lunes, junio 30 2025

Las ciudades nos hacen ‘más viejos’: nuevos datos asocian la inflamación crónica al estilo de vida industrializado

Un nuevo trabajo muestra que en las poblaciones no industrializadas no aparecen los mismos indicadores de inflamación con la edad, lo que indica la importancia de los estilos de vida en el envejecimiento

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Las poblaciones humanas que viven en zonas industrializadas experimentan mayores niveles de inflamación crónica leve relacionada con el envejecimiento, lo que dispara el riesgo de sufrir enfermedades como el cáncer o el ictus. Es la principal conclusión de una investigación publicada este lunes en la revista Nature Aging en formato de carta (letter), en la que los autores han examinado datos de dos poblaciones industrializadas de Italia y Singapur, y dos poblaciones indígenas no industrializadas de la Amazonia boliviana y la península de Malasia.

Aunque la inflamación a corto plazo es esencial para la curación de infecciones, se sabe que la exposición prolongada aumenta el envejecimiento biológico y el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la edad. Sin embargo, aún no está claro si los efectos de la inflamación son uniformes en todas las poblaciones humanas.

Para el nuevo trabajo, un equipo coordinado por Maximilien Franck, de la Universidad de Sherbrooke (Canadá), ha analizado los niveles de 19 citocinas (pequeñas proteínas implicadas en la inflamación) de dos estudios de cohortes industrializados en Italia y Singapur, y dos cohortes no industrializadas: la población Tsimane de la Amazonía boliviana y la población Orang Asli de Malasia peninsular.

Diferencias en las formas de vida

En las cohortes industrializadas, los autores observaron una señal consistente de aumento de la inflamación con la edad, que se asoció con enfermedades crónicas relacionadas con la edad, como accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardiovasculares y cáncer.


Habitantes de Orang Asli, en Malasia, en 2006.

En contraste, en las dos cohortes no industrializadas, los autores no detectaron un aumento de la inflamación con la edad. Las enfermedades crónicas relacionadas con la edad también fueron mínimas en estas cohortes y no se relacionaron con el envejecimiento inflamatorio.

En opinión de los investigadores, los hallazgos resaltan la importancia de considerar factores culturales, ambientales y de estilo de vida al investigar los procesos fisiológicos producidos por la edad y cuestionan los paradigmas existentes en torno a la inflamación crónica y el envejecimiento, el llamado inflammaging. Investigaciones futuras podrían explorar cómo las condiciones ambientales específicas modulan el fenómeno y su efecto en los resultados de salud, lo que podría conducir a enfoques más específicos para la prevención de enfermedades relacionadas con la edad en diferentes poblaciones globales.

La inflamación va por ‘barrios’

Antonio J. Ruiz Alcaraz, profesor de Inmunología en la Universidad de Murcia, recuerda que la información que presenta el trabajo encaja con los datos ya existentes sobre el tema, pero, a su vez, aporta una perspectiva novedosa al cuestionar la universalidad del inflammaging. “En este estudio se muestra que el aumento de la inflamación con la edad no es una característica presente en todos los contextos y sociedades, sugiriendo, pues, que este proceso podría estar más relacionado con factores ambientales, culturales y de estilo de vida que con el envejecimiento biológico per se”, asegura en declaraciones al SMC.

La información aportada confirma que el inflammaging es más una consecuencia del estilo de vida moderno e industrializado que una característica intrínseca de la biología humana

Antonio J. Ruiz Alcaraz
Profesor de Inmunología en la Universidad de Murcia (UMU)

El experto recuerda que ya hay muchos datos que muestran como el inflammaging depende de diversos factores sociales y ambientales que están más presentes en sociedades industrializadas, como la mala nutrición (comida ultraprocesada), el sedentarismo, la contaminación, etc. “La información aportada confirma que el inflammaging es más una consecuencia del estilo de vida moderno e industrializado que una característica intrínseca de la biología humana y que, por tanto, se puede prevenir o modular si se mejoran los hábitos de vida tendiendo a una vida más saludable, es decir, con una menor exposición a contaminación, una dieta más apropiada (como la dieta mediterránea) y una mayor actividad física”.

Salvador Macip, catedrático de medicina molecular en la Universidad de Leicester y experto en envejecimiento, cree que el resultado es interesante e inesperado. “Asumimos que los cambios son universales, pero el proceso de envejecer es más heterogéneo de lo que parece a primera vista”, explica a elDiario.es.

Esto refuerza la idea de que el entorno urbano e industrializado favorece el envejecimiento, pero no descarta que la inflación sea parte general del envejecimiento en todas las personas

Salvador Macip
Catedrático de medicina molecular en la Universidad de Leicester y experto en envejecimiento

Para el especialista, el resultado pone en evidencia que no tenemos buenos marcadores para medir los procesos biológicos del envejecimiento. “No creo que niegue que hay un proceso inflamatorio asociado al envejecimiento en sociedades no industrializadas, solo que seguramente el perfil es diferente y los marcadores no son los mismos”, señala. “Esto refuerza la idea de que el entorno urbano e industrializado favorece el envejecimiento, pero no descarta que la inflación sea parte general del envejecimiento en todas las personas”, concluye.