miércoles, abril 16 2025

La UE amenaza con impuestos a las ‘Big tech’ como Meta o Google si fracasan las negociaciones con Trump

Bruselas asegura que sigue trabajando en contramedidas a los aranceles de Trump mientras dura la tregua arancelaria y advierte de que las normativas digitales de la UE «son intocables»

El freno de Trump a la guerra comercial no aleja la incertidumbre

Una de cal y una de arena. La Unión Europea ha suspendido la aplicación del primer paquete de aranceles que había aprobado para responder al golpe al acero y el aluminio y también paraliza cualquier contramedida frente a la tasa del 25% a los coches y el arancel general del 10% que aún están en vigor. Deja así, por tanto, sin contestación una afrenta que afecta a cerca de 100.000 millones de euros como gesto de buena voluntad ante unas negociaciones. Pero advierte de que si no hay un acuerdo con Donald Trump, pasará al ataque y lo hará con impuestos a las grandes empresas tecnologícas (‘Big tech’).

“Estamos desarrollando medidas de represalia”, afirma la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una entrevista en Financial Times con el objetivo de que llegue a Washington el mensaje de que si no hay un acuerdo la UE no pretende enterrar el hacha de guerra: “Hay una amplia gama de contramedidas en caso de que las negociaciones no sean satisfactorias”.

“Un ejemplo es que se podría poner un gravamen a los ingresos publicitarios de los servicios digitales”, le dice Von der Leyen al periódico británico. Eso supondría un golpe a las compañías de Silicon Valley, como Meta, Google, etc., que azuzaron a Trump contra las leyes digitales de la UE. Von der Leyen tampoco descarta la activación del denominado Instrumento Anti-coerción que la UE diseñó tras el primer mandato del republicano para defenderse de chantajes comerciales.

Y hasta cierto punto la dirigencia europea considera que eso es lo que está habiendo ahora: presión para que la UE cambie sus reglas digitales o su sistema impositivo ya que los denominados ‘aranceles recíprocos’ se justifican en buena medida en el IVA, que grava a todos los consumidores por igual. Von der Leyen descarta hacer cambios. De hecho, asegura que las leyes en materia digital de la UE son “intocables”, así como el IVA: “No están en los paquetes de negociación porque son nuestras decisiones soberanas”.

Von der Leyen considera que la tregua de 90 días que decretó Trump con una suavización de los aranceles y a la que la UE reaccionó dejando sin respuesta el ataque sin precedentes que se ha producido hasta ahora debe culminar en un acuero “completamente equilibrado”. Y si no lo hace, la UE va a disparar especialmente al sector servicios, que es en el que tiene un mayor déficit respecto a EEUU.

Y es que gran parte de la preocupación de la UE es que las contramedidas que pueda imponer pasen factura a los productores europeos.

Von der Leyen también se refiere a otro de los temores que tienen las capitales europeas ante la escalada de la tensión entre Washington y Pekín: que los productos chinos acaben inundando el mercado comunitario. De hecho, en una llamada con el primer ministro, Li Qiang, la presidenta de la Comisión Europea, que planea una cumbre en ese país en julio, le pidió colaboración para evitar ese problema.

“Ambos líderes discutieron la creación de un mecanismo para hacer un seguimiento de la posible desviación del comercio y garantizar que se aborda debidamente cualquier novedad”, dijo en un comunicado el gobierno comunitario.

La alemana envía un mensaje de tranquilidad al asegurar que se activarán “salvaguardas” -en el caso del acero y el aluminio se han impuesto restricciones a las importaciones- y también asegura que consiguió garantías de su interlocutor, que le respondió que ese “riesgo no existe porque estimularán el consumo en China”.

Lo que también apunta Von der Leyen es que la guerra comercial iniciada por Trump supone “un punto de inflexión” en el sistema de comercio global. “Nunca más volveremos al statu quo”, reflexiona Von der Leyen, que advierte de que las turbulencias sólo han dejado “perdedores”. “Hoy vemos el coste del caos (…) los costes de la incertidumbre que vivimos hoy serán elevados”, alerta.