viernes, julio 18 2025

Los datos de Hacienda señalan que los caseros ganan un 35% más con el alquiler temporal o turístico que con el habitual

La última estadística de declarantes del IRPF incide en el mal endémico de nuestra economía por las elevadas rentabilidades que logran las inversiones inmobiliarias, ahora impulsadas por los alquileres turísticos

Un millón y medio de hogares, ahogados por el alquiler: el mapa que te dice dónde podrías vivir, calle a calle

Es el mal endémico de nuestra economía. La especulación inmobiliaria fue la causante de la gran crisis financiera de 2008, y vuelve a ser la soga de las familias trabajadoras. Vuelve a estar detrás del malestar de los más vulnerables, ahogados por los precios del alquiler y sin poder comprar una vivienda digna, sobre todo en las grandes capitales y en los destinos turísticos, donde se concentra la mayor parte de la oferta de empleos.

La última estadística de declarantes del IRPF (Impuesto sobre la renta de las personas físicas) ofrece la clave de la actual dimensión de este problema persistente: los caseros ganan un 35% más con el alquiler de temporada o turístico que con el habitual, en el promedio nacional.

Según este mismo cálculo, los ingresos íntegros anuales en el primer caso se alzan hasta rozar los 10.000 euros. En el segundo, se quedan en algo más de 7.200 euros. Este diferencial es mucho mayor en Madrid, Catalunya, Illes Balears… como se puede observar en el primer gráfico de este reportaje. Es decir, los precios del alquiler para vivir están presionados al alza por las elevadas rentabilidades que logran los alquileres no habituales, alimentando la especulación inmobiliaria. Otra vez.

Esta conclusión que se obtiene de los datos de Hacienda no es novedosa. Pero sí lo es la propia fuente de información: por primera vez se pueden comprobar los rendimientos que declaran en la Agencia Tributaria las personas que alquilan viviendas para uso normal y para uso temporal o turístico en toda nuestra geografía, excepto en las provincias de Euskadi y Navarra, que tienen sus propios conciertos fiscales y no comparten sus cifras.

La estadística de declarantes de IRPF se publicó la semana pasada con los datos de 2023. Como viene siendo habitual, esta estadística dedicó un módulo específico a la vivienda, aunque con más detalles que nunca. Una información que incluye los ingresos y la rentabilidad que obtienen los caseros con los alquileres respecto al valor de referencia de sus viviendas, teniendo en cuenta que los arrendamientos habituales alcanzan una media nacional de 350 días al año ocupados (contratos nuevos más los que vienen de atrás), y los temporales o de uso turístico solo de 271 días. Unos promedios que varían bastante dependiendo de las comunidades autónomas, según en cuáles son más importantes las temporadas altas de turismo o en cuáles la llegada de visitantes se reparte a lo largo del año.

“Desde que el franquismo apostara por crear una sociedad de propietarios, la vivienda siempre ha sido en nuestro país la forma predilecta de ahorro para las familias y se ha considerado una forma de inversión segura y rentable a largo plazo. Los datos confirman que invertir en vivienda en España es muy rentable y sigue siendo más rentable que cualquier inversión alternativa, ya sea productiva o financiera. Y esto se explica porque las políticas públicas aplicadas durante décadas han apuntalado que esto sea así”, señala un informe del gabinete económico de CCOO.

“La actual burbuja se está inflando con la extracción de ingresos de las familias trabajadoras por los rentistas. El mercado del alquiler es el que más rápidamente está creciendo impulsado por mucho capital especulativo atraído por las altas rentabilidades. En las zonas céntricas de las ciudades, los pisos turísticos han abierto la posibilidad de seguir engordando los beneficios cuando ya no es posible ir más allá en la extracción de renta de los residentes locales”, defiende el documento ‘Bajar el precio de la vivienda: clave para el desarrollo personal y el progreso del país’, presentado por Sumar en el Congreso de los Diputados, recientemente.

Esta dinámica especulativa en el mercado de la vivienda, y su deriva turística, hace que las diferencias de ingresos anuales entre los caseros que alquilan para vivir y los que lo hacen para uso no habitual sea mayor en las zonas costeras. Por ejemplo, en Balears y Las Palmas la variación supera el 80%, en Málaga y Barcelona el 50%, y en las provincias de Valencia también se acercan a esa cifra. Mientras, en zonas del interior, como Cáceres o Albacete, el porcentaje apenas es del 20%.

En agregado, según los datos del IRPF que se conocen hasta el cierre 2024 (con menos detalle que la estadística de declarantes de 2023), los ingresos de las familias por alquilar inmuebles (viviendas, locales o garajes) en nuestro país se han disparado en los últimos años por las subidas de precios. Estas ganancias por los arrendamientos, que perciben algo más de tres millones de hogares (sin contar los que se obtienen a través de empresas), se han duplicado desde 2008 hasta rebasar los 31.500 millones en 2024. Ya son la principal renta del capital en España, por delante de las financieras y las ganancias patrimoniales.

Estas tres fuentes de ingresos —los alquileres, el capital mobiliario (dividendos, intereses de los depósitos…) y las ganancias patrimoniales (plusvalías tras vender viviendas o acciones)— superan el 10% de todas las rentas de los hogares —las principales son las del trabajo (sueldos y pensiones)—. Un hito que no ocurría desde el estallido de la burbuja inmobiliaria.

“Para las familias supone una fuerte extracción de renta, que echa por tierra las subidas salariales, aboca a muchos hogares a no llegar a fin de mes y limita a nivel macroeconómico la demanda agregada. Estas familias deben destinar una parte cada vez mayor de sus ingresos a pagar la vivienda, en detrimento de otros bienes y servicios básicos de la economía real, que además generarían más actividad y empleo”, prosiguen los expertos de CCOO.

“Para el capital [el dinero de empresas y de familias, que es el que recoge principalmente el IRPF], genera el incentivo perverso de que es más rentable especular y extraer renta de la vivienda que realizar inversiones productivas, que generan valor añadido y tejido productivo”, añaden desde el sindicato.

La estadística de declarantes de IRPF permite llegar a los municipios. En los dos últimos gráficos de este reportaje es posible ver las diferencias que existen en los municipios de más de 20.000 habitantes con más de 50 viviendas puestas en alquiler, tanto habitual como temporal o turístico. En los más tensionados por el turismo, los diferenciales entre los alquileres de viviendas para vivir y los alquileres temporales se ensanchan.

Esta ‘turistifación’ tiene consecuencias en el mercado de la vivienda —dificultando el acceso a una casa digna y asequible por la inversión especulativa—, y en otros aspectos de la vida cotidiana —como los relacionados con la desaparición del comercio tradicional o de cercanía, o con la transformación de barrios enteros para favorecer a los visitantes frente a los vecinos—. Este año, en el concurso de agrupaciones del carnaval de Cádiz (COAC), la comparsa ganadora, ‘Las ratas’, de Jesús Bienvenido, recogió este conflicto: “Toda la vida aterrado mirando hacia el mar; y el maremoto llegó por el puente. Ya viene. Ya viene. Lo que para ti es solo un trozo de ciudad cualquiera. Un capricho caro. Un antojo. Para mí, es mi barrio. […] Muere el pequeño comercio. Agoniza el vecindario. Disparan alto los precios de vivir”.

“El alquiler funciona de forma regresiva, transfiriendo rentas de los cuartiles más bajos a los más altos”, explica Javier Gil, que esta misma semana ha publicado un papel académico que demuestra que el mito del “pequeño propietario” y el “casero vulnerable” son estrategias de los grupos de presión y las patronales inmobiliarias para perpetuar el statu quo del rentismo, frente a la evidencia de los datos.

Este experto considera que “los hogares de los caseros, aun descontando lo que reciben por los alquileres, siguen siendo las poblaciones de mayor renta”. “El mito de los caseros vulnerables es residual, pero lo escuchamos como si fuera el actor dominante del mercado para alinear sus intereses con los de la mayoría de la población”, desarrolla.