El presidente de EEUU recurre a su poder para amenazar con lanzar el poder de la Administración contra su antiguo colaborador, crítico contra la mega ley fiscal que se está votando ahora en el Senado: «Está muy molesto por todo. Pero podría perder mucho más que eso. Puedo asegurarles que Elon puede perder mucho más»
Musk vuelve a la carga contra el plan fiscal de Trump en el momento clave: “Hay que crear un nuevo partido que se preocupe por la gente”
Donald Trump siempre juega duro. Y más si es para defender una mega ley fiscal que supone recortes masivos de impuestos y prestaciones sociales para aumentar el gasto en deportaciones y defensa. El proceso legislativo está siendo agónico, y quiere que esté listo para el 4 de julio. Mientras, su ex mejor amigo Elon Musk está alertando de los desequilibrios fiscales que supone la nueva ley, algo de lo que también ha alertado la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) y que tiene a algunos republicanos reticentes a votar. En realidad, entre los republicanos con conciencia social que no quieren votar recortes en Medicaid, los neocons que consideran que los recortes son pocos y los anarcocapitalistas que alertan del déficit y la deuda, la mayoría de tres senadores –53-47– es muy justa en estos momentos.
Así, Musk afirmó este lunes: “Es obvio, con el gasto descabellado de este proyecto de ley, que aumenta el techo de la deuda en la cifra récord de cinco billones de dólares, que vivimos en un país unipartidista: ¡¡el PARTIDO DEL CERDO GORDO!! Es hora de crear un nuevo partido político que realmente se preocupe por la gente”. Y ha concluido, atacando a la bancada neoliberal republicana que está apoyando la ley de Trump: “¿Cómo pueden llamarse a sí mismos el Freedom Caucus si votan a favor de un proyecto de ley de esclavitud por deuda con el mayor aumento del techo de la deuda de la historia?”
A lo que Trump ha respondido este martes antes de viajar a una nueva cárcel del ICE en los Everglades (Florida) con una amenaza de revisar las ayudas, subsidios y contratos públicos de los que goza Tesla. El mensaje es claro: si nos llevamos bien, te irá bien; si nos llevamos mal, el Gobierno federal te buscará la ruina.
“Quizás tengamos que poner al DOGE [oficina de recortes que creó Musk] sobre Elon”, ha dicho el presidente de EEUU: “Ya sabes, es el monstruo que podría volver y comerse a Elon. ¿No sería terrible? Recibe muchas subvenciones, pero Elon está muy molesto porque se va a eliminar la obligación de fabricar vehículos eléctricos. ¿Y sabes qué? Si lo piensas bien, ¿quién quiere uno? No todo el mundo quiere un coche eléctrico. Yo no quiero un coche eléctrico”.
“Elon está molesto por perder las ayudas a los vehículos eléctricos”, afirma Trump: “Está muy molesto por todo. Pero podría perder mucho más que eso. Puedo asegurarles que Elon puede perder mucho más”.
“Elon Musk sabía, mucho antes de apoyarme como presidente, que me oponía firmemente a las ayudas a los vehículos eléctricos”, publicó en Truth Social el lunes por la noche Trump: “Es ridículo, y siempre fue una parte importante de mi campaña. Los coches eléctricos están bien, pero no todo el mundo debería estar obligado a tener uno. Elon podría recibir, con diferencia, más subsidios que cualquier otra persona en la historia, y sin subsidios, probablemente tendría que cerrar y regresar a Sudáfrica. Se acabaron los lanzamientos de cohetes, los satélites y la producción de coches eléctricos, y nuestro país ahorraría una fortuna. ¿Quizás deberíamos pedirle al DOGE que analizara esto a fondo? ¡¡¡Se ahorraría mucho dinero!!!”
El Senado vota el proyecto
Después de un fin de semana intenso en el Senado, sigue siendo incierto el futuro de la ley. De momento, la votación de las numerosas enmiendas presentadas por los demócratas arrancó este lunes y sigue durante el martes. Los líderes republicanos se apresuran para cumplir con el plazo del 4 de julio fijado por Trump para aprobar el paquete, pero apenas consiguieron el apoyo suficiente para superar un obstáculo procedimental el sábado por la noche: un puñado de republicanos se rebeló, y fueron necesarias las llamadas telefónicas de Trump y la presencia del vicepresidente JD Vance con su voto para mantener vivo el proyecto de ley.
El senador republicano Thom Tillis, de Carolina del Norte, anunció el domingo que no se presentaría a la reelección después de que Trump le acosara por decir que no podía votar a favor del proyecto de ley por los fuertes recortes a Medicaid.
Y eso que Trump decía este martes por la mañana: “No quiero pasarnme con los cortes. No me gustan. Hay ciertas cosas que se han cortado, lo cual es bueno. Creo que lo estamos haciendo bien”.
11,8 millones perderán el seguro médico
Un nuevo análisis de la Oficina Presupuestaria del Congreso, de carácter no partidista, reveló que 11,8 millones de estadounidenses más se quedarían sin seguro en 2034 si el proyecto de ley se convirtiera en ley.
También señaló que el paquete aumentaría el déficit en casi 3,3 billones de dólares en la próxima década.
Sin embargo, otros republicanos del Senado, junto con los conservadores de la Cámara de Representantes, están presionando para que se apliquen recortes más drásticos, especialmente en la sanidad, lo que les ha valido un toque por parte de Trump: “¡No os volváis locos”, publicó el presidente en las redes sociales: “Recordad que aún tenéis que ser reelegidos”.
En total, el proyecto de ley del Senado incluye unos 4 billones de dólares en recortes fiscales, en la línea de lo aprobado por Trump en 2017, al tiempo que añade nuevos recortes con los que hizo campaña, como la exención fiscal de las propinas.
El paquete del Senado reduciría miles de millones en créditos fiscales para la energía verde que, según advierten los demócratas, acabarán con las inversiones en energía eólica y solar en todo el país, e impondría recortes por valor de 1,2 billones de dólares, principalmente en Medicaid y cupones de alimentos, al imponer requisitos laborales y hacer más estrictos los requisitos de elegibilidad para inscribirse, explica Associated Press.
Además, el proyecto de ley proporcionaría una inyección de 350 000 millones de dólares para la seguridad fronteriza y nacional, incluyendo las deportaciones, parte de lo cual se pagaría con nuevas tasas cobradas a los inmigrantes.
Si el Senado aprueba el proyecto de ley, este tendría que volver a la Cámara de Representantes con las modificaciones. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, ha pedido a los legisladores que estén disponibles para volver a Washington esta semana.
Los demócratas, como partido minoritario en el Congreso, están utilizando herramientas para retrasar y alargar el proceso. Así, obligaron a leer el texto íntegro, de 940 páginas, lo que supuso unas 16 horas. Además, los senadores se dieron la palabra unos a otros en el debate, mientras que los republicanos se mantuvieron en gran medida al margen.
Los republicanos están utilizando su mayoría para pasar por encima de la oposición demócrata, a pesar de haber sufrido una serie de reveses políticos y normativos. Los republicanos que se resisten siguen mostrándose reacios a dar sus votos y sus líderes casi no tienen margen de maniobra, dada la estrecha mayoría: básicamente, pueden permitirse tres votos en contra.