El PP rebaja su publicitada ronda de contactos con los grupos del Congreso después de una contundente reacción en contra, mientras Ayuso advierte: «No se pueden dar pasos en falso»
La metamorfosis madrileña de Feijóo
“Nosotros creemos que toda la corrupción es deleznable”. Así justificó este martes el portavoz del PP, Miguel Tellado, la ronda de contactos a los aliados parlamentarios de Pedro Sánchez que le ordenó hacer en público su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, “para que digan si su apoyo al PSOE sigue intacto”. Los socios del Gobierno, críticos por la entrada en prisión de Santos Cerdán, contestaron antes de las llamadas y no parecen tomarse en serio al líder del PP: “Responde a una estrategia de marketing”.
Las primeras llamadas se produjeron a última hora de la tarde, según constató elDiario.es entre los grupos parlamentarios. Y eso que Feijóo las anunció a las ocho de la mañana en un mensaje en Twitter. Sin mencionarla expresamente, el tuit hacía referencia a una hipotética moción de censura para echar a Sánchez: “Ahora mismo son el único obstáculo para que los españoles hablen y podamos reparar tanta decadencia”.
A Feijóo solo le hacen falta cuatro votos, además de los de Vox (que se dan por descontados) para derrocar a Sánchez. Y los titulares se llenaron rápidamente de referencias a la moción de censura. El partido envió un breve comunicado para negar la evidencia. “El PP no llamará a los grupos parlamentarios para pedir sino para escuchar”, afirmaba el texto. “Tellado se pondrá hoy en comunicación con los grupos parlamentarios, excepto Bildu, tras encomendárselo Feijóo”, concluía.
El portavoz del PP convocó una rueda de prensa a las 12.00 en el Congreso. Minutos antes mandó algunos mensajes a sus homólogos del resto de partidos para poder decir ante los medios que había iniciado los contactos. Pero no le dio tiempo. Las duras negativas de los supuestos interlocutores de Tellado llegaron antes y sin preaviso. “Podemos no tiene nada que hablar con el partido podrido”, dijo la secretaria general, Ione Belarra. Una respuesta similar a la que dio al propio Tellado en el wasap de vuelta.
Tampoco desde ERC dieron margen al PP: “Que rompan todos los acuerdos de gobierno con Vox y quizás, solo quizás, descolgaremos el teléfono”. Junts no se mostró muy receptivo y planteó al PP que envíe una delegación negociadora a Waterloo para reunirse con Carles Puigdemont: “No seremos menos exigentes que con el PSOE a la hora de aceptar reuniones por estos asuntos”. En 2023, el PP ya negoció con Junts la fórmula para recabar sus votos y aligerar los problemas judiciales del expresident de la Generalitat, en busca y captura desde 2017.
Podemos y Junts son dos de los partidos a los que suelen aludir en el PP cuando señalan la supuesta incoherencia de quienes nacieron del 15M y empujaron en la moción de censura contra Mariano Rajoy, en un caso, o de quienes dicen no compartir buena parte de la política de este Gobierno, en el otro.
En el Congreso, el único partido de la mayoría de gobierno que a estas alturas parece guardar ciertas formas con el PP es el PNV. Pero tras la rueda de prensa de Tellado, los ‘jeltzales’ estallaron. En un comunicado remitido a los medios, el partido vasco aseguró: “Tellado ha optado por hablar con los medios antes que con EAJ-PNV y lo ha hecho para lanzar ataques y acusaciones al mismo tiempo que decía querer hablar con nosotros. Es evidente que este movimiento, junto a los mensajes que los populares están lanzando en redes sociales con críticas a los partidos que apoyamos la investidura, solo responde a una estrategia de marketing y deja claro que el PP no busca un espacio de entendimiento”.
Al contrario que el resto de grupos, el PNV había respondido de forma positiva al mensaje de Tellado. “Vista la rapidez con la que el PP ha acudido a los medios, no parece que quiera escuchar nada de otros grupos parlamentarios”, lamentaba el comunicado. Y lanzaba un misil a la línea de flotación de la estrategia que sigue Feijóo de negar la moción de censura porque los aliados del Gobierno no quieren mientras les dedica insultos de forma habitual: “Quiere encabezar un Gobierno alternativo, [pero] se sacude la responsabilidad de conseguir una hipotética mayoría. No explica cómo quiere serlo ni cómo quiere ganarse el apoyo de otros grupos”.
Doce horas después de anunciar una ronda de contactos con los grupos del Congreso se produjeron las primeras llamadas. La recién estrenada portavoz del PNV, Maribel Vaquero, fue la receptora, y la respuesta fue fría, según fuentes del grupo: “Una conversación breve en la que ha pedido que haya relación de aquí en adelante. Hemos hecho acuse de recibo y ya”.
El PP apuntala así al bloque de los partidos que asisten, de una u otra manera, al Gobierno y estrecha el margen para que la legislatura se resuelva antes de que Pedro Sánchez arroje la toalla o, como insiste el presidente del Gobierno, en 2027, cuando concluya naturalmente.
“Somos incapaces de convencer a cuatro diputados para una moción de censura porque tenemos principios”, dijo el portavoz nacional, Borja Sémper, la semana pasada. Pero los socios del Gobierno responden que el PP no puede pretender recabar el apoyo de aquellos a los que dedica insultos habitualmente y desde hace muchos meses.
En la dirección del PP no son pocos los que muestran su sorpresa por el aguante del bloque que armó Sánchez en 2023 para su tercera investidura. Pese a los diferentes escándalos que acorralan al presidente, el miedo a las derechas ejerce de pegamento. Aunque ERC, Podemos o Junts han mostrado su enfado por la gestión del caso que afecta a Santos Cerdán, no quieren ser los responsables de la caída del Gobierno. Para el PNV supondría, además, enfrentarse a su socio en las administraciones vascas y navarra: la autonómica, las diputaciones y muchos municipios.
Pero también cunden en el PP las dudas sobre la estrategia comunicativa que sigue la dirección del partido. El lunes fue el anuncio de que Cuca Gamarra no seguirá como secretaria general lo que hizo sombra al encarcelamiento de Cerdán. Y todo para confirmar horas después que la dirigente se mantendrá en el comité de dirección tras el congreso interno de este fin de semana. Este martes, el “marketing” de la moción de censura también se llevó muchos minutos de televisión.
Feijóo ha logrado acallar toda crítica interna en el PP. A unos días del XXI Congreso Nacional, que revisará el ideario y los estatutos por primera vez desde 2017, nadie quiere quedarse fuera de la fotografía, ni mucho menos enemistarse con quien, según predicen todos, recabará ahora todo el poder orgánico y será sin lugar a dudas el próximo presidente del Gobierno. Este año, el que viene o en 2027. Un congreso en el que, según los rumores, Tellado podría ascender a secretario general.
Ni siquiera Isabel Díaz Ayuso ha dado la batalla. La presidenta madrileña anunció en público su oposición al nuevo sistema de elección de líderes en el PP. Un método que permite escamotear la voluntad de los militantes con una elección indirecta a través de compromisarios. Ayuso incumplió su palabra y ha evitado presentar enmiendas a la ponencia para intentar corregir “matices” en el reglamento que lo desarrollará.
Ayuso y el resto de barones llevan semanas callados. Evitan las declaraciones en medios que puedan generar algún conflicto a su jefe de filas. Pero la presidenta madrileña no ha podido evitar lanzar un mensaje de advertencia a Feijóo este mismo martes a cuenta de la moción de censura
“No sé por dónde pueden venir esos votos y si pueden llegar”, dijo la dirigente madrileña en un acto oficial de la Comunidad de Madrid. “No hay cuestión de principios, España está en manos de 7 votos que rompen las necesidades del país y nuestra unidad, que está totalmente comprometida a futuro”, añadió. “Necesitan todo el tiempo porque después de esto se van a ir a la calle y algunos, incluso, al banquillo”, aseguró.
Después llegó el mensaje para Feijóo: “No se pueden dar pasos en falso”. Está por ver si el líder del PP escucha el consejo o mantiene su estrategia.