Numerosas investigaciones internacionales apuntan que jugar a juegos de mesa –sin distinguir entre juegos de tablero y cartas; todo tiene el mismo efecto– ayuda a prevenir el declive cognitivo y enfermedades neurodegenerativas
Ejercicios para mejorar y conservar la memoria a medida que te haces mayor
El grupo de amigos que se reúne todos los jueves en el bar de siempre para echar la sagrada partida de mus. La abuela que calcula hábilmente cuántos triunfos le quedan a su nieta mientras juegan a la escoba con una baraja gastada. Las familias que disfrutan de un dominó al sol en la sobremesa de un domingo de playa. No son solo tradiciones o meros divertimentos: la evidencia científica avala la importancia de los juegos de mesa para conservar una buena salud cognitiva, algo especialmente importante en la tercera edad.
Jorge Moya Higueras, doctor y profesor en la Universidad de Lleida, sabe mucho de este asunto, que lleva años estudiando en profundidad. Forma parte del grupo de investigación Neuropsicología, Genes y Ambiente (NeuroPGA), que investiga los factores ambientales que ayudan a promocionar salud y la educación y explora las metodologías lúdicas como poderosas herramientas de intervención. “Numerosas investigaciones internacionales apuntan a que jugar a juegos de mesa –sin distinguir entre juegos de tablero y cartas; todo tiene el mismo efecto– ayuda a prevenir el declive cognitivo y enfermedades neurodegenerativas”, relata.
Hay estudios que apuntan que, en el caso de las personas que han jugado toda la vida, la severidad de la demencia es menor y el curso de la enfermedad es más lento. Como estos estudios están basados en muestras de personas que solo disponían de juegos de mesa tradicionales, este científico y su equipo están analizando si los juegos de mesa modernos pueden tener también estos beneficios.
Jugar previene el declive cognitivo y los síntomas depresivos
Moya asegura que jugar a juegos de mesa durante la tercera edad ayuda a preservar los procesos cognitivos y prevenir el deterioro cerebral, según confirman estudios como este, publicado en The Journals of Gerontology. Además, recientes informes apuntan a que tiene un beneficio incluso más grande a la hora de prevenir síntomas depresivos.
Tanto las personas que leen habitualmente como las personas que juegan a juegos de mesa habitualmente muestran menos declive cognitivo
“En comparación con otra actividad intelectualmente demandante como es la lectura, parece que tanto las personas que leen habitualmente como las personas que juegan a juegos de mesa habitualmente muestran menos declive cognitivo que personas que ponen en práctica actividades más pasivas como ver la tele”, subraya. “Pero incluso encontramos los niveles más bajos de depresión en el grupo de quienes jugaban a juegos de mesa”.
Más beneficiosos cuanto menos azar hay de por medio
Los estudios realizados con todas las edades muestran que los juegos que son más beneficiosos son los que requieren una demanda más cognitiva. “Por explicarlo de otra manera, cuanto más azar tiene un juego, menos ventajoso es”, apostilla el investigador.
Por tanto, oca, parchís y otros juegos en los que se tira un dado para mover un peón y hay poca decisión, serían menos recomendables. “Entre la oca y el parchís, mejor el parchís, porque al menos aquí tienes que decir qué ficha mueves o cuál comes”. El dominó o el ajedrez serían, a su vez, mejores que los anteriores, ya que implican procesos cognitivos complejos, como el razonamiento y la planificación, que activan procesos cognitivos más básicos.
La estética y la narrativa de los juegos de mesa modernos facilita que las personas quieran jugar e incluso mezclar diferentes edades
“Por último, consideramos que los juegos de mesa modernos serían aún mejores que los tradicionales, porque están diseñados con mecánicas modernas que obligan a las personas que juegan a activar procesos cognitivos que habitualmente no activamos con los tradicionales. Además, la estética y la narrativa de los juegos de mesa modernos facilita que las personas quieran jugar e incluso mezclar diferentes edades”, señala Moya, asegurando que es maravilloso ver a varias generaciones de una familia jugando al mismo juego, con idénticas posibilidades de ganar, ya que estos juegos establecen incluso mecanismos de compensación.
Los juegos modernos implican tener que pensar de maneras diferentes, activando diferentes dominios cognitivos con intensidades diferentes.
Los juegos modernos implican tener que pensar de maneras diferentes, activando diferentes dominios cognitivos con intensidades distintas. “Muchos abuelos que quedan para jugar con sus amigos al dominó o al juego de cartas tradicional de su región no quieren jugar a nada más y a veces se automatiza tanto la tarea que juegan en piloto automático sin activar tanto los dominios cognitivos”, puntualiza. Combinar juegos de siempre y otros nuevos sería lo ideal.
Iniciativas pioneras en España
En España hay diferentes asociaciones e iniciativas que ponen la lupa sobre lo valioso de jugar en la tercera edad, como la Asociación AFIM21, dirigida por Núria Guzmán y que emplean los juegos de mesa como herramienta de inclusión social. El trabajo de Ana Manzano Leon o el Catàleg d’experiències lúdiques (CEL), un proyecto del profesor Alex Caramé de la Universidad de Barcelona, que lleva años recopilando experiencias lúdicas, muchas basadas en juegos de mesa modernos, aplicadas a educación.
También existen tiendas que no solo se especializan en la venta de juegos, sino en realizar talleres, servicios sociales o atención a la infancia vulnerable, como La Tribu Fera. En Catalunya incluso existe un festival para aproximar a la ciudadanía a la afición por los juegos de mesa: el Festival del Joc del Pirineu. Por otro lado, han nacido consultoras especializadas en metodologías lúdicas como MARINVA o Idea lúdica, dirigida por uno de los diseñadores de juegos más reputados de España, Josep María Allúe.
Asterisk, el juego de una joven diseñadora española premiado por Stanford
Belén García López logró todo un hito. Esta graduada en Diseño por la Universidad de Navarra ganó el primer premio de un concurso organizado por el Centro de Longevidad de la Universidad de Stanford con Asterisk, un juego modular para estimular a pacientes con demencia. Su propuesta fue considerada la mejor entre 228 proyectos presentados por más de 100 universidades de 34 países.
El objetivo del juego “es trabajar la estimulación cognitiva y la psicomotricidad fina a través de la estrategia y el movimiento de fichas”, explica la diseñadora. Los módulos de Asterisk se combinan para crear distintos tableros de juego, cuya característica más especial es que las dinámicas están clasificadas por niveles, desde fases iniciales hasta etapas más avanzadas de la enfermedad.
Además, aspira a convertirse en un proyecto en código abierto. “La idea es que cualquiera pueda descargarse los archivos e imprimirlos en 3D, facilitando así su personalización y accesibilidad”, relata.
Son juegos que han sobrevivido generaciones por su estructura simple y flexible. Ponen en valor la estrategia, la memoria, la observación a través de mecánicas fáciles de entender
Lo más valioso que aprendió en las pruebas piloto con Asterisk es que se debe “evitar la infantilización” a la hora de diseñar juegos para personas mayores. Precisamente, la necesidad de crearlo nació de ver que, en etapas avanzadas, los únicos juegos disponibles en el mercado eran puzles para niños. “Choca mucho ver a una persona de 70 años jugando con un puzle de Peppa Pig”, apunta.
La diseñadora encumbra el potencial de los juegos tradicionales como el dominó y las cartas españolas“porque son accesibles, conocidos y permiten diferentes niveles de complejidad”, así como de los juegos de estrategia como el ajedrez o el tres en raya,“siempre que se adapten visual y funcionalmente”.
El objetivo del juego es trabajar la estimulación cognitiva y la psicomotricidad fina a través de la estrategia y el movimiento de fichas.
“Son juegos que han sobrevivido generaciones por su estructura simple y flexible. Ponen en valor la estrategia, la memoria, la observación… y todo eso a través de mecánicas fáciles de entender. Además, tienen un componente simbólico y estético: piezas claras, tableros reconocibles… Es diseño atemporal que conecta a personas distintas en un mismo espacio de juego”, celebra la diseñadora, que actualmente está trabajando en un estudio de diseño de packaging, pero que querría seguir investigando sobre longevidad y diseño en una tesis de creatividad aplicada, compaginándolo con la docencia.
Por último, recuerda que las cartas y tableros son un arma efectiva contra la soledad. “En muchos casos, han sido infravalorados, ya que no solo estimulan la memoria y la lógica, sino que fomentan la interacción social”. En el caso de quienes ya tienen demencia, Belén García recuerda que el componente lúdico puede actuar como una herramienta terapéutica muy buena, “siempre y cuando esté bien adaptado”. Como dijo Adam Blatnr: “La necesidad de jugar en los seres humanos es permanente”.