El futuro del archivo de Casa Planas, que atesora más de tres millones de imágenes que retratan la evolución del turismo de masas en Balears, se queda en suspenso. Este tesoro patrimonial presenta graves signos de desgaste en el 20% de su colección y puede desaparecer en 10 años
Del paraíso de los artistas al desenfreno urbanístico: la evolución turística de Mallorca y Eivissa
Josep Planas i Montanyà (1924 – 2016) llegó en 1945 a la isla de Mallorca, desde el municipio catalán de Cardona, para hacer el servicio militar. Poco tiempo después, cogió una cámara de fotos que le habían regalado sus padres y comenzó a retratar un paisaje mutante en plena transformación cultural e industrial que hoy se enmarca entre la saturación, la subida del precio de la vivienda y la lucha de quienes sienten perder la isla donde viven. A partir de aquella década, Planas empezó a construir un inmenso legado de la imagen turística, llegando a abrir más de veinte tiendas dedicadas a la fotografía, con casi dos cientos trabajadores, cuya colección, actualmente en el centro Casa Planas, se sitúa entre las más importantes de toda Europa.
Playas paradisíacas, piscinas de postal, letreros vintage, veraneantes noveles y hoteles rodeados por los primeros bikinis y bañadores de la España franquista. Adentrarse en el universo de Josep Planas supone un viaje a través de un bucle infinito de imágenes turísticas inagotables que hoy parecerían creadas por una Inteligencia Artificial, porque son difíciles de creer. Entre los archivos, casilleros y cajones de Casa Planas se encuentran todo tipo de reportajes sociales y publicitarios, a veces fotografiados a pie de tierra, otros desde una escalera en mitad del mar, una furgoneta y hasta desde el helicóptero que se compró el fotógrafo. Además, también posee una importante colección sobre las técnicas de la fotografía y el cine desde principios de siglo.
Josep Planas fue el primer propietario en la isla de un helicóptero, que utilizó para capturas vistas aéreas.
El fondo que dejó el fotógrafo, empresario y coleccionista es actualmente custodiado por Casa Planas, un centro interdisciplinar de creación e interpretación contemporánea del turismo en las Illes Balears fundado por la nieta de este gran pionero de la fotografía, Marina Planas, en 2015. Sin embargo, tras la ruptura de negociaciones entre el centro cultural y el Govern para su catalogación, conservación y digitalización, muchas de estas imágenes podrían pasar, muy pronto, a formar parte del olvido.
Entre sus proyecto destaca la producción industrial de postales, que muestran los inicios del turismo en las Illes Balears.
El fotógrafo fue pionero en la introducción de la fotografía industrial y su obra se conecta con quienes renovaron la escena internacional.
Joan Carles Oliver, profesor de historia del arte de la Universitat de les Illes Balears, explica que “al menos un 20% del archivo presenta claros signos de peligro en cuanto a su protección”. “En general, todo el archivo podría estar en mejores condiciones para una conservación preventiva a largo plazo, pero hay algunas cajas que están empezando a sufrir patologías, como varios tipos de hongos y enfermedades que se extienden muy rápidamente”, cuenta el experto a elDiario.es.
Al menos el 20% del archivo ‘presenta claros signos de peligro en cuanto a su protección’ y algunas cajas ‘sufren patologías, como varios tipos de hongos y enfermedades que se extienden muy rápidamente’, asegura el profesor Joan Carles Oliver
En este sentido, la directora de Casa Planas, Marina Planas, confirma esta peligrosa cifra y recuerda que Manolo Laguillo, catedrático de fotografía en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, les avisó de que en aproximadamente 10 años estas imágenes podrían desaparecer. “Más allá de los números, que son preocupantes, hay que tener en cuenta que lo que aún está en buen estado también está en estado de desaparición”, lamenta la directora. A su vez, Alelí Mirelman, la directora adjunta del centro, argumenta que las imágenes “están perdiendo color y muchas diapositivas de la colección de hoteles están todas amagentadas, además de que el material de colección del siglo XIX está en riesgo de conservación”.
“Debemos entender el archivo como un bien patrimonial que se perderá si los propietarios no pueden mantenerlo. En su estado actual podrá aguantar unos años, pero, ¿qué sucederá después? Como gran parte del material está generado en los años 60 y 70 y son de materiales muy parecidos, cuando se empiece a dañar todo se estropeará casi de forma inmediata y se volverá irrecuperable”, concluye Joan Carles Oliver.
El archivo es un bien patrimonial que se perderá si los propietarios no pueden mantenerlo. Como gran parte del material está generado en los años 60 y 70, cuando se empiece a dañar todo se estropeará casi de forma inmediata y se volverá irrecuperable
La excepcionalidad de este archivo, singular y único internacionalmente, se muestra con contundencia a la primera vista de quien lo visita. Sin embargo, ¿cuál es el lugar de la historia que cuenta esta colección en el mundo? Según Isabel Oliver, asesora del secretario general de la Organización Mundial del Turismo, este archivo abre las puertas a conocer y estudiar el “laboratorio turístico” iniciado en Balears a mediados del siglo pasado, cuyo fondo “sirve para explicar el nacimiento del turismo en el sur de Europa y en España, todo un referente internacional que, junto al caso de Francia, ayuda a otros países a implementar modelos nuevos turísticos y a evitar los problemas que se han producido en algunos territorios”.
El archivo –que puede desaparecer en 10 años, según la directora de Casa Planas, Marina Planas–, ‘sirve para explicar el nacimiento del turismo en el sur de Europa y en España, todo un referente internacional’, como comenta Isabel Oliver, asesora del secretario general de la Organización Mundial del Turismo
Playas paradisíacas, piscinas de postal, letreros vintage y veraneantes noveles protagonizan el grueso de las imágenes del archivo.
Crónica de una digitalización frustrada
A lo largo del tiempo, el archivo de Casa Planas ha estado en contacto con gobiernos de distinto color para intentar preservar la memoria del turismo. La última llegó en diciembre de 2023, cuando el actual Ejecutivo balear, encabezado por Marga Prohens (PP), tomó la iniciativa y se puso en contacto con ellas para, definitivamente, digitalizar el archivo y buscar fórmulas de conservación adecuadas para evitar la desaparición de las imágenes de Josep Planas.
“Nos ofrecieron los fondos de la convocatoria del Impuesto del Turismo Sostenible (ITS) para financiar este proyecto, además de organizar una exposición del archivo en el Museu Thyssen de Madrid que, de hecho, presentaron en Fitur, pero no se va a hacer”, explica Marina Planas a elDiario.es, asegurando que explicó a la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes que “no podía coger el proyecto justamente en aquel momento” porque tenían “muchos otros trabajos en marcha”.
“Pese a que yo me planteaba comenzar con ello más adelante, en marzo de 2024 el Gobierno nos avisó de que iba a salir la convocatoria y nos acabó explotando para avanzar, pidiéndonos mucha documentación en muy poco tiempo. Pero, al final, en junio tuvimos una reunión donde acabaron discutiendo entre ellos mismos al descubrir que no nos podían dar los fondos para este proyecto, que en los informes se había presupuestado en 2,4 millones de euros divididos en seis años”, añade.
Imagen del interior del archivo, que atesora más de tres millones de imágenes.
Entre encargo y encargo, el fotógrafo apostó, además, por un retrato costumbrista de escenas cotidianas de la isla.
A finales del mismo año, en mitad de este lío burocrático, el Ministerio de Cultura se interesó por el archivo y el ministro Ernest Urtasun visitó el centro cultural para conocer la colección, donde también aprovechó para reunirse con diferentes personalidades del sector cultural mallorquín. “A través de la red de bibliotecas nacionales, se ofrecieron a ayudar en la digitalización, lo que suponía una reducción del presupuesto inicial del que se iban a hacer cargo las instituciones baleares, quedándose en menos de un millón, pero no les gustó la idea”, señala Planas.
“Tras perder 30.000 euros por desatender otros proyectos” durante el trabajo previo a la digitalización del archivo, según explica la directora de Casa Planas, decidieron poner una fecha de cierre para “evitar perder más trabajos”, llegando a “romper las relaciones con el Govern”. “Antes de Semana Santa nos pidieron un mes para solucionarlo, pero ese tiempo ya ha pasado y no queremos más faltas de respeto a nuestro trabajo, lo hacen todo de cara a la galería”, expresa, tajante, la artista y gestora cultural Marina Planas.
Por su parte, desde la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Govern, encabezada por Jaume Bauzá Mayol, recuerdan que el Ejecutivo y Casa Planas firmaron, en enero de 2024, un protocolo que “derivará en los convenios oportunos para preservar un legado tan importante, como es dicho archivo fotográfico”. “El protocolo tiene una vigencia de dos años y, por lo tanto, aún estamos en plazo para alcanzar un acuerdo. Por parte de la Conselleria hay mucha voluntad de lograrlo, por su altísimo valor cultural y turístico”, concluyen desde la institución balear.
Hemos perdido 30.000 euros por desatender otros proyectos. Hemos roto las relaciones con el Govern. Antes de Semana Santa nos pidieron un mes para solucionarlo, pero ese tiempo ya ha pasado y no queremos más faltas de respeto a nuestro trabajo, lo hacen todo de cara a la galería
«Las imágenes están perdiendo color y muchas diapositivas de la colección de hoteles están todas amagentadas”, según Alelí Mirelman, directora adjunta del centro cultural.
Josep Planas llegó a abrir más de veinte tiendas de fotografía en la isla con cerca de 200 trabajadores.
El museo que se quedó en deseo
La historiadora del arte Maria Josep Mulet fue, junto con Miguel Seguí, comisaria de la exposición retrospectiva que el Casal Solleric de Palma dedicó a Josep Planas hace veinte años. La preparación de esta muestra, que reunió en 140 imágenes más de medio siglo de la trayectoria profesional del fotógrafo, fue un punto de encuentro entre ambos durante tres años que también les sirvió para realizar una publicación en Lunwerg Editorial (Barcelona) y un proyecto multimedia con Agustí Torres, donde Planas era el personaje principal.
Por su cercanía a Planas durante aquellos años, Mulet recuerda el sueño del fotógrafo por crear un museo que acogiese su colección, especialmente el apartado dedicado a la técnica, a todas las cámaras, objetivos y maquinaria para reproducir imágenes. “Él quería hacer un museo de la historia de la fotografía, en general, porque tenía una de las colecciones más importantes de Mallorca”, cuenta la historiadora.
“El gobierno de Jaume Matas le quería ofrecer el edificio del Casal Balaquer para fundar lo que se iba a llamar Museu Planas Montanyà, pero justamente aquella propuesta coincidió con el momento en el que se estaba cerrando la empresa Casa Planas y mi padre no quiso hacerlo, principalmente, por respeto hacia todos los trabajadores en un momento tan complicado”, recuerda Marina Planas.
Una mujer y su gato participan en la fiesta tradicional ‘Les Beneïdes’ en 1961.
Retrato del puerto de Alcúdia durante los años sesenta.
La fotografía artística de Planas
Más allá de las imágenes comerciales de la obra del autor, Josep Planas destacó por capturar con su cámara a las grandes estrellas cinematográficas de la época que pasaron por Mallorca, como Chaplin, Errol Flynn, Joan Fontaine o Grace Kelly y personajes universales de la cultura, como Joan Miró, Blai Bonet o Camilo José Cela.
Planas fotografió a grandes estrellas cinematográficas de la época que pasaron por Mallorca, como Chaplin, Errol Flynn, Joan Fontaine o Grace Kell
Entre encargo y encargo, el fotógrafo apostó, además, por un retrato costumbrista de escenas cotidianas de la isla, inmortalizando, como explica Mulet, “desde la anécdota de quién vendía la lotería, del policía municipal que ponía una multa, de la ropa tendida en las murallas de Ibiza, de los barcos en el puerto de Maó o de la gente en el paseo del Born”.
De hecho, en la retrospectiva que tuvo lugar en el Casal Solleric, esta fotografía de autor tuvo su propio apartado y, pese a ser menos conocida, muestra “una mirada documentalista de Josep Planas, que no siempre buscaba ser la más amable, porque, a veces, era ácida y desgarradora, es decir, tenía un discurso”, según Joan Boadas i Raset, archivero e historiador catalán, que ha colaborado con Casa Planas en diversas ocasiones para marcar las líneas de acción del archivo.
Marina Planas, directora de Casa Planas, fundó este centro interdisciplinar de creación e interpretación contemporánea en 2015.
Diferentes mujeres de la plantilla de Casa Planas trabajando en el laboratorio fotográfico de Josep Planas.
Un archivo para (re)pensar el futuro
Los archivos, por lo general, suelen entenderse como elemento para mirar exclusivamente al pasado. Pero, ¿y si sirvieran para mirar hacia el futuro? Según el archivero Boadas i Raset, exdirector del Arxiu Municipal de Girona y reconocido como miembro del International Council on Archives, esta es su principal función: “Servir como equipamientos para revisar el futuro a través del pasado”.
Casa Planas, en este sentido, ha hecho del archivo un centro de creación contemporánea donde muchos artistas han realizado sus trabajos de creación. Por ejemplo, el proyecto Uncovering Archive propone residencias artísticas que responden a temas como las relaciones entre el cuerpo y el archivo, las experiencias tecnológicas o la geopolítica vinculadas al viaje y la fotografía, además de aquellas perspectivas enfocadas hacia el género, la memoria colectiva, la sostenibilidad y la salud mental.
“Hace poco en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba) organizaron un simposio para intentar sacar adelante una especie de mapeo de lo que serían archivos que puedan contribuir al estudio del turismo. Esa vinculación con organismos nacionales e internacionales es un elemento que se podría explotar con mayor intensidad”, concluye Boadas i Raset. Se trata, entonces, de recuperar el acceso al pasado para no perder los futuros que todavía son posibles.