martes, julio 15 2025

El mayor almacén de hidrógeno del país que se ubicará en Cantabria despierta los recelos de los grupos ecologistas

Los colectivos conservacionistas piden un informe de riesgos ante el relleno con gas de los pozos de sal de Polanco: «Parece responder al interés del sector gasista por ampliar su modelo de negocio»

Antecedentes – Pozos de sal rellenos de hidrógeno: el mayor almacén de España se situará bajo un pueblo de Cantabria

La conversión de los pozos de sal de Polanco en el mayor depósito de hidrógeno del país ha despertado las dudas de los colectivos ecologistas de Cantabria sobre la necesidad y la seguridad de un almacén que apadrinan Enagás y Solvay, propietaria de las cavidades subterráneas salinas: un gas fácilmente inflamable que requiere altas cantidades de agua y un almacenamiento complejo y costoso. Hasta el punto de que la asociación ecologista ARCA considera en la mayoría de los casos resulta más eficiente, rentable y sostenible utilizar directamente electricidad renovable.

El proyecto de almacenamiento subterráneo de hidrógeno salió recientemente a consulta por parte de la Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno de Cantabria. Las organizaciones ecologistas quieren que el proyecto de Polanco se someta a evaluación ambiental. ARCA tiene ciertas reticencias ante un gas cuyos escapes son habituales y que “estalla a la mínima”, advierte su portavoz, Carlos García. El hidrógeno es más ligero que el gas natural pero los promotores de su desarrollo estiman que la sal de los depósitos contribuye a estancarlo.

Ecologistas en Acción (EA), por su parte, ha pedido oficialmente la evaluación de toda clase de riesgos asociados al depósito de almacenamiento e informes “rigurosos” de instituciones científicas oficiales sobre el proyecto que consideran imprescindible que se someta a Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), disponga de una autorización ambiental integrada (AAI) y pase por una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) ordinaria. También advierte que el proyecto consta de dos partes distintas y relacionadas: el almacenamiento subterráneo de hidrógeno y las instalaciones de bombeo de hidrógeno en superficie que habrá que construir en la zona. En este sentido, el proyecto contempla además de las cavidades salinas, una planta de compresión y tratamiento del hidrógeno y un conducto que la conecta con los depósitos subterráneos.


Mapa de la red de hidrógeno verde en España.

Por su parte, ARCA muestra su oposición “a la idea de utilizar el reclamo publicitario del hidrógeno para justificar la construcción de nuevos gasoductos de dudosa necesidad”. En su opinión, plantea importantes interrogantes sobre la eficiencia de la red de transporte del hidrógeno.

“Los gasoductos para el hidrógeno son costosos de construir y de operar, y en última instancia, somos los consumidores de energía quienes pagamos la factura, por lo que instamos a extremar la precaución y evitar cualquier proyecto innecesario que se sustancie en una factura energética más elevada”, esgrimen.

Además, tachan de “especialmente alarmante” que este proyecto se justifique para el abastecimiento de centros de demanda de Francia y Alemania “sin tener en cuenta las necesidades de la Península Ibérica para su propia transición energética” que asumirá todos los impactos sociales y ambientales.

El recelo es aún mayor: no se especifica el destino final del hidrógeno ni se justifica su viabilidad económica. “Más bien, parece responder al interés del sector gasista por ampliar su modelo de negocio basado desde hace décadas en el gas fósil y sobrevivir a la transición energética”, apuntan en las alegaciones presentadas a este proyecto consultadas por elDiario.es.

La asociación ecologista considera “irresponsable e insostenible” apoyar un sistema de transporte de hidrógeno y hacerlo una prioridad cuando existen alternativas como la eficiencia energética, la electrificación directa y la reducción general de la demanda de gas. Apelan también a la lógica de que se podría producir energía renovable adicional para hidrógeno cerca de los puntos de consumo.

Alto consumo de agua

Igualmente, llaman la atención sobre el alto consumo de agua que se necesita para producir hidrógeno verde, un gas que se produce mediante la electrólisis del agua en unos dispositivos llamados electrolizadores que utilizan electricidad para separar el agua en hidrógeno y oxígeno. Cuando esta electricidad proviene de fuentes renovables, como la solar o la eólica, el hidrógeno resultante se denomina verde o renovable.

“El Plan Europeo del Hidrógeno (PEH 2 ) es todo un verdadero plan de promoción industrial a gran escala, con inversiones multimillonarias para las próximas décadas”, subraya el texto remitido a la Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno de Cantabria.