elDiario.es ha accedido a las declaraciones judiciales de varias personas que participaron en los hechos que aquella noche terminaron con la muerte de un joven y en las que el policía retirado que acompañaba al acusado incurre en diversas contradicciones
Detenido un policía municipal por estrangular a un hombre que intentó robarle el móvil en Torrejón de Ardoz
Testigos y varios agentes de Policía Nacional han declarado ante la jueza que instruye la causa que intenta dilucidar lo ocurrido el pasado 17 de junio en Torrejón de Ardoz. Casi a media noche, Abderrahim terminó asfixiado en plena calle por un policía municipal de Madrid fuera de servicio ante las advertencias de varios vecinos de que estaba ahogando a este hombre de 35 años tras practicarle durante unos cuatro minutos la técnica del mataleón. El agente es el único investigado en la causa. De él se sabe que tiene 59 años y responde a las siglas de J. J. T. C.
elDiario.es ha accedido a los audios de estas declaraciones, entre las que está la del policía jubilado que acompañaba al ahora investigado, que incurre en varias contradicciones respecto a su primera declaración. Dos testigos han comentado que Abderrahim no opuso resistencia y que llegó a tener la cabeza morada por el estrangulamiento. La autopsia preliminar certificó que murió por anoxia, es decir, la falta de oxígeno en el organismo. También testificaron dos policías nacionales que fueron de los primeros agentes en llegar al lugar de los hechos.
La realización sobre Abderrahim de esta peligrosa técnica de inmovilización conocida como mataleón fue uno de los aspectos cruciales abordados durante las declaraciones. Según los audios a los que ha tenido acceso elDiario.es, el policía municipal retirado, P. A. P. C., que declaró en calidad de testigo, afirmó que esta técnica “se realiza solo muy esporádicamente”. De hecho, a una de las abogadas de la acusación le respondió que “es una técnica tanto policialmente como civilmente muy peligrosa”.
El mataleón que unos hacen y otros no
Más tarde, este mismo testigo intentó convencer a la sala que lo que hizo su compañero J. J. T. C. no era un mataleón. A ojos de Rubén Vaquero, uno de los abogados de la familia del magrebí fallecido, “de manera absurda intentó comenzar un debate sin mayor interés cuando el resultado fue una asfixia evidente”. Este último extremo, el de la “asfixia evidente”, fue apoyado por los dos testigos que presenciaron la escena.
Uno de los agentes de Policía Nacional que testificó en la vista del martes también se refirió al mataleón como una técnica “peligrosa, si no se sabe aplicar”. Le preguntaron qué riesgo conlleva una mala aplicación, y respondió que “se te obstruyen las vías respiratorias y provoca la muerte”. Además, negó que a los agentes policiales les instruyan en este tipo de sujeciones, al menos “hasta llegar a ese punto” de severidad, agregó el policía también citado como testigo.
Sin embargo, sí afirmó que “hay unas nociones muy básicas en la policía para dejar a una persona levemente inconsciente” y que “es una herramienta más que nosotros tenemos en la calle”. “Lo más normal es que con esa maniobra se deje a la persona inconsciente si se realiza correctamente”, reiteró este agente antes de responder que una de las consecuencias de su mala práctica puede ser la muerte.
Por otra parte, el otro agente de Policía Nacional que declaró como testigo aseguró que sí realiza la maniobra. “Es una maniobra enseñada y facultada para hacer e inmovilizar a personas con elevada agresividad”, comenzó. A continuación, añadió que “si se aplica de una mala manera puede tener consecuencias negativas”. Tras explicar cómo se realiza un mataleón, este agente indicó que desde la espalda se inmoviliza la zona de la nuez con un brazo. “Una persona sin oxígeno a los 10 segundos se desmaya. Ahí sueltas la presión y recupera la consciencia en escasos segundos”, apuntilló.
El misterio del móvil
La primera tesis esgrimida tanto por P. A. P. C. como por J. J. T. C. fue que Abderrahim había robado el móvil a este último. El policía jubilado se ha contradicho en sede judicial con lo que ya declaró con anterioridad. “El día que todo ocurrió, el jefe responsable de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Torrejón de Ardoz recogió un acta de declaración donde manifestó que se había producido la sustracción tras un despiste, pero que no hubo violencia”, recuerda el abogado de la familia.
Más tarde, tanto en comisaría aquel día como en lo testificado ante la jueza hace un par de jornadas apuntó que todo empezó cuando dos personas les hicieron una pregunta que no entendieron. “En ese momento nos paramos, y a mi compañero le empujan bruscamente contra la pared y uno de ellos se abalanza sobre él, y veo perfectamente cómo le quita el móvil”, dijo en su declaración más reciente.
Para Rubén Vaquero esta “contradicción evidente” es crucial respecto a lo publicado por algunas informaciones periodísticas que “revictimizan a Abderrahim como una especie de delincuente”, según sus palabras. “Si hablamos de un hurto sin violencia, el castigo sería muchísimo menor que si hubiera cometido el robo empujando al agente contra la pared”, explica. Según añade, no existe denuncia por la sustracción del móvil ni ningún agente testigo lo mencionó en sus primeras declaraciones, ni tampoco ninguno de los agentes actuantes se ha referido al mismo frente a la jueza. “En el suelo se ve un reloj y no un móvil, tal y como se ha declarado en instrucción judicial”, añade el letrado.
Cómo Abderrahim llega al suelo
La manera en que Abderrahim cae al suelo también fue motivo de cuestionamiento durante las declaraciones. “Ambos policías dijeron en comisaría aquel día que se tropezó y que por eso terminó en el suelo”, adelanta el letrado. El propio policía jubilado sostuvo en su última declaración en sede judicial que Abderrahim fue reducido por su compañero. “Como él cae adelante y le sujeta, yo instintivamente me voy atrás a los pies y me pongo de cuclillas”, dijo ante la jueza.
En este sentido, los dos testigos que han declarado afirman que fueron varias personas las que consiguieron que Abderrahim se parara después de que J. J. T. C. le diera el alto, presentándose como policía. “El chico se paró, no puso resistencia. Llegaron los dos señores por detrás y dijo ‘no he hecho nada, por favor no me pegues’. Entonces los dos señores empezaron a darle puñetazos, a tirarle al suelo y ahí lo que pasó”, dijo uno de estos testigos.
El otro explicó a la jueza que vio cómo tanto el policía en activo como el jubilado “se pusieron encima” de Abderrahim. “Yo me acerqué un poco más y vi que tenía la cabeza morada” sobre el suelo, completa su relato. También le dijo al policía que aflojara un poco en la parte de la garganta, “que tal y como le tenía agarrado ya no se iba a escapar”, en sus propios términos. Según comentó, la respuesta del agente fue acusarle de ser “cómplice” de lo sucedido.
El abogado Rubén Vaquero defiende que Abderrahim no se tropezó huyendo: “Fueron varias personas las que le pararon al escuchar los gritos de alerta de las supuestas víctimas de la sustracción del móvil. Lo que no entiendo es por qué al llegar no le ponen contra la pared y llaman a la Policía, sino que le pegan directamente. Uno le estrangula mientras el otro le contiene contra el suelo”, desarrolla.
De testigo a investigado
El letrado asegura que pedirán que se investigue también a P. A. P. C., el policía jubilado, y pierda así su calidad de testigo en el proceso judicial. “Todavía nos choca mucho que no detuvieran en aquel mismo momento al agente municipal que mató a Abderrahim, sino que lo hicieran unas cinco horas después, y que el policía retirado ni siquiera esté investigado en la causa”, explica.
El defensor también va a pedir las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la zona. “Y hemos reclamado el cotejo de los vídeos. Hay uno que se corta justo cuando llegan los primeros agentes. Si hubieran grabado cinco segundos más, quizá se vería cómo esposan a un ya cuerpo inerte y lo empujan contra la pared”, se explaya Rubén Vaquero.
Asimismo, remarca que pedirán la nulidad de la declaración del padre. “Nada más suceder el asesinato, en comisaría le realizaron un ofrecimiento de acciones como víctima, lo que en realidad fue un interrogatorio”, sostiene el abogado. Y agrega: “Le preguntaron por cuestiones que exceden ese ofrecimiento, como si su hijo se drogaba. Para colmo, en la declaración aparece que el padre dijo que Abderrahim robaba para comprar droga, cuando este hombre apenas controla el castellano”.
El juzgado de guardia de Torrejón de Ardoz que en un primer momento instruyó el caso dejó en libertad provisional a J. J. T. C., único investigado por la muerte de Abderrahim, lo que Rubén Vaquero califica continuamente de “asesinato”. Este letrado critica la medida, ya que se trata de “una persona vecina de Torrejón que fue policía y tiene cierto poder para influir en el procedimiento”, concluye.