martes, abril 29 2025

La mañana en los colegios tras el apagón total: «No iba a traerlos porque teletrabajo pero es una gran ayuda»

En la mitad de las comunidades los centros educativos funcionan con normalidad mientras en la otra han abierto sus puertas para atender a los menores pero sin actividad lectiva

Sigue la última hora tras el apagón

Las puertas de los colegios e institutos han abierto en la mañana de este martes tras el apagón total en prácticamente toda España. Aunque no para lo mismo: funcionan comosiempre en la mitad de las comunidades autónomas, donde la mañana ha estado marcada por las conversaciones en torno al fallo eléctrico que sumió el país en la oscuridad, pero no es un día como otro cualquiera en un puñado de territorios que, aunque han decidido abrir las puertas de los centros, lo hacen sin actividad lectiva. A ellos los niños, niñas y adolescentes han ido llegando en un goteo desde primera hora.

Es el caso de Talía, de nueve años, que sube con su madre Ana la empinada cuesta de la calle Olivar, en el barrio madrileño de Lavapiés, para llegar al colegio público Antonio Moreno Rosales, donde el equipo directivo espera a las puertas. “No puedo hacer otra cosa porque entro ahora a trabajar”, explica la mujer. Todo es un poco improvisado en esta mañana anómala en los centros de la capital: “Vamos a ver cuántos somos, les dividiremos en dos grupos y veremos qué hacemos”, explica la directora con cierta sensación de lamento de ser “tratados como guarderías”.

Esta es una percepción que comparten algunos docentes, que rechazan la idea de que en los centros educativos recaiga esta responsabilidad. La idea marca las conversaciones de varios de ellos desde que recibieron las órdenes de sus respectivas consejerías de abrir para garantizar la atención de los menores cuyas familias lo necesiten. “Los colegios no son parkings de niños ni los docentes monitores de ocio y tiempo libre” o “si no se puede dar clase, ¿para qué va a venir un alumno de 17 años a mi instituto 7 horas?”, lanzaban algunos en redes sociales.

Al colegio Antonio Moreno Rosales, ubicado en el centro de Madrid, habían llegado en torno a las 9 de la mañana unos 50 alumnos, para los que también tendrá que estar habilitado el servicio de comedor. A poca distancia, Arancha deja a sus hijos de nueve y seis años en el colegio La Asunción. “Al principio no iba a traerlos porque yo teletrabajo, pero es una gran ayuda. No tengo todavía Internet en casa y tengo que ver qué hago”, cuenta la mujer sobre los pequeños problemas de suministro que todavía perviven en algunos hogares.


Un niño y una niña entran al colegio La Asunción, en la mañana de este martes en Madrid.

Normalidad y confusión

Según ha comunicado la Consejería de Educación, los centros de la región han abierto sus puertas “con normalidad” y solo se han reportado incidencias relacionadas con la falta de luz en un instituto público de Mejorada del Campo o algunos fallos puntuales de conexión a internet en varios centros. Además, la comunidad ha tenido que rectificar porque tras informar de que 17 alumnos pasarían la noche en el IES Isabel la Católica, ha asegurado esta mañana que tras cenar, sus familiares fueron a buscarles antes de las 12 de la noche.

Madrid es una de las seis comunidades que han mantenido la atención en los colegios e institutos sin ofrecer clases, junto a Comunitat Valenciana, Extremadura, La Rioja y Aragón. También en Galicia, donde ha reinado el desconcierto por las indicaciones contradictorias de la Xunta.

La confusión era la sensación generalizada de las familias que esta mañana llevaban a sus hijos al Apóstolo Santiago, un pequeño colegio de Infantil y Primaria a diez minutos de la catedral de Santiago de Compostela pero ubicado en un barrio trabajador. Las instrucciones tardías, cambiantes y contradictorias de la Xunta de Galicia -primero anunció el cierre de las escuelas y después que abrirían “para atender cualquier incidencia”- no han ayudado en una ciudad en la que el sumnistro eléctrico no se recuperó hasta pasadas las cinco de la mañana.

Las preguntas se sucedían ya de madrugada en los grupos de whatsapps de madres y padres: no estaba claro si habría profesorado al otro lado de las puertas de los centros ni si los niños y niñas tenían derecho a quedarse en ellos. El servicio de comedor, también dependiente del Gobierno gallego pero en manos de una empresa de cátering, no estaba garantizado. A las siete y media, ni en la web del Ejecutivo autonómico ni la de la consellería figuraba ningún aviso. Fue el equipo directivo y docente el que se hizo cargo de la situación y puso el colegio a funcionar. Algún padre decidió, una hora después de la hora de entrada, llevar a sus hijos: “Con dos es imposible teletrabajar”, decía.

Castilla-La Mancha se sumará de forma tardía a este grupo de comunidades que abren sin dar clase, pero lo hará por la tarde. La excepción la protagoniza el Centro de Educación Especial de Toledo, a donde sí han acudido los docentes para atender a la veintena de chavales que hacen uso del servicio de residencia que ofrece el centro para quienes viven lejos. “Vinimos casi todos los profesores”, explica una de ellas, ya que había que dar relevo a los cuidados que pasaron la noche. El resto del alumnado no ha acudido.

En Catalunya, una de las comunidades en las que sí había clase este martes, los centros han abierto con la “máxima normalidad posible”, según el Departamento de Educación, que ha registrado “algunas incidencias menores con el wifi, algún fallo en el suministro de agua o algún docente que no ha podido llegar al colegio”. El apagón, no obstante, ha afectado a algunos planes escolares como las colonias. Es el caso de dos clases de la escuela Garbí Pere Vergés, situada en Esplugues de Llobregat (Barcelona), cuyos alumnos tenían previsto trasladarse tres días a una casa rural en Capafonts (Tarragona). El autocar, con más de 50 niños, llegó al lugar de destino a media mañana, pero tuvieron que regresar y a las 20:30 llegaban de nuevo a Barcelona.

Más alumnos en colegios que en institutos

En general, son los colegios los que están registrando una mayor afluencia que los institutos, a los que acuden adolescentes de 13 años para arriba y que en su mayor parte se han quedado en casa. “Han venido muy poquitos, entre 40 y 60”, explica Jaime Pérez, profesor de inglés del IES San Isidro de Madrid, un centro en el que un día normal hay 1.300 alumnos.

Los profesores que han acudido al instituto han organizado a los asistentes en tres grupos en función de la edad: unos están viendo una película, otros haciendo deporte en el patio y otros están en clase haciendo ejercicios de repaso, tres grupos “por los que todos irán rotando” a lo largo de la mañana. Los más mayores, de Bachillerato, solo han venido a ver las notas de exámenes que hicieron la semana pasada. Es el caso de Julia, Aitana y Sara, que cursan 2º. “Ayer nos pilló en medio de un examen y al principio pensamos que era solo de aquí, cuando nos dijeron que era general pensamos que los profes estaban bromeando”, recuerda Sara, que tardó “cinco o seis horas” en poder llegar a casa.

En el IES Villa de Vallecas la mañana está transcurriendo “tranquila”, cuenta Elisa, una de las profesoras. Al centro solo han acudido 15 alumnos, la inmensa mayoría “de zonas cercanas”.

La capital vive este martes una jornada anormal no solo por el apagón. Y es que se mantiene la huelga convocada para el lunes y el martes. “Aquí no estamos todos los profesores, algunos habrán hecho huelga y otros quizá no han podido llegar”, cuenta Jaime, que ha acudido al centro porque es parte de los servicios mínimos dipuestos para la jornada de parón.

Con información de Daniel Salgado, Pol Pareja y Francisca Bravo.