lunes, abril 14 2025

El polémico rascacielos sobre las Cocheras de Palacios desvela el aspecto que tendrá en el horizonte de Chamberí

El proyecto encargado por el Ayuntamiento de Madrid contempla levantar un complejo de seis edificios con una torre principal de 35 pisos, un gran parque y 1.050 plazas de aparcamiento sobre las antiguas cocheras de Metro en Cuatro Caminos

Almeida intenta aprobar otra vez la torre sobre Cocheras de Cuatro Caminos, cinco años después del primer fracaso

Empieza a tomar forma el desarrollo urbanístico sobre las antiguas cocheras del suburbano madrileño en Cuatro Caminos, uno de los proyectos de la ciudad que ha suscitado más polémica en los últimos años. El estudio Rubio Arquitectura ha ganado el concurso para diseñar la Torre Metropolitan, el rascacielos que marcará el techo de Chamberí. El complejo, compuesto por seis edificios, contará con un bloque principal de unos 35 pisos y altura similar al actual edificio más elevado de este distrito, las Torres de Colón, que miden 117 metros.

Hace mes y medio, el pasado 25 de febrero, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobaba el convenio urbanístico para desbloquear el proyecto y con él la construcción de la torre. “Estamos muy ilusionados con la posibilidad de llevar a cabo el proyecto de la Torre Metropolitan”, aseguraban esta semana desde el grupo de arquitectos dirigido por Carlos Rubio Carvajal al anunciar el resultado del concurso. Unos días antes, el 31 de marzo, la empresa gestora del residencial -Ibosa- eligía mediante una votación el diseño final.

Rubio Arquitectura ha dado pocos detalles todavía del edificio insignia de Residencial Metropolitan. Las imágenes compartidas en redes sociales dejan ver un bloque formado por cuatro edificios adosados, dos de ellos de 11 alturas, uno de 30 plantas y el más elevado de 35. Todos están rodeados de una estructura blanca que a modo de trama recubre toda la fachada.

Somos Chamberí ha consultado al estudio de arquitectura por los detalles del proyecto pero hasta el momento de publicación de esta información sus responsables no han compartido más información.

El vídeo compartido el estudio promete con su diseño una “imagen icónica a escala metropolitana” y jardines en altura para una “democratización de las vistas”.

Los ángulos rectos y los diseños en blanco y tonos oscuros son señas de identidad del estudio de arquitectura que levantará la nueva torre de Chamberí este grupo de arquitectos. Puede compararse con el edificio de oficinas que proyectaron en 2016 en la calle Condesa de Venadito, donde se encargaron de la rehabilitación de la fachada y los núcleos de escaleras.


Edificio de la calle Condesa de Venadito

Este no es el primer proyecto arquitectónico que asume el grupo en la capital, que ha diseñado edificios dotacionales como el Salón de Reinos del Museo del Prado, el Mercado de la Cebada, el Centro de Interpretación Río Manzanares o la comisaría de Policía Municipal de Arganzuela. También ha formado parte del desarrollo urbanístico Mahou-Calderón, la rehabilitación del Edificio España y de diferentes edificios de viviendas en Vallecas, Valdebebas, Sanchinarro, Bravo Murillo o Chamartín.

De la horrotorre a una demolición forzada

La historia de Residencial Metropolitan comienza en el año 2014, cuando Metro de Madrid vendió por 88 millones de euros un solar que ocupan sus cocheras, todavía en uso. Lo compró una cooperativa de 443 inversores reunidos alrededor de la promotora Ibosa, que fue modificando el proyecto hasta acabar ideando la torre para concentrar el mayor número de pisos en uno de los bloques, con una edificabilidad de 28.900 metros cuadrados.

El proyecto implicaba modificar el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) y también la desaparición de las históricas cocheras del suburbano, con más de un siglo de antigüedad y cuyo diseño se atribuye a Antonio Palacios, el arquitecto de cabecera del primer Metro de Madrid. Su conservación levantó en su momento a asociaciones de Chamberí, el distrito sobre el que se asienta, y a otras que reclamaban el valor de este patrimonio industrial, tanto por su diseño como por su antigüedad. Estas constituyeron rápidamente la plataforma Salvemos las Cocheras de Cuatro Caminos, para intentar frenar en los tribunales toda la operación urbanística, además de dedicarse a difundir la importancia de este espacio.

La torre se convirtió en uno de los símbolos de esta lucha vecinal por el patrimonio e incluso se publicaron montajes fotográficos con el bloque de edificios autorizado junto a otras construcciones icónicas de Madrid, para que los madrileños fueran conscientes del tamaño de la operación inmobiliaria que se cocía en Chamberí. Tanto rechazo causó su desproporcionado tamaño con respecto a los edificios colindantes que las recreaciones del complejo pasaron a disimular o directamente hacer desaparecer la torre.


Comparación del tamaño de la Torre Metropolitan respecto al Edificio España

Los opositores intentaron primero que el complejo fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC) para su protección definitiva, algo que frenó la Comunidad de Madrid, que decidió proteger únicamente los muros laterales. En 2019 llegaron las demandas en los tribunales para frenar una operación que aseguraban era ilegal. La justicia les dio la razón en primera instancia y después lo ratificó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

Es aquí cuando el Ayuntamiento hizo uso de una primera trampa legal para conseguir la demolición de las cocheras y que el proyecto avanzara: Urbanismo recurrió todas las sentencias judiciales en su contra y a la vez autorizó la demolición de todo el complejo, como paso previo a la construcción de los edificios. El derribo de las cocheras se consumó el 8 de junio de 2021, mes y medio después de la sentencia del TSJM que ya dejaba claro que el planeamiento sobre el que se asentaba el proyecto era ilegal. Pero la decisión no era firme hasta que lo dijera el Supremo, gracias a los recursos del equipo de Almeida.

La sentencia final llegó en julio de 2022. El plan municipal para permitir este desarrollo urbanístico tenía que empezar de cero después del mazazo judicial del Tribunal Supremo y el consistorio aceleró al máximo para conseguirlo, aprobando el nuevo planeamiento a las pocas semanas. En juego estaban 443 pisos y un proyecto que en su inicio era defendido por todos los partidos políticos con representación municipal.

El último obstáculo fue el de la protección de los pisos, que era del 10% inicialmente pero que la nueva Ley de Vivienda obligaba a elevar este porcentaje hasta el 20%. Pero un volantazo legal de la Comunidad de Madrid, que al principio defendía la adaptación del proyecto a las nuevas normas, alumbró un informe en 2023 para que el porcentaje no tuviera que aumentar y el 90% de las construcciones siguiera como vivienda libre, sin límite de precios.

Las construcciones que vienen

Después de 11 años, el pasado 25 de febrero el Ayuntamiento ratificó el convenio firmado entre las tres partes implicadas en la operación: el propio consistorio, Metro y Residencial Metropolitan. Según indicaba el Consistorio en una nota de prensa, “el proyecto permitirá recuperar para la ciudad un enclave próximo a Cuatro Caminos con gran potencial urbanístico”. La transformación de la zona será integral mediante la construcción de viviendas, oficinas y aparcamientos y la apertura de nuevas zonas verdes y espacios públicos.

La iniciativa completará el trazado de las calles colindantes, al conectar la trama urbana de todo el entorno y ampliar varias manzanas, además del soterramiento de las cocheras de Metro. El plan contempla una superficie edificable total de 59.586,56 metros cuadrados. De esa cifra, 54.857,56 metros estarán destinados a uso residencial, distribuidos entre 52.650 metros cuadrados para vivienda libre y 2.207,56 para viviendas de protección pública de precio limitado (VPPL). Además, se reservarán 4.728,64 metros cuadrados para oficinas. Como parte del acuerdo, el 10% de este espacio será cedido al Ayuntamiento de Madrid, lo que supone 5.486,76 metros edificables y 472,86 destinados a uso terciario.


Planeamiento urbanístico sobre las Cocheras de Cuatro Caminos aprobado por el Ayuntamiento de Madrid

El presupuesto global asciende a 28,6 millones de euros, de los cuales 13,3 se destinarán a la estructura de la nueva cochera (incluyendo 1,2 millones ya invertidos en la demolición anterior), y los 13,4 millones restantes se dedicarán a las obras de urbanización. Estas actuaciones deberán completarse en un plazo máximo de 60 meses desde su inicio.

Respecto al inicio de las edificaciones, el proyecto establece un plazo máximo de dos años desde que se autorice la ejecución simultánea o desde que se recepcionen las obras de urbanización. Además, la solicitud de licencias de edificación para todos los lotes deberá llevarse a cabo en un plazo no superior a ocho años.

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