miércoles, abril 16 2025

Isabelle Huppert: “El riesgo es rodar con malos directores, pero a mí no me suele pasar”

La actriz francesa, una de las grandes del cine europeo, estrena ‘La viajera’, su tercera colaboración con el cineasta coreano Hong Sang-soo

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Isabelle Huppert está de vuelta de todo. No necesita contentar a nadie. Ni ser especialmente simpática. Trabaja con quien quiere. Hace lo que quiere y, una cosa cada vez más difícil, dice lo que quiere. Elige películas donde se ríe de su propia imagen pública y las alterna con papeles con sus directores fetiche, esos a los que dice sí siempre que llaman. Uno de ellos es el coreano Hong Sang-soo, que la dirige por tercera vez en La viajera, uno de esos filmes con la marca del coreano, donde la ligereza impregna todo para acabar hablando de la vida misma. En esta ocasión lo hace a través de una francesa que vaga por Seúl y que da clases de francés a dos mujeres. Lo hace con un método surrealista, sin ningún tipo de norma gramátical u ortográfica.

La actriz muestra su rostro más amable en el filme, pero no se esfuerza en ser tan dulce como su personaje en las entrevistas, donde responde de forma educada pero muy escueta. Ella misma se define poco después como “una actriz fría”, y todo toma sentido. Lo hace para contestar si ella, como su personaje, tiene un método personal para interpretar, una técnica aprendida a través de décadas de películas: “No es un método realmente, más bien tiene que ver con lo que uno es profundamente. Uno puede transformarse mucho, pero hay algo de su ser profundo que está ahí siempre y que emana en todas las películas. Yo creo que soy una actriz fría. Tanto en las comedias como en los dramas, y hay algo que no cambia”.

Reconoce que sí hay directores con los que haría cualquier cosa, y que Hong Sang-soo es uno de ellos. Le descubrió antes como espectadora que como actriz. No se acuerda del título de la película, pero sí que en cuanto la vio en el cine buscó las anteriores que había rodado para ver quién era ese realizador tan especial. Después le pudo conocer en persona, pero fue “mucho después” y nunca había pensado en ser parte de su universo. “La verdad que no lo pensaba cuando veía sus películas. Le conocí por casualidad, pero su cine habla mucho del azar, de destinos que se cruzan, y yo le conocí así”, recuerda estableciendo un hilo entre las películas que hace el cineasta y su propia historia común.

Le define como “un genio de la ligereza y la profundidad al mismo tiempo”. Un director cuyas películas “tienen dos niveles”. Explica que en ellas “todo está muy escrito, pero finalmente es como si fuera totalmente improvisado”. “Lleva la paradoja a un punto que es fascinante. No diría que es improvisar, aunque el cine siempre es improvisado, porque actuar es improvisar aunque lo hayas preparado todo. La película te va conduciendo, te va marcando el camino…”, reflexiona sobre el arte de la interpretación.

Repetir con conocidos le parece “agradable”, pero no “porque te conozcan bien, sino porque eso confirma que les gustó la vez anterior”. Tampoco porque le sea más fácil poder mostrar si algo no le gusta. Es más, Huppert cree que si algo no le convence, mejor actuar de otra forma. “A mí me gusta todo. Y si no me gusta no tengo por qué decirlo. Ya me apaño yo solita”, dice cerrando la pregunta de forma abrupta.

Viendo su filmografía uno diría que le gusta el riesgo, pero ella también lo niega. Le da la vuelta al argumento y cree que apuesta por lo contrario. “No te la juegas cuando estás rodando con muy buenos directores. Ahí nunca hay riesgo. Lo que tiene riesgo es rodar con un director malo, pero a mí no me suele pasar”, dice sin una sola mueca que permita descubrir si está tirando de ironía o lo dice realmente en serio.

El cine siempre es improvisado, porque actuar es improvisar aunque lo hayas preparado tdo

Isabelle Huppert
Actriz

Al menos concede que le gusta el cine de autor, pero apostilla que “no hay que fiarse de las diferencias porque hay algunas películas de autor que luego son un gran éxito comercial”. Cree que es “un tema más económico que de las aspiraciones que pueda tener una película”. Por ello se muestra contundente para denunciar que “hay películas de presupuesto mediano, que no son grandes producciones, que desde hace un tiempo están en una situación frágil, también en Francia”.

Ante ese lado negativo de la industria francesa hace hincapié en lo que cree que es una de las grandes fortalezas del cine de su país, y es que “está muy implicado en todas las cinematografías extranjeras y coproduce muchas películas”. Pone de ejemplo el cine que vio en el pasado Festival de Venecia, donde “muchas estaban coproducidas por Francia, y eso hace que el cine francés tenga más resplandor y más fuerza”, pero reincide en que no hay que descuidar “ese cine medio que sí que se encuentra en un lugar más frágil y al que le está costando que vaya bien”.

Ella fue una de las que decidió entregarle ese León de Oro histórico a Pedro Almodóvar por La habitación de al lado y al preguntarle por aquella decisión lo zanja en dos palabras, “fue fácil”. Luego añade que cree que “era una muy buena película, muy bonita, muy profunda, como todas las de Pedro” y destaca la forma en la que el cineasta “dramatiza el decorado y convierte la casa es un personaje más”. Y si Huppert dice que fue fácil es que fue así. ¿O es que alguien se atrevería a llevarle la contraria?