El líder del PP enfanga la comparecencia sobre corrupción con las informaciones de la policía política que montó el Gobierno de Rajoy y juzga la Audiencia Nacional y arroja contra el presidente los supuestos negocios ocultos de su familia política tras comprobar que los socios mantienen su apoyo a Sánchez y que Abascal usó la mitad de su tiempo para atacarle a él
Los socios salvan la continuidad del Gobierno pero avisan de que la confianza está al límite
“Tiene el cuajo de compararse conmigo. ¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución. Y ahora quiere ilegalizar su biografía. Allá usted. Allá usted. No se compare conmigo. He sido honesto con usted, no se lo acepto”. Así replicó este miércoles el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al presidente del Gobierno durante la comparecencia de Pedro Sánchez para abordar los escándalos de corrupción que afectan al PSOE mientras los socios de la investidura mantenían su apoyo, condicionado, y sus aliados de Vox dedicaron el mismo tiempo a atacarlo a él que al jefe del Ejecutivo.
72 horas después del discurso de clausura del congreso del PP que lo encumbró con un 99,24% de los votos, Feijóo intentó reeditar el “o Sánchez o yo” que dominó el cónclave de su reelección. Esta vez no se usó a sí mismo, sino a la “ultraderecha”. Feijóo se ha enredado en los últimos días en sus ya clásicas contradicciones con Vox, a quien promete que no va a plantear un “cordón sanitario” para luego deslizar que rechaza a Santiago Abascal como vicepresidente.
Su respuesta en el Congreso a Sánchez venía precedida por el respaldo condicionado de los socios del Ejecutivo de coalición y los ataques de su único socio, Vox, que han opacado el éxito del congreso de su reelección. Si en el discurso triunfal del domingo, tras ser ungido por el 99,24% de los votos, se resumió en un destituyente “Sánchez o yo”, la reacción parlamentaria apenas tres días después fue clara: “Sánchez”. Al menos, de momento.
El genuino enfado que mostró Feijóo en la tribuna en su réplica no tiene tanto que ver con la política como con lo personal. “En una comparecencia así no puede dedicarse a lo que se ha dedicado”, apuntaron desde el equipo de Feijóo sobre Sánchez, quien anunció un plan anticorrupción con más penas para los corruptores y una Agencia de Integridad Pública. Otras fuentes oficiales señalaron que las referencias a “Aznar, Rajoy, la corrupción del PP y a abolir la prostitución” provocaron la reacción. Las mismas fuentes se justifican en el “umbral ético” de Sánchez.
Pero hubo una frase concreta de Pedro Sánchez que enervó al líder de la oposición. La virulencia de sus ataques contra Sánchez, los casos de corrupción e incluso el fiasco de ver a uno de sus máximos colaboradores señalado por comportamientos inapropiados con mujeres del partido y de Moncloa motivaron la respuesta del presidente: “El único que ha mantenido una relación estrecha con un delincuente condenado es usted”.
Ese “condenado” no es otro que el contrabandista y narcotraficante Marcial Dorado, con quien Feijóo mantuvo una larga amistad durante años pese a sus negocios ilegales. El escándalo le estalló ya hace años estando en Galicia, y consiguió aplacarlo. Pero en 2023 volvió a la luz en plena campaña electoral.
Feijóo tuvo que salir a decir que no tenía ni idea de a qué se dedicaba Dorado porque entonces no existía Google.
“No hay ni una amistad estrecha ni ancha, ni una amistad directa”, llegó a declarar el dirigente del PP pese a las evidencias: años viajes juntos con sus parejas de entonces a Picos de Europa, Portugal, Baleares, además de travesías en barco por las Rias Baixas y estancias en el chalé del capo en la localidad pontevedresa de Baiona. El propio Dorado concedió años después una entrevista a La Sexta y su respuesta fue tajante: “Ahora se ve que ya es un político. No quiero decir que no sea honrado, pero no está hablando con el corazón, habla con el cerebro de político. Duele, duele… pero si duermes en mi casa, si mi mujer te hace el desayuno… Eso no es estrecha ni es ancha ni es cónica ni es cuadrada”.
Con esos antecedentes como cimientos, levantó Sánchez su respuesta de este miércoles. El presidente lamentó que a él le exijan “saber todo lo que hacía Santos Cerdán a espaldas del partido” mientras “Rajoy no podía saber que los sobres que recibía eran ilegales o la señora Ayuso no podía saber que el ático en el que vive está a nombre de un testaferro”. Y zanjó: “O que usted no podía saber que el tipo con el que salía a navegar los fines de semana era el narcotraficante más famoso de Galicia”.
En el PP reconocieron este miércoles tras el pleno la soledad de Feijóo en el hemiciclo. “Estamos solos, pero estamos cómodos”, apuntaron fuentes del equipo del jefe de la oposición. La derecha no se da por aludida ante el rechazo de los socios de la investidura al “o Sánchez o yo”, y defienden que solo están exprimiendo al Gobierno mientras este aguante, a la vez que tachan a sus socios de “mansos y dóciles”.
Tampoco muestran preocupación por los ataques de Vox. Santiago Abascal ejecutó el miércoles un remedo del discurso antibipartidista que enarboló el 15M y llevó Podemos al Congreso a partir de 2016. “Se equivoca de enemigo”, se limitan a apuntar desde el PP.
La realidad es que Feijóo está hoy igual de cerca, o de lejos, de sustituir a Sánchez en el Palacio de la Moncloa en una moción de censura que el líder del PP ya ha dejado de mencionar.
Villarejo y las cloacas del PP
Lo que quedará del debate será la referencia de Feijóo a los “prostíbulos” de los que, dijo, se “lucró” Sánchez. Una vieja historia que señala a la familia política del hoy presidente del Gobierno incluso antes de ser elegido en 2014 secretario general del PSOE y que fue urdido por las cloacas del PP de la mano del poliimputado José Manuel Villarejo.
El Gobierno de Rajoy encargó en 2014 a Villarejo espiar al padre de Begoña Gómez para “matar políticamente a Sánchez”. El encargo recaló en el entonces número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, y del comisario jubilado José Manuel Villarejo, tal y como demuestra un audio intervenido en su día al expolicía.
Martínez pactó con Villarejo un plan para investigar, al margen de la ley y del control de los jueces, al suegro de Sánchez, utilizar a comisarios de la llamada policía política para obtener información que pudiese ser utilizada ante una contienda electoral con el PSOE y llevarla luego a medios de comunicación afines.
En este caso fue OkDiario. En julio de 2023, en plena campaña electoral, publicó: “La vivienda familiar de Pedro Sánchez se la compró su suegro cuando vivía de los prostíbulos”. Tras las palabras de Feijóo este miércoles, la web de Eduardo Inda resucitó el texto y le añadió un subtítulo: “El dinero procedía de las saunas de orientación gay, un negocio con notorio componente sexual”.
El objetivo, según admitió Francisco Martínez, era “matar políticamente” al candidato socialista. La misma estrategia seguida contra el independentismo catalán y contra Podemos: usar a policías o expolicías para filtrar información falsa a medios amigos y atacarlos políticamente. Los casos más relevantes han sido los que afectan a Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos o al dirigente de la antigua CiU, Xavier Trias. También intentaron destruir las pruebas de la corrupción del PP.
Feijóo tiene entre sus objetivos políticos el de asimilar todas las corrupciones ejecutadas por quien él ha señalado como su referente, Mariano Rajoy, a casos actuales: Gürtel es lo mismo que ERE y la policía política es lo mismo que Leire Díez. Según esta lógica de enfangarlo todo para que todo parezca lo mismo, su amistad de años con un narcotraficante es igual a que tu suegro te ayude a comprarte un piso con dinero supuestamente procedente de un negocio legal (las saunas) que, además, eran de sus hermanos. Lo de la prostitución nunca llegó a ser más que una conversación entre Villarejo y Martínez y un titular.