sábado, julio 12 2025

¿Está diciendo Feijóo que Ayuso es beneficiaria a título lucrativo del fraude fiscal y él mismo del narcotráfico?

El líder del PP recupera la artillería de la policía política contra Sánchez y de paso se desliza por la peligrosa pendiente de los partícipes a título lucrativo

El Gobierno de Rajoy encargó en 2014 a Villarejo espiar al padre de Begoña Gómez para “matar políticamente a Sánchez”

Alberto Núñez Feijóo se desató en su segunda intervención durante el Pleno de este miércoles en el Congreso. “¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución y ahora quiere usted ilegalizar su biografía”, le dijo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El contexto que le falta a la acusación lo aportaron inmediatamente los medios de la órbita del PP. OkDiario publicó unos minutos más tarde: “El suegro de Sánchez compró la vivienda familiar del presidente cuando vivía de los prostíbulos”. El texto luego matizaba que no eran prostíbulos, sino saunas gays, “un negocio con notorio componente sexual”. La noticia luego también aclara que la casa, que el padre de Begoña Gómez compró para él y años después cedió a su hija, se compró años después de que se desprendiese del negocio de las saunas.

La acusación de Feijóo ha tenido eco en los opinadores que habitualmente se alinean con el PP. Carlos Herrera dijo este jueves: “Sánchez a título lucrativo vivía de la prostitución masculina”. Rafa Latorre afirmó en Onda Cero que Feijóo había “derribado un tabú” refiriéndose a las saunas donde “supuestamente se ejercía la prostitución masculina como la femenina”, una afirmación sin pruebas. El locutor añadió que la estrategia de Feijóo fue: “Como Sánchez va a bajar al barro, te espero aquí”. Jiménez Losantos, en Esradio, dijo que “ya iba siendo hora” de que se hablara de las saunas y reprochó a Feijóo que no hubiera sacado antes el tema.

La derecha mediática hace años que publica de forma periódica informaciones sobre las saunas del padre de Begoña Gómez, ya fallecido. Es un negocio legal del que se desprendió en 2006 y en el que el PP y su policía política trataron de ahondar para “matar políticamente a Sánchez”. El ministro del Interior de la época, Jorge Fernández Díaz –ahora imputado por sus maniobras con la policía política–, ha escrito este jueves en La Razón que Feijóo cruzó “la línea roja, –y un auténtico tabú–, de los prostíbulos de su suegro y de los que ‘él se beneficiaba’”, en alusión a Sánchez.

Feijóo ha decidido transitar el mismo camino que la cloaca para atacar a su rival político pero añade una derivada: que Sánchez se benefició, que fue partícipe a título lucrativo. La acusación establece un marco: el suegro cometió un delito –una acusación sin pruebas– y Sánchez se benefició de ese delito porque vivió en la casa propiedad de su suegro.

Pero es que el charco en el que saltó Feijóo el miércoles salpica directamente a Isabel Díaz Ayuso. Si en el caso de Sánchez hay que amasar suposiciones, acusaciones sin pruebas y fechas que no encajan para acabar de hornear la acusación, en el de la presidenta madrileña la línea de puntos se une sola. Tanto, que la está recorriendo la propia investigación judicial.

Ayuso y su pareja, el empresario Alberto González Amador, viven en dos pisos en el barrio de Chamberí, uno encima del otro, que fueron adquiridos hace más de dos años por un valor total de 1,8 millones de euros. Uno lo compró González Amador y dio como entrada 350.000 euros, la misma cantidad que presuntamente defraudó a Hacienda y por la que está al borde de ir a juicio. Lo compró justo después del pelotazo de casi dos millones de euros que dio en la pandemia al hacer de comisionista en la compraventa de mascarillas.

En otro piso del que disfrutan Ayuso y su pareja es el ático de ese mismo edificio, de 176 metros cuadrados, que se compró por las mismas fechas por una sociedad llamada Babia Capital y que pagó por él 950.000 euros. González Amador declaró ante el juez que el fiscalista Javier Gómez Fidalgo, también imputado en la causa principal, le había hecho el “favor” de comprar el ático a través de Babia Capital para que él lo pudiera alquilar por 5.000 euros al mes con derecho a compra.

Ambas operaciones se produjeron después del negocio que ha llevado a González Amador estar acusado de fraude fiscal y falsificación de documentos, y con una pieza separada que indaga en si también cometió corrupción en los negocios junto con un directivo de Quirón.

Aplicando el razonamiento de Feijóo, la presidenta de la Comunidad de Madrid es partícipe a título lucrativo, no ya de los beneficios de un negocio, sino de un presunto delito. Presunto porque no hay aún sentencia, aunque su pareja reconoció a través de su abogado haber cometido los delitos de fraude fiscal. Pero es que el descenso a la cloaca de Feijóo le salpica a él también. “Esas fotos son, cuando menos, difíciles de explicar”, dijo en 2018 el entonces presidente gallego cuando en Salvados le preguntaron por su relación con Marcial Dorado.

No son unas fotos, en realidad fueron casi cuatro años de viajes de Feijóo, fruto de una amistad que comenzó cuando era ‘número dos’ de la Conselleria de Sanidad, con Marcial Dorado, uno de los capos de las Rias Baixas que acabó condenado por narcotráfico. Entre 1995 y 1998, Marcial Dorado invitó a Feijóo a viajar a Portugal, a Picos de Europa, a Baleares, además de acogerlo en su mansión en la localidad pontevedresa de Baiona. Ambos, en compañía de sus parejas de entonces, disfrutaron de travesías en yate por las Rias Baixas y Baleares.

Los dos barcos en los que navegaron el político y el narco acabaron siendo incautados por la Justicia tras la condena por tráfico de cocaína a Marcial Dorado. Se trata del Menkalina, un yate de 12 metros, con base en el Club Naútico de Baiona y en el que Feijóo aparece sentado al timón en algunas de las fotografías publicadas por El País, y el Oratus, de 21,40 metros de eslora, fondeado en Ibiza, que ambos utilizaron para sus travesías por el Mediterráneo.

En un primer momento, Feijóo reconoció haber viajado también en compañía de Dorado a Andorra, el lugar a donde los capos gallegos acudían a lavar dinero, pero luego dijo haber confundido ese destino con otra excursión a Picos de Europa.

Cuando la prensa preguntó en abril de 2013, horas después de publicarse las fotos, quién había pagado esos viajes, Feijóo dijo no recordarlo. “Unas veces invitaría uno y otras, otro”, esquivó las preguntas de los periodistas. También dijo desconocer a qué se dedicaba Marcial Dorado, pese a ser ya por entonces uno de los capos más famosos de las Rias Baixas, decenas de reportajes lo vinculaban al contrabando, fruto de sus reiteradas detenciones, las más mediáticas la Operación Nécora o la Peseta Conection, y hasta había estado huido de la Justicia una temporada en Portugal.

Los informes policiales de aquella época atribuían a Dorado un lavado de dinero de 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros) a la semana a finales de los noventa.

Con esa información, ¿se puede considerar que Alberto Núñez Feijóo fue beneficiario a título lucrativo de los delitos de Marcial Dorado? La respuesta la ha dado el propio líder del PP.