Los vecinos de Torre Pacheco esperaban a última hora de esta tarde con inquietud la llegada de la noche. “Vamos a ver si se calma todo y podemos recuperar la normalidad”, ha dicho a elDiario.es Juan Salvador Sánchez Saura, exconcejal de Seguridad Ciudadana del municipio la pasada legislatura. “De momento está todo tranquilo y confiemos en que siga así, estamos muy cansados”, ha dicho Nabil Moreno, representante de la comunidad islámica en el municipio.

Así ha sido. Un despliegue de 75 agentes de Guardia Civil y la Policía Local han acordonado el municipio en todos sus costados, especialmente en el punto más caliente, el barrio de San Antonio, que está desde hace varias horas cerrado al tráfico, cuyos habitantes son mayoritariamente migrantes, y donde ayer se produjo la batalla campal entre grupos de nazis y jóvenes marroquíes organizados.

Nadie ha podido entrar al corazón del pueblo. Varios grupos de ultras han intentado acceder a él por varios puntos, como lograron anoche, pero se han dado de bruces con la presencia policial. Asimismo, a lo largo de la tarde, durante las patrullas y las batidas de la Guardia Civil, que han sido constantes, éstos se han encargado de disgregar los grupos de marroquíes que caminaban por la calle e instarles a que se fueran a sus casas para evitar que los ultras arremetieran contra ellos.

Tras dos días de disturbios nocturnos en el punto más caliente de Torre Pacheco, la calma que ha caracterizado toda la jornada del domingo ha estado marcada por la tensión, el nerviosismo y el miedo. Miedo a que, de nuevo y por tercer día consecutivo, patrullas de nazis exaltados llegados de todo el país, especialmente de Alicante, Murcia y Almería, vuelvan a tomar las calles de Torre Pacheco para llevar a cabo lo que han bautizado como “cacerías” de marroquíes, foco de las persecuciones de estos exaltados que se justifican en dictar justicia para vengar la brutal agresión sufrida el pasado miércoles contra Domingo, un vecino de 68 años de la localidad, por parte de un joven presuntamente de origen magrebí.

La noche del sábado se saldó con un detenido y al menos cinco heridos de carácter leve. Los altercados, según fuentes de la Guardia Civil, se pudieron controlar pasada la medianoche y sobre las dos de la madrugada se había podido disolver a los dos grupos. Hasta entonces y, desde las 22.00 horas, las “patrullas” de ultras fueron recorriendo el núcleo urbano de Torre Pacheco hasta San Antonio, donde les esperaban un grupo de marroquíes. A las puertas del barrio se produjeron los disturbios.

Para evitar nuevos conatos, la Delegación del Gobierno informó este domingo de que al dispositivo que ya habían desplegado de Guardia Civil -que está operando junto a la Policía Local- se están uniendo más efectivos para estar preparados “para todos los escenarios posibles”.

Nuevas amenazas en los chats ultra

En los chats de Telegram de Deport Them Now Spain -organizado por comunidades autónomas- han seguido mandando algunos mensajes para organizarse y continuar con los disturbios, además de buscar un efecto contagio en otras regiones. “En cuanto se ‘normalice’ un poco lo de Torre Pacheco, yo creo que saldran grupillos mas pequeños en varias localidades”, ha dicho uno.

“Hoy se esperan más policías, lo que nos falta es gente”, ha dicho otro, aunque después de casi una semana en activo, muchos usuarios han ido migrando a otros grupos más privados “con filtros” para “evitar topos”. “Esta noche hemos dejado los móviles en el coche para evitar rastreos”, ha dicho otro a las 20.00 de este domingo después de informar “que ya estamos por la zona”.

Deport Them Now Spain convocó esta semana “cacería” para los días 15, 16 y 17 de julio de “patrullas vecinales para dar con ellos (los presuntos autores de la agresión a Domingo) y hacer justicia directa para reunirlos con Alá, y si los demás marroquíes no colaboran con la identificación de los culpables, ellos se convertirán automáticamente en culpables y pagarán por lo ocurrido”. En el mismo comunicado hacían un llamamiento a todas las organizaciones anti inmigración estatales.