jueves, marzo 20 2025

Milei militariza los alrededores del Congreso de Argentina ante las protestas y logra el aval para endeudarse con el FMI

Fuera del Palacio Legislativo, un despliegue de vallas y policías buscaba restringir la protesta; dentro, diputados ultras y aliados de derecha y centro respaldaron el decreto para pactar un préstamo con el FMI

Con la presencia de vallas y un enorme despliegue policial en las cercanías del Congreso, el gobierno de Javier Milei dio la espalda una vez más a las miles de personas que marcharon junto a los jubilados. Dentro del Congreso el presidente obtenía otro blindaje: diputados ultras y aliados de derecha y de centro dieron el aval a su decreto para que Argentina vuelva a endeudarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta vez la amenaza de represión no pasó a la acción, a diferencia de hace una semana, cuando un policía disparó una granada de gas a la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, quien continúa peleando por su vida. 

Como un déja vu de 2018. Aquel año el gobierno de Mauricio Macri —hoy aliado de Milei— volvía al FMI y daba inicio a un nuevo ciclo de sobreendeudamiento en Argentina. Su ministro de Economía era Luis Caputo, el mismo que actualmente ocupa ese cargo en el gobierno ultraderechista. En enero de 2022, cuando Argentina selló un acuerdo por 44.500 millones de dólares, Milei atacó a Macri, acusándolo de llevar al país al colapso. Entonces gobernaba Donald Trump en Estados Unidos. El regreso del magnate republicano a la Casa Blanca en enero de este año no hace más que acentuar la sensación de que esta historia ya fue contada.

Ahora Milei, quien ha insistido con el discurso de haber saneado la economía, reconoce que el crédito del organismo internacional es un “salvavidas”. Así lo expuso en su decreto de necesidad y urgencia (DNU). “Que la gravedad de la situación descrita y la necesidad de solucionar de manera inmediata la situación en la que se encuentra el activo de la autoridad monetaria del país y cancelar deuda con el FMI a los efectos de garantizar el orden público económico configuran circunstancias excepcionales que justifican el dictado de la presente medida”.

Según una ley aprobada en 2021, cualquier aumento de la deuda externa argentina, incluido un acuerdo con el FMI, debe ser aprobado por el Congreso. Sin embargo, el presidente ultra se salteó el camino institucional. Sin precisar montos, cronograma de pagos, ni condiciones, el Ejecutivo plantea un programa de facilidad de financiación extendida a 10 años con un período de gracia de 4,5 años para canjear bonos del Banco Central de Argentina (BCRA) y reembolsar el programa vigente con el FMI.

“Un cheque en blanco”

 El DNU (decreto de necesidad y urgencia) recibió este miércoles el apoyo de diputados ultra de La Libertad Avanza, conservadores del partido PRO de Macri, el ala de derecha de la UCR, peronistas disidentes y representantes de partidos provinciales. En contra votaron el bloque peronista Unión por la Patria, la izquierda y la UCR de centro. El diputado Eduardo Toniolli, de Unión por la Patria, señala a elDiario.es que el decreto presidencial es un atropello a lo que establece la Constitución. “Cualquier proceso de endeudamiento debe pasar por el Congreso. El gobierno ha hecho un mecanismo inverso (primero el decreto, después del debate parlamentario)para darle una pátina de legalidad. Desde el bloque rechazamos de plano darle un cheque en blanco a Caputo, que es el responsable del endeudamiento más brutal que haya atravesado la Argentina en el año 2018”. 

El país enfrenta pagos de intereses al FMI por 2.100 millones de dólares hasta finales de 2025, con vencimientos a partir de septiembre de 2026. Las reservas netas del Banco Central de Argentina (BCRA) son negativas en aproximadamente 10.000 millones de dólares, según numerosos economistas. En lo que va del año, la autoridad monetaria ha perdido 1.500 millones en reservas brutas, que ahora suman 27.700 millones.

Jorge Carrera, investigador de la Universidad Nacional de La Plata y ex vicepresidente del Banco Central (2020-2023) afirma a elDiario.es que el Ejecutivo actual ha presentado un relato inverosímil. “El gobierno ha hecho un relato respecto a fortalecer el activo del Banco Central, usando los dólares que nos va a dar el Fondo Monetario y con eso eliminamos la deuda que tiene el Tesoro con el Banco Central. Tomaremos 10.000, 12.000 millones de dólares o más de deuda externa. Esto es una operación de generación de humo, es decir, una operación donde se cuenta un relato para confundir y que el objetivo principal que tiene esto es el siguiente: que los dólares vayan al Banco Central y éste tenga la posibilidad de usarlos para intervenir en el mercado cambiario y mantener el valor del dólar en niveles controlables hasta las elecciones legislativas de octubre”. 

Carrera insiste en que el Ejecutivo apura los tiempos en clave electoral. “Hay un apuro en cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario porque yo diría que el programa económico pasó su momento de máximo esplendor. Empieza a haber desconfianza sobre la capacidad del gobierno de acordar con el Fondo Monetario y, sobre todo, acordar con el Fondo sin que éste le pida una cuestión que, para el gobierno, es de vida o muerte, que es devaluar. El gobierno no quiere devaluar, por lo menos, hasta el 31 de octubre”- 

La incertidumbre radica en cuánto margen tendrá el ministro Caputo para utilizar el préstamo para intervenir en el mercado cambiario y así evitar una posible depreciación del peso argentino. Necesita esto para reducir la volatilidad económica y, en última instancia, para mantener su nivel de aprobación. 


Una mujer participa en una manifestación este miércoles, frente al Congreso en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

La economista Mercedes D’Alessandro señala a elDiario.es que el gobierno no sólo se saltea una ley en el Congreso, sino que no detalla los términos del pacto. “No dice bajo qué condiciones se va a cumplir ese acuerdo, todos los acuerdos tienen condicionalidades, metas de reservas, metas de inflación, metas de superávit fiscal, metas de ciertas determinadas reformas estructurales, bueno, todo eso no aparece detallado en el DNU, con lo cual hoy por hoy Milei firma un cheque en blanco”. 

D´Alessandro agrega: “el decreto dice que si no se negocia un acuerdo se viene una tragedia. O sea, manifiesta una situación crítica de la economía argentina que no es la que Milei muestra después en otros discursos. En otros discursos dice que nos va bárbaro, que él logró sanear las cuentas, que el ajuste más grande en la historia de la humanidad es una cosa buenísima”.

Detrás de las vallas que rodeaban las inmediaciones del Congreso miles de personas, entre grupos de sindicatos, de trabajadores de la prensa y jubilados protestaron contra el ajuste y la cacería de la semana anterior. A pesar de las amenazas de “represión” por altoparlantes en las estaciones de trenes, las requisas en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires y el gran despliegue policial, la movilización transcurrió sin incidentes.

Desde la Casa Rosada les ordenaron a las fuerzas de seguridad que no avanzaran contra los manifestantes y se quedaran en todo momento detrás del vallado que montaron temprano cerca del Palacio Legislativo

Cubierto con una bandera celeste y blanca, Sergio Ríos, jubilado, dijo: “Nosotros estamos pagando las deudas hasta de los milicos. Caputo estuvo con Macri, ahora con este muchacho que quiere dar cátedra de economía. Más que una democracia, Argentina parece una colonia de los gringos”. 

Y la historia parece repetirse.