domingo, julio 6 2025

Elon Musk, tras firmar Trump su megaley fiscal: «Hoy se crea el Partido América»

«Cuando se trata de arruinar a nuestro país con despilfarro y corrupción, vivimos en un sistema de partido único, no en una democracia», ha afirmado el dueño de Testa y de X, antiguo colaborador del presidente de EEUU

Trump conquista cada vez más poder en EEUU

Elon Musk lo ha anunciado este sábado, 24 horas después de que Donald Trump rubricara con su firma la megaley que recortará impuestos por valor de 4,5 billones de dólares, principalmente a los más ricos, y disparará en 3,3 billones el déficit. El dueño de Tesla y X, antiguo colaborador estrecho del presidente de EEUU y su principal mecenas en campaña, ha afirmado: “Cuando se trata de arruinar a nuestro país con despilfarro y corrupción, vivimos en un sistema de partido único, no en una democracia. Hoy, el Partido América se forma para devolverte la libertad”.

Del anuncio de Musk no queda claro si el nuevo partido está registrado formalmente, pero sí es una declaración de intenciones de que la batalla a raíz de la One, Big, Beautiful Bill no ha terminado por su parte, a pesar de las amenazas de Trump de cortarle los contratos o cuestionar su situación legal en el país. Una guerra por la megaley fiscal de Trump que se hizo pública en mayo y que ha vuelto a manifestarse en el proceso legislativo de esta semana, que ha culminado con la aprobación de la ley y su firma por Trump en pleno 4 de julio y con aviones B-2 sobrevolando la Casa Blanca.

En el Partido Republicano, estaban aquellos que consideraban excesivos el déficit y la deuda –lo que defienden Musk y el senador Rand Paul, por ejemplo, que votó en contra–, quienes no quieren tantos recortes en prestaciones sociales –como el senador Thom Tillis, de Carolina del Norte, quien anunció el domingo que no se presentaría a la reelección después de que Trump le acosara por decir que no podía votar a favor por los fuertes recortes a Medicaid– y por aquellos que consideran lo contrario, que los recortes son pocos, y a los que incluso Trump les dio un toque para que no se pasaran.

El texto pasó en el Senado por los pelos –51-50– gracias al voto de JD Vance y con tres senadores republicanos votando en contra: Rand Paul (Kentucky), Thom Tillis (Carolina del Norte) y Susan Collins (Maine).

Dos días después, el presidente lograba otra victoria trabajada en la Cámara de Representantes, haciendo votar a los congresistas el texto del Senado en dos días, sin tocar una sola coma y con más recortes de impuestos y de servicios sociales. Y todo para llegar a tiempo de su 4 de julio, con las banderas, los aviones del Ejército sobrevolando sus cabezas y el colofón de los fuegos artificiales.

Al comenzar la sesión, tenía la votación perdida: hasta cinco republicanos estaban dispuestos a votar en contra, y no podía permitirse perder más de tres. Pero ahí empezó a presionar, presionar y presionar. Al final, la Cámara de Representantes votó este jueves la ley con 218 a 214, y aprobó la medida, con dos republicanos —los representantes Thomas Massie (Kentucky) y Brian Fitzpatrick (Pensilvania)—.

Trump doblegaba a la oposición interna y, con ello, aumentaba su poder y su afán de venganza. Este mismo jueves por la noche, publicaba en sus redes sociales un supuesto estudio electoral que dejaba en el aire el escaño de Massie en el caso de que se lo disputara un candidato apadrinado por la Casa Blanca. La misma operación disciplinadora que con Tillis: si te mueves, si te opones, si discrepas, si disientes, te haré perder tu asiento.