La carrera del ministro de Economía es complicada porque la mayoría de gobiernos son conservadores y España ya tiene bastante representación en puestos relevantes de la UE, aunque el apoyo del sur y el peso de los socialdemócratas en carteras de finanzas de gobiernos de coalición pueden darle opciones. Pascal Donohoe (PPE) agradeció el «alto nivel de apoyo» de sus colegas para la reelección
Qué es el Eurogrupo y para qué vale presidirlo
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha presentado su candidatura para la presidencia del Eurogrupo, la institución que engloba a los ministros de Finanzas de la zona euro, que tuvo un papel clave durante la crisis financiera de 2008. El Ministerio de Economía ha confirmado la decisión de Cuerpo, que en una entrevista en la Cadena SER esta semana dijo que Pedro Sánchez le “animaba” a dar el paso. El camino para hacerse con la presidencia de ese organismo no es fácil dado que la mayoría de países de la eurozona están en manos de gobiernos conservadores, aunque en algunas coaliciones, como la de Alemania, la cartera de Finanzas recae en los socialistas.
Cuerpo lleva semanas sondeando a sus colegas para un puesto que siempre se le ha resistido a España, dado que Luis de Guindos se retiró de la carrera y Nadia Calviño perdió frente al irlandés Pascal Donohoe, que tiene la intención de revalidar un nuevo mandato. “Agradezco el apoyo que estoy recibiendo de los colegas”, expresó la semana pasada Donohoe a su llegada a la reunión del Eurogrupo en Luxemburgo sobre el proceso que arrancó el jueves pasado. El plazo límite para la presentación de las candidaturas acababa este viernes a mediodía y la decisión final se producirá en una votación en julio. Cuerpo seguiría al frente del ministerio en caso de victoria, porque la presidencia del Eurogrupo recae en uno de sus miembros.
La carrera no es, en principio, sencilla para el ministro español. En la decisión se entremezclan numerosos intereses relacionados con los equilibrios ideológicos, pero también geográficos. En el reparto del poder de las instituciones europeas pesan las alianzas de populares, socialistas y liberales, y ahora el Partido Popular Europeo está especialmente crecido tras haber crecido en las elecciones europeas y, sobre todo, haber ganado un peso muy importante en el Consejo de la UE, donde tienen la mitad de asientos y acaban de hacerse con la joya de la corona: Alemania. Los socialistas, por el contrario, están de capa caída y el único de los grandes que presiden es precisamente España. Calviño, de hecho, perdió en 2020, pese a tener el apoyo de Francia y Alemania.
No obstante, los gobiernos de coalición pueden dar un cierto margen, ya que en Alemania, por ejemplo, la cartera económica está en manos de los socialdemócratas del SPD. También entran en juego los equilibrios geográficos. Países como Italia, en manos de la ultraderecha de Giorgia Meloni y los democristianos, o Grecia pueden preferir que el Eurogrupo lo lidere un país del sur.
El otro factor que pesa en ese tipo de decisiones es la representación que ya tienen los países en los puestos de poder. Y ahí España no sale mal parada. Tras las elecciones europeas, Sánchez situó a Teresa Ribera en la vicepresidencia primera de la Comisión Europea, como responsable de Transición Limpia y Justa y sobre todo con la jugosa cartera de Competencia. Previamente, Nadia Calviño había salido del Gobierno con dirección a Luxemburgo para presidir el Banco Europeo de Inversiones.
Una semana antes de que arrancara el proceso, las grandes economías del euro (Alemania, Francia, Italia, España y Países Bajos) enviaron una carta en la que reclamaron un impulso para el Eurogrupo. “El mandato del próximo presidente del Eurogrupo comenzará en un momento crítico, tanto desde el punto de vista macroeconómico como geopolítico. Por tanto, el Eurogrupo debe estar a la altura de estos nuevos retos basándose en sus fortalezas”, señalaba el texto.
“El Eurogrupo debería centrarse en implementar las medidas necesarias, reformas estructurales e inversiones para reforzar el crecimiento económico y mejorar la sosteniblidad de la deuda”, afirmaban los firmantes, que sugieren más cambios es en el modo de funcionamiento del Eurogrupo, una institución creada en 1997 para que los países del euro aborden las cuestiones que afectan a la moneda común, aunque no tiene capacidad de tomar decisiones sino que se tienen que adoptar en el marco de los 27.
Aunque la misiva no supone el apoyo de esos países a la candidatura de Cuerpo, sí contiene el tono que ha mantenido el ministro, que en mayo dijo que hablar de su candidatura era “prematuro” y circunscribió el debate a “los temas de fondo”, entre los que mencionó el rol del euro en el contexto internacional, los avances en la unión bancaria y en el mercado de capitales. Pero España no ha escondido que Donohoe no le ha dado el impulso esperado y ha liderado iniciativas, como el proyecto piloto para un producto de ahorro europeo.
“El escenario geopolítico actual exige abordar de manera urgente, ágil y con ambición, la agenda política europea, en cuya definición el Eurogrupo juega un papel crítico. España desea potenciar al máximo este papel con un impulso renovado”, señalan en el Ministerio de Economía: “En particular, como sostiene el ministro, ese nuevo impulso permitiría avanzar en ámbitos determinantes para el crecimiento, el refuerzo del estado del bienestar y la integración entre los países de la eurozona: la agenda para el impulso de la competitividad, la profundización de la Unión de Ahorros e Inversiones para avanzar en el Mercado Único europeo y el refuerzo del papel internacional del euro, así como la estabilidad financiera y la responsabilidad fiscal”.