El Tribunal Superior de Madrid explica que la menor, que tenía 12 años cuando se fugó del Centro de Menores de la Comunidad, fue convencida por su tía para prostituirse a cambio de cocaína: «Es una niña muy dañada»
Archivo – Diez condenados a penas de hasta 27 años de cárcel por prostituir y drogar a una niña tutelada en Madrid
La Justicia ha confirmado las condenas de hasta 27 años de presidio impuestas a un grupo de diez personas que prostituyeron a una niña menor de edad que se había escapado de un Centro de Menores de la Comunidad de Madrid. El Tribunal Superior de Justicia (TSJM) de la región rechaza los recursos que interpusieron tanto su propia tía, que indujo a la niña a prostituirse, como los hombres que abusaron de ella a cambio de cocaína y dinero. “Es una niña muy dañada”, dijo la directora del Centro del que se escapó cuando tan solo tenía 12 años.
La víctima vivía entonces en régimen abierto en un piso tutelado de la administración regional cuando un día de octubre de 2019 se marchó para volver con su tía materna. Según la documentación del caso, que ha podido examinar elDiario.es, ya había vivido con ella durante varios años y creyó que era la “única” que podía salir en su ayuda. Pero se trataba de una mujer que llevaba años enganchada a las drogas y que introdujo a su sobrina menor de edad en el mundo de la prostitución.
Ante la Policía y el juzgado la menor describió con todo lujo de detalles cómo fue lanzada a una espiral de prostitución, drogadicción y agresiones sexuales en portales y garajes de Madrid. Los mensajes que aportó también reflejaban cómo su tía daba las instrucciones para verse con hombres y conseguir droga, y también cómo algunos de estos hombres la instaban a “dejar la coca”. Los responsables del piso tutelado y Centro de Menores de donde se escapó también fueron claros. “Era una niña muy afectada, muy dañada, con mucho daño psicológico. Su tía la había vendido”, explicaron en el juicio.
Su testimonio, el de su hermanastra que acudió en su ayuda y las pruebas recogidas a lo largo de la investigación fueron suficiente prueba para que la Audiencia Provincial de Madrid, tal y como reveló elDiario.es, impusiera condenas de hasta 27 años de cárcel a las diez personas que intervinieron en este entramado de prostitución y drogas: desde los seis años impuestos a su tía hasta la condena máxima para uno de los hombres que violó a la menor, además de una indemnización conjunta de 60.000 euros.
El caso llegó hasta el Tribunal Superior de Madrid con buena parte de los condenados agarrándose a un mismo aspecto: que la víctima, después de un tiempo en paradero desconocido, reapareció justo antes del juicio para dar una versión distinta de los hechos. Exculpó a su tía y también a buena parte de los hombres encausados por haberle dado drogas y dinero a cambio de someterse a sus abusos sexuales.
Tanto la Audiencia como el TSJM entienden que este cambio de versión responde a un “conflicto de lealtades” y que la realidad es que durante meses fue prostituida en las calles de Madrid tras fugarse del piso tutelado. Algunos hombres de la lista de condenados llegaron a esgrimir las palabras del padre de la víctima como estrategia de defensa: “Ha sido muy mentirosa siempre, siempre ha estado con gente mayor”.
Los jueces confirman todas las condenas de prisión y explican que la actitud de la menor de edad, lejos de ser un descargo y disculpar la actitud de todos los adultos que se aprovecharon de ella, solo apuntala su culpabilidad. “El lamentable desarraigo y desestructuración familiar de la menor, sus fugas del centro de menores y sus tempranas relaciones sexuales, en nada afecta a la realidad de los hechos, poniendo únicamente de relevancia su especial vulnerabilidad”, explican los jueces.
Una niña “instrumentalizada” por adultos
La víctima, explica esta segunda sentencia, era “una joven altamente vulnerable y en situación de riesgo psicosocial, con rasgos de dependencia y una grave inestabilidad física y emocional, una trayectoria de victimización, falta de cuidados, sexualización temprana y desajustada y consumo de drogas”. Todo eso, concluyen, “ha propiciado la instrumentalización de la menor por los adultos”.
Algunos de los hombres condenados en este caso alegaron ante los tribunales que creían que la niña tenía más de 16 años o que la diferencia de edad entre ellos no era tan grande. “Difícilmente puede sostenerse que el acusado desconociera la edad de la víctima”, responden los jueces a un de ellos, teniendo en cuenta que sabía que se había escapado de un Centro de Menores y que conocía a su padre.
El condenado regentaba un bar al que la niña iba con su padre años atrás y según dijo en primera instancia la Audiencia Provincial de Madrid el aspecto de la víctima era “claramente incompatible” con poder llegar a pensar que en ese momento era mayor de edad. En otro caso, la sentencia explica que las “relaciones sexuales tempranas” de la niña, fruto de una “vida desarraigada”, no hablan de una “mayor madurez”, sino de una “particular vulnerabilidad” de la que se aprovecharon numerosos hombres.