Los sacerdotes de áreas populares recuerdan ahora que el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio llevó ese trabajo con los humildes desde Buenos Aires al Vaticano al convertirse en Papa
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Los más humildes y olvidados, ese es el mundo que perdió a Francisco. Los “curas villeros” y “sacerdotes en opción por las y los pobres” de Argentina, que acompañan la realidad social a diario, recuerdan el legado que dejó Jorge Mario Bergoglio: que la construcción de la vida de la iglesia sea desde el mismo barrio.
El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que se desarrolló en Argentina a fines de los ’60 y principios de los ’70, y cuyos miembros sufrieron persecución durante la dictadura (1976-1983) fue la inspiración para que sus sobrevivientes y las nuevas generaciones de curas fundaran, ya en democracia, el “Grupo Nacional de Curas en opción por las y los pobres” y el “Equipo de sacerdotes y comunidades de barrios populares de Argentina” –comúnmente denominados curas villeros–. Con la llegada de Bergoglio al Arzobispado de Buenos Aires, en 1998, ambos grupos ganaron un gran impulso.
Bergoglio había acumulado experiencia en sus años como superior provincial de los jesuitas, en plena dictadura militar, y en su tarea como obispo auxiliar (1992-1998).
“Rotos por el consumo de paco”
Guillermo Schattenhofer, cura villero que nació en Buenos Aires y que desde hace seis años hace su labor pastoral en la comunidad Pichanal, provincia de Salta, (norte), recuerda a elDiario.es un momento clave, en 2008, cuando Bergoglio dio una misa de Jueves Santo en la villa 21-24 de Barracas, ciudad de Buenos Aires. “Bergoglio lavó los pies de jóvenes con problemas de adicciones e invitó a los sacerdotes a replicar ese gesto. Su mensaje fue: ”hay que salir a los barrios, a estar en la periferia, hay que acompañar a los pibes y a las pibas que están rotos por el consumo de paco y otras sustancias“.
Precisamente en la parroquia de Virgen de los Milagros de Caacupé estaba el Hogar de Cristo, el primer centro barrial para tratar la rehabilitación por adicciones, una tragedia social que hierve en los barrios populares. Hoy hay 300 hogares de Cristo en todo el país.
De acuerdo a un informe oficial difundido en marzo por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa de pobreza se ubicó en el segundo semestre de 2024 en el 38,1 %, un número que retrocedió del salto que había dado en el primer semestre, cuando la tasa fue de 52,9%, efecto de las políticas de devaluación y recortes del gobierno de Javier Milei. El político ultraderechista llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2023.
“Ser red de apoyo”
“En el actual contexto sociopolítico, de la pobreza que se está viviendo, de los discursos de violencia, de individualismo, del ´sálvese quien pueda´, de la denigración de todo lo que tenga que ver con los barrios populares, nuestra labor se hace más urgente, pero ya no solo en trabajar con los jóvenes que están en consumo, sino más en plantear una propuesta de cómo ser comunidad y red de apoyo en los barrios. Eso Francisco lo hizo a nivel mundial y su pérdida nos invita a seguir su camino”, sostiene el padre Schattenhofer.
Rodolfo Viano es padre del barrio La Teja, distrito de Pontevedra, en la provincia de Buenos Aires y miembro del grupo de Curas en opción por las y los pobres. Se considera heredero del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que nació a fines de los años 60 y principios de los 70.
Con sus luces y sombras, la Iglesia atravesó los años de dictadura en Argentina. Así lo sostiene Viano a elDiario.es: “Ese compromiso político y social de iglesia en los 60 y 70, luego de que religiosos y religiosas fueron perseguidos por la dictadura, la misma iglesia fue transitando por el camino de ´no te metas´, del miedo”.
Y también Bergoglio, como líder de los jesuitas, transitó por esos años un sendero con espinas. Bergoglio fue investigado por no haber ayudado presuntamente a los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, detenidos por los militares en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), torturados y liberados a los seis meses. Los dos sacerdotes sirvieron a las órdenes de Bergoglio, y él declaró años después que se reunió, por separado y en dos oportunidades, con los dictadores Jorge Rafael Videla y Emilio Massera, para interceder por los curas. El húngaro Jalics, fallecido en 2021, afirmó en 2013 que se había reconciliado con Bergoglio.
En un diálogo con el periodista Nelson Castro, revelado tras la muerte de Francisco, Bergoglio sostuvo que nunca hizo psicoanálisis pero que sí consultó durante unos meses a una psiquiatra, cuando se desempeñaba como jefe de los jesuitas. “Eran tiempos difíciles porque estaba la dictadura, el problema de rescatar gente, la gente escondida… Había cosas que no sabía manejar bien y fui a ver a una psiquiatra y me ayudaba con explicaciones, consejos. Me ayudó muchísimo”, relató.
El cura franciscano Viano señala el legado del Papa fallecido este lunes 21 de octubre, a los 88 años. “Como arzobispo de Buenos Aires, empezó a darle mucho valor a los curas que estaban trabajando en las villas de emergencia, hoy se utiliza la expresión barrios populares. Desde su cargo motivó a otros curas a que también se comprometieran con los barrios. Los hogares de Cristo datan del tiempo justamente de Bergoglio como arzobispo y es una obra decididamente empeñada en asistir y en recuperar a la juventud de las adicciones”.
La Basilica de San José de Flores donde Jorge Bergoglio, a los 17 años, decidió que quería ser cura.
Francisco “Paco” Olveira, sacerdote del grupo de Curas en opción por las y los pobres, señala a elDiario.es que está claro que el papa argentino puso a los pobres en el centro. “Habla de los empobrecidos como una categoría. Si hay empobrecidos, es porque hay quienes empobrecen. Hay oprimidos, porque hay quienes oprimen. Y Francisco dice que la esperanza de nuestro mundo, de nuestra sociedad, es cuando los pobres se juntan, se reúnen, y defienden sus derechos. Y les llama, nos llama, poetas sociales, porque en medio del dolor, se hace vida, se hace poesía”.
Olveira agradece en lo personal a Bergoglio por haber ido a trabajar al barrio de la Isla Maciel. “Antes de que fuera Francisco, él me dio una mano para llegar a ese barrio y fui muy feliz muchos años. Al poco tiempo de que él ya fuera investido papa, le mandé un mail agradeciéndole esa intermediación para que yo esté en la Isla Maciel. Y me respondió diciendo que le había dado una inmensa alegría mi mensaje, que siguiera dando testimonio del Evangelio con mi compromiso, que a veces me pasaba de corajudo, esos son sus palabras textuales, pero que eso también estaba muy bien”.
El padre Viano considera que el desafío de la iglesia en Argentina es no solamente asistencial, sino de un compromiso aún mayor. “Muchas veces nos quedamos cortos en plantear que la solidaridad simplemente es tender una mano al pobre. La solidaridad tiene que ser luchar decididamente por él”.
La continuidad de la propuesta de Francisco de darle centralidad a la justicia social también dependerá de la labor pastoral en los barrios populares, aquí, en Argentina y en otras parte del mundo.