jueves, junio 19 2025

Competencia anuncia el nuevo servicio de control de tensión tras los informes del Gobierno y Red Eléctrica sobre el apagón

La CNMC llevaba analizando la actualización de este servicio obsoleto desde 2021 y los informes del Ejecutivo y del operador del sistema urgían a que lo aprobara ya; su puesta en marcha no será inmediata

El informe del apagón detecta centrales que “no estaban regulando tensión” y una desconexión “indebida” de instalaciones

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha anunciado este jueves la actualización del obsoleto servicio de control de tensión que este organismo lleva analizando desde 2021. Lo ha hecho tras la publicación de los informes sobre el apagón del Gobierno y el operador del sistema, Red Eléctrica (REE), publicados el martes y el miércoles, respectivamente, y que han urgido al denominado ‘súperregulador’ a aprobar de una vez esta norma.

En un comunicado, Competencia informa de que la semana pasada, y en concreto “el pasado 12 de junio”, antes de la publicación de esos informes que ponen el foco en la necesidad de actualizar este servicio, el organismo aprobó una revisión de los procedimientos de operación que regulan el detalle de funcionamiento de los servicios a la operación del sistema eléctrico (servicios de ajuste) “para modernizar y dotar de marco retributivo el servicio de control de tensión ya existente”.

“Con esta revisión se introduce dinamismo en el servicio de control de tensión, y se incentiva el desarrollo de capacidades para poder proporcionar mayores recursos por parte de todas las tecnologías de generación y de demanda. También se crean mercados locales para la contratación de capacidad adicional para dotar al servicio de una mayor eficiencia”. El nuevo sistema va a permitir controlar tensión a las renovables, que hasta ahora tenían el acceso a este servicio muy limitado.

La CNMC señala que la generación convencional y la renovable “ya tienen actualmente obligaciones de control de tensión (desde el año 2000 y 2014 respectivamente)”. Los informes sobre el apagón revelan que ese servicio no funcionó como debía. Los tres reactores nucleares y los seis ciclos combinados de gas que debían operar en el mecanismo que en la actualidad permite controlar tensión, las restricciones técnicas (con las que las eléctricas se embolsan miles de millones cada año) no estaban regulando tensión como debían cuando comenzaron las sobretensiones que derivaron en el apagón, según se ha conocido esta semana. Destaca una central de gas en el sur de España que hizo lo contrario de lo que debía: inyectó energía reactiva en lugar de absorberla.

Según dijo el miércoles la directora de Operación de REE, Concha Sánchez, si estas plantas hubieran hecho su trabajo controlando la tensión, “no hubiéramos tenido apagón”. “El incidente se hubiera evitado”, aseguró la presidenta no ejecutiva de REE, la exministra Beatriz Corredor. La identidad de estas plantas se desconoce porque las empresas han pedido que esos datos sean confidenciales.

El informe que REE publicó el miércoles recuerda que la actualización de este servicio “está pendiente de aprobación desde el año 2021” por parte de la CNMC. El primer borrador del procedimiento de operación que lo recoge (conocido como 7.4) lo sacó a consulta la propia REE en septiembre de 2020. El operador del sistema lo reclama en su informe sobre el apagón (es su primera recomendación) “para que toda la generación que tenga capacidad de controlar tensión en tiempo real deba activar dicho control y además se establezcan penalizaciones ante posibles incumplimientos”. Actualmente, solo se penalizan los incumplimientos a la generación convencional.

Por su parte, el informe del Gobierno también recomienda “aprobación e implementación urgente del nuevo servicio del control de tensión”. El documento de la comisión de expertos también pide “acelerar la constitución y adecuada dotación de la Comisión Nacional de Energía” (CNE), el antiguo regulador que, con un modelo casi único en el mundo, absorbió la CNMC junto a otros organismos como la autoridad de Competencia o el supervisor de las telecomunicaciones en 2013. El informe pide un “supervisor especializado y focalizado exclusivamente en el sector energético, a la vista de la elevada complejidad y especificidad del sector, la creciente abundancia y concreción de normativa técnica aplicable, la necesidad de mayor supervisión y transparencia, y la criticidad del sector para el conjunto de la sociedad, de la economía y la seguridad nacional”. El proyecto de ley para recuperar la CNE lleva meses empantanado en el Congreso.

La propia CNMC planteó cambiar el servicio de control de tensión vigente en 2019 por tratarse de normas que “no se han tocado en 20 años”. En 2022, tras reconocer “problemas continuos de control de tensión” ante la avalancha de nueva generación renovable, decidió ensayar ese nuevo sistema, que permitirá regular tensión de manera masiva a fotovoltaica y eólica con menos sobrecoste para el consumidor. Lo hizo con un proyecto piloto, que luego amplió a grandes consumidores. Lo hizo, según dijo tras el apagón en el Congreso la presidenta del súperregulador, Cani Fernández, porque la UE les obligó a hacerlo. Ahora lo ha puesto por fin en marcha pero su implantación no será inmediata: solo empezará a aplicarse en el primer trimestre del año que viene, según dijo el miércoles la directora de Operación de REE.

Desde que en 2019 la CNMC planteó cambiar este sistema, se han producido enormes cambios en la generación eléctrica del sistema peninsular español, protagonista del apagón más grave de la historia de España. La potencia fotovoltaica se ha multiplicado por cuatro, hasta más de 33.000 megavatios (MW); la eólica ha pasado de 24.883 MW a más de 31.600 MW actuales; y se han cerrado casi 7.400 MW de carbón.