requisitos.

Pero mis familiares corren un gran peligro en Afganistán debido a su trabajo. Mi padre fue fiscal del Gobierno afgano durante muchos años. Los talibanes mataron a uno de mis hermanos en 2011 y otro fue asesinado a tiros delante de sus dos hijos en 2021. Desde que Kabul quedó bajo control de los talibán hace cuatro años, mi familia vive escondida.

Ayer [martes] recibí un correo electrónico del Gobierno británico en el que me informaban de que mis datos podrían haber sido filtrados. Me proporcionaron un enlace para que yo mismo pudiera confirmar que era una de las personas afectadas y pude comprobar que efectivamente así era. Es muy preocupante y frustrante, porque significa que ahora los talibanes pueden localizar fácilmente a mi familia.

Respondí al correo electrónico diciendo: “Mi familia corría un gran peligro en Afganistán y ustedes no les ayudaron a reubicarse, pero ahora han compartido sus datos. Si les pasa algo, ¿quién se hará responsable?”. No han respondido.

El Gobierno británico debe asumir ahora la responsabilidad de esta filtración de datos. Ya he perdido a dos miembros de mi familia. No quiero perder a más.

Shah

Sé que mi nombre figura en la lista filtrada porque el Gobierno británico me notificó que mis datos se habían visto comprometidos en una filtración de datos del Ministerio de Defensa. Mi familia y yo, que vivimos en Afganistán, nos enfrentamos ahora a una amenaza inminente contra nuestras vidas debido a esta filtración. Creo que cuando esos datos caigan en manos de los talibanes, provocarán mi detención, tortura y muerte. Después de que los talibanes tomaran el poder, me escondí porque desempeñé un papel relevante en los tribunales para llevar a los terroristas talibanes capturados por los británicos ante la justicia.

Los talibanes han interrogado a miembros de mi familia para intentar que les proporcionen información sobre mi paradero, por lo que ahora me es demasiado peligroso tener cualquier tipo de contacto con ellos. Me he trasladado a un lugar seguro debido al peligro en el que me encuentro.

En la primavera de 2023, el interés de los talibanes por mí aumentó. Creo que esto puede estar relacionado con la filtración de datos. Localizaron a mi familia, pero yo no estaba en casa porque me había escondido en otro lugar. Desde entonces, han interrogado a muchos miembros de mi familia para obtener más información sobre mi paradero. Contrariamente a lo que dice el Gobierno británico, no creo que los talibanes hayan perdido interés en mí. Lo peor de todo esto es no haber sabido hasta esta semana que mi nombre figuraba en una base de datos filtrada a la que los talibanes podrían haber tenido acceso.

Ahmad

Iba de camino a una cita con el médico para buscar tratamiento para una enfermedad relacionada con el estrés cuando apareció en mi bandeja de entrada el correo electrónico del Gobierno británico. Me sentó fatal. Ya estaba sometido a un estrés enorme debido a la situación de mi familia, pero esto empeoró las cosas.

Entre 2016 y agosto de 2021 trabajé con la NDS-D011, una unidad de la Dirección Nacional de Seguridad de Afganistán que contaba con el apoyo de los servicios de inteligencia británicos. Tras la caída de Kabul y mi evacuación al Reino Unido en 2021, envié los datos personales de mi familia más cercana —mis padres, dos hermanas y tres hermanos— al Ministerio de Defensa como parte de una solicitud de reunificación familiar.

A pesar de que han pasado más de tres años, ni yo ni ninguno de mis aproximadamente 120 colegas que también se trasladaron al Reino Unido hemos conseguido poner a salvo a nuestras familias. Formo parte de un grupo de chat con estas personas y ayer [martes], otras 65 personas informaron de que habían recibido el mismo correo electrónico en el que se reconocía la filtración de datos.

Anoche, todos nos pusimos en contacto con nuestras familias y les advertimos de que tomaran precauciones de seguridad adicionales. Ninguno de nuestros familiares puede vivir libremente ni de forma segura en Afganistán. Dos de mis excompañeros que no pudieron huir del país fueron detenidos por los talibanes hace unos ocho meses y siguen encarcelados. Los talibanes consideran traidores a todos los que han trabajado con gobiernos extranjeros y los castigan por ello. ¿Pueden estos gobiernos [del Reino Unido y los países de la coalición] garantizar que los talibanes mantendrán su promesa de no atacar a nuestras familias?