La actriz presenta su debut literario ‘Mi violencia es tuya’, una obra que retrata la Badajoz de los 2000 con la mirada puesta en las preocupaciones de antaño, muchas de ellas en la actualidad
La película que muestra la violencia hacia las mujeres de realities como ‘La isla de las tentaciones’
Con apenas 33 años, Carolina Yuste ya cuenta con dos premios Goya en sus vitrinas. El primero de ellos lo ganó en 2019 a la mejor actriz de reparto por su papel en Carmen y Lola, mientras que fue hace tan solo unos meses cuando se consagró con el galardón a la mejor actriz protagonista por su trabajo en La infiltrada. Desde entonces, Yuste ha aprovechado su altavoz para reivindicar derechos como el de la vivienda digna, algo que ya hizo en el discurso de la ceremonia y una preocupación que vuelve a estar presente en su debut literario Toda mi violencia es tuya (ed. Barrett), una carta a todo aquello que nos violenta y que nos termina caracterizando por completo.
Un trabajo que supone toda una recopilación de recuerdos que transporta al lector a la sociedad de los 2000, momento en el que la cineasta era una adolescente y época en la que ahora ambienta su novela. Lo hace jugando constantemente con el cambio de los tiempos y del espacio, donde todo se difumina y se esclarece conforme avanza el viaje. Pese a que Carolina Yuste apunta que la obra no está escrita en primera persona y que se trata de un personaje, su experiencia se plasma de forma irremediable a lo largo de las páginas. “Todo este universo de feria, carnavales en los inicios del reguetón y Britney Spears nos pilló ahí tanto a la generación de los 90 como a los que fuimos adolescentes en los 2000”, cuenta la autora a elDiario.es.
No obstante, su impulso principal fue poner en el foco una historia sobre Badajoz, donde ella creció y ciudad que se torna el escenario de Toda mi violencia es tuya. “Lo que me pasaba es que veía pelis y series, escuchaba canciones, leía libros, pero eran ficciones que, aunque sí que me podían tocar, eran de otro tipo de gente”, dice Carolina Yuste, resaltando que “el punto de partida fue las pocas narrativas que hay sobre Badajoz y sobre Extremadura, sobre lo que fue ser adolescente en los 2000 en la provincia y sobre las realidades de la gente”. Es por ello que, una idea que nació pensada para el guion de una película, se acabó transformando en un libro sobre “cómo la vida sucede y muchas veces no eres consciente de lo que está pasando”.
A través de la novela, Yuste indaga en las distintas vías de violencia, algo que siempre le “ha interesado”, y sobre cómo existen algunos tipos de violencia que “aceptamos más que otros”: “Hay explosiones más directas, que son mucho peor vistas que las violencias que tienen que ver con la manipulación, con la estrategia y con los psicópatas y sociópatas”. Para ella, es la mezcla de toda esa violencia que también nos pertenece y que también forma parte de nosotros la que da sentido a la obra. “Hago esa reflexión de entender el mundo y el universo de manera holística y de entender que yo soy tú y que tú eres yo, y que todos formamos parte de una misma cosa que nos traspasa de todas las formas”, señala la escritora.
Asimismo, Toda mi violencia es tuya destaca las necesidades de los jóvenes en un contexto que, en ocasiones, no dista demasiado del actual. Uno de los pasajes, en alusión a Badajoz, dice así: “No hay mucho que hacer en esta ciudad que no sea salir a hacer botellón. O quizá sí. Quizá hay una oferta cultural de la hostia que me estoy perdiendo. Aunque lo dudo”. Yuste comenta que esa desigualdad continúa: “Aunque claramente en las capitales hay más acceso a todo este tipo de oferta cultural, de obras de teatro, de exposiciones, de conciertos, de películas en versión original que vienen de diferentes partes del mundo, en las provincias seguimos estando jodidos”.
La actriz alega que el “capital cultural” es “una cosa importantísima”, aludiendo que “te da la posibilidad de imaginar un montón de cosas y de conocer y adquirir conocimiento, que es lo más importante para generar seres humanos absolutamente plenos y en consciencia con el mundo en el que habitamos”. “Hasta que en muchos lugares no se den cuenta de que el arte y la cultura pueden incluso ser industria y pueden dar muchos puestos de trabajo a la gente, siendo un sistema beneficioso no solo en lo personal, emocional y espiritual, sino también en lo social, seguiremos en desigualdad”, agrega la badajocense.
Carolina Yuste, en la redacción de elDiario.es
Carolina Yuste explica que “todo el arte tiene un componente social”, pero sostiene que “catalogar qué tipo de arte es social o no nos lleva a un pensamiento muy limitado”. “El arte no puede dejar de ser social, lo que pasa es que tú eliges a qué tipo de sociedad miras y a qué tipo de sociedad iluminas”, dice a este periódico la autora. Yuste indica que “el lenguaje es la primera forma de expresión, pero también la primera forma de violencia”, y menciona el término de “películas de barrio”: “Las películas de barrio son también las del barrio Salamanca, lo que ocurre es que son otro tipo de barrio. Hemos pervertido tanto el lenguaje que simplemente el hecho de decir ‘peli de barrio’ ya me parece violento”.
La autora de Toda mi violencia es tuya afirma que “lo importante es sublimar en el arte las cosas que nos tocan y que nos mueven, coger las historias que nos atraviesan e intentar generar luz todo el rato sin parar”, pues después “cada uno elige hacerlo desde el lugar que le toca, dependiendo de los intereses que se tengan”. En el libro, Yuste refleja la realidad de quien no puede permitirse comprar una casa: “Digo mi casa, pero de mía nada. Es un espacio que alquilo por dinero”. En referencia a esa cita, la cineasta señala que lo que le interesaba era ahondar en las “violencias que no siempre sabemos identificar como violencias”, como es el caso de los altos precios de los alquileres.
Estas preocupaciones llevan a que la obra tenga una potente crítica a la política, con frases que apuntan directamente a quienes ocupan los altos cargos y la frustración que generan en la sociedad. “Hace tiempo que asumimos la no acción, y lo entiendo”, reza una de las citas del ejemplar. “Este cansancio no es mío. Es de todas. Mientras tanto, ellos hablan y debaten las reglas que nos imponen desde la carrera de San Jerónimo s/n, más empresas asociadas, y tragamos y tragamos porque no sabemos hacer otra cosa”, se escribe en el libro. Carolina Yuste cuenta que “es un personaje atravesado por una violencia estructural que bastante tiene con sobrevivir”: “A veces la acción está en levantarse por la mañana y conseguir ir a hacer una clase de danza, y eso lo entiendo”.
Carolina Yuste publica ‘Toda mi violencia es tuya’
Por otro lado, la novela trata el sufrimiento de las mujeres de los 90, adolescentes en los 2000, que crecieron viendo a mujeres con cuerpos perfectos, ya sea en los programas de televisión o en las revistas. “Dentro del cuerpo. Ahí es donde hay que buscar”, resalta Yuste en Toda mi violencia es tuya. Aun así, lo cierto es que desde aquel entonces hasta ahora todavía queda mucho que mejorar. Las redes sociales como Instagram, a las cuales se tiene acceso desde edades muy tempranas, están afectando a los jóvenes de hoy. La intérprete considera “muy peligroso” que los cuerpos perfectos e irreales que se ven en Instagram puedan llegar a ser los referentes de las niñas de hoy. “El tema está en elegir dónde mirar en busca de la conciencia y de amor”, dice al respecto.
“Todo el libro es un ejercicio de pensamiento sobre el ser. Más allá de lo anecdótico de la narración y la historia de ficción, puede ser la historia de una chavala de los 2000 o la historia de una bailarina de los 30 que también se ve llena de todas esas violencias que tienen que ver con lo social, con lo laboral, con el cuerpo, con lo físico, con lo relacional”, comenta Yuste. “Es una reflexión sobre la fugacidad del instante. Intentar agarrar el presente es casi una misión imposible, porque a lo que te estás agarrando ya pasó, ya se fue, ya existió en otro tiempo. Cada uno lo puede percibir a su manera, por supuesto, pero para mí tiene que ver más con la necesidad de agarrar la vida y agarrar el presente, que por su propio ser es imposible”, añade la autora.
Estilizado como ToDa Mi VioLeNciA eS tUyA^^ en referencia a la manera de la que se escribía en los 2000 a través de aplicaciones como Messenger, Carolina Yuste presenta un viaje que bien podría ser su mayor acto de fe. “Como si no fuera el mayor acto de fe y de amor entregar también la violencia, la rabia, la ira”, escribe en la obra. Sin embargo, ella sentencia que ha hecho “muchos actos de fe” en su vida: “Lo bonito del ser humano son las relaciones y los vínculos que me sostienen, que me expanden el pecho y me dan amor y luz sin parar, en los que yo puedo entregar todo lo que soy, tanto la parte más luminosa como la más oscura”. Para la actriz, “entregarse, abrirse y decidir contarle a tu colega, a tu familia o a quien sea lo que eres es un acto de fe en la humanidad”.