domingo, abril 20 2025

Los obispos reclaman un pacto por la migración: «¿En qué cabeza cabe que no les acojamos?»

El cardenal de Madrid defiende el acuerdo alcanzado con el Gobierno para la resignificación de Cuelgamuros, y se muestra preocupado por «la violencia y la polarización. Uno va por la calle y ya escucha los gritos»

Los obispos españoles creen que la inmigración no es el problema, sino la “principal solución”

“El otro día encontramos a una chica que venía huyendo desde Nigeria de granjas de mujeres. ¿No la vamos a acoger? ¿En qué cabeza cabe? Hay padres que sortean a cuál de sus hijos mandan a Europa, porque saben que el resto va a morir. Tenemos que sentarnos y hacer un pacto de Estado”. El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, planteó esta mañana, durante un desayuno en el Foro de La Razón, un acuerdo con PSOE y PP para que aporten una solución global al tema de los menores migrantes, las pateras, Canarias o los extranjeros que ya están en España, trabajando, pero sin derechos, tal y como plantea la iniciativa Legislativa popular (ILP) presentada en el Congreso con el aval de más de 600.000 firmas ciudadanas.

En este sentido, el vicepresidente del Episcopado español planteó que “la migración no va a ser un problema puntual” y pidió tener en cuenta que estamos hablando de personas. “Los que vienen en pateras van huyendo de infiernos”. Por eso, al igual que pidió el presidente de la CEE, Luis Argüello, en su discurso de la pasada semana en la Plenaria, Cobo reclamó la aprobación de la ILP de regulación masiva de migrantes. “Son los que cuidan a nuestros padres, los que llevan al cole a nuestros niños, los que limpian la casa… y los tenemos sin papeles. ¿Tampoco hacemos nada? Aumentar la masa, y pagarles en negro”, lamentó. “Nuestra Iglesia está cambiando, y está cambiando gracias a la migración”, sostuvo Cobo en su intervención inicial.

Acuerdo por Cuelgamuros

Uno de los temas de la conversación giró en torno a la resignificación de Cuelgamuros. El purpurado, encargado de ser “interlocutor” entre Iglesia y Gobierno, explicó las bases de la negociación, cuyos detalles adelantó en exclusiva elDiario.es. Sí quiso dejar claras tres cosas: una, que “estamos todavía en diálogo”. Dos, que “el actor principal es el Gobierno”, que es “quien lo ha administrado a través de Patrimonio”, mientras que “la Iglesia ha ido allí porque el Estado le llamó en su día”. Y tres: “Sabemos que la comunidad sigue (eso es lo que queríamos saber), y sigue la basílica y el culto. Se respetarán los elementos religiosos”.

En cuanto a las polémicas, Cobo asumió que le falta “entender qué ha pasado y por qué se han removido las aguas”. “Me tocó conectar cada una de las jurisdicciones. Nosotros ni hemos marcado fechas ni sabemos lo que ahí se resignifica. Estamos con una misión: orar por la paz. Hay una Iglesia, y las iglesias son para orar por la paz”, dejó claro, apuntando también que “la abadía tiene que cumplir sus normas”.

En cuanto al futuro, insistió en que “estamos esperando qué proyecto va a haber allí”. Sobre los escraches sufridos por los ultras la pasada semana, Cobo destacó que “se vive mal”, pero también quiso diferenciar que en Añastro “había muchos tipos de gente”.

Abusos y Papa

“El problema es que el Valle lo han querido teñir de un color, y la Iglesia no entra ahí”, recordó el arzobispo de Madrid, que insistió en que “mucha gente se ha dejado llevar, y otros organizados que no sé lo que querían”. En todo caso, “la ocurrencia no ha sido nuestra”. “Me preocupa el tema de la violencia y la polarización. Uno va por la calle y ya escucha los gritos”, lamentó. El cardenal también abordó los abusos en la Iglesia y apostó por una sociedad de los cuidados, planteando especial atención a la salud mental, y al papel de diálogo de la Iglesia. Nuestra iglesia está para hablar y dialogar con la sociedad“.

Sobre Francisco, Cobo subrayó que “me consta que el Papa sigue despachando, y está enterado absolutamente de todo”. “La cabeza va por delante del cuerpo, y el cuerpo a veces no le sigue”, incidió, recalcando que Bergoglio “va recuperando la salud y la movilidad. Parece que va a buen ritmo, pero un mes o dos meses no se los va a quitar nadie”.

En cuanto a la renuncia, “él lo ha dicho alguna vez, que cuando los que estén cerca le digan que ha perdido la cabeza, se fiará de ellos. Pero la cabeza que tiene ahora no la ha perdido”, aclaró. “Sabemos que el Papa nos acompaña, y que sigue gobernando la Iglesia. Me temo que no es el momento todavía”, finalizó.

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