Nueva polémica por una maniobra antipiratería de LaLiga. Desde comienzos de febrero, durante la emisión de los partidos de fútbol en España, miles de páginas web quedan inaccesibles para millones de usuarios. El motivo es que la organización que dirige Javier Tebas ha conseguido la autorización para bloquear grandes paquetes de contenido digital, entre los que se encuentran retransmisiones ilegales de los encuentros, pero también incontables servicios legales que se convierten en daños colaterales de los intereses de LaLiga cada vez que el balón echa a rodar.

Fuentes de la patronal del fútbol aseguran que estos bloqueos tienen amparo en una orden judicial, aunque se han negado a suministrarla ante las peticiones de este medio. Así mismo, evitan aclarar si este tipo de interrupciones masivas pasarán a ser habituales. Los problemas de acceso comenzaron en la jornada del 2 y 3 de febrero, pasaron a ser masivos una semana después, coincidiendo con el derbi entre Real Madrid y Atlético de Madrid, se han repetido este martes y el miércoles, durante los partidos de competiciones europeas.

Matar al mensajero

La nueva táctica de LaLiga para acabar con las retransmisiones pirata tiene como objetivo a Cloudflare y se basa en matar al mensajero de los contenidos. Aprovechar un cuello de botella de Internet para cortarlo, caiga quien caiga.

Cloudflare es una CDN (Red de Distribución de Contenidos, por sus siglas en inglés), uno de esos servicios de los que depende el correcto funcionamiento del Internet global, pero que son desconocidos para el gran público. Las CDN actúan como intermediarios entre el usuario y las páginas web y aplicaciones, ayudando a estas últimas a llegar más rápido a los usuarios independientemente de dónde se encuentren sus servidores, reduciendo la posibilidad de caídas del servicio y protegiéndolas de ciberataques, redes de bots y otros tipos de tráfico malicioso.

En Cloudflare, en concreto, es una de las tres CDN más grandes del mundo. Más de 160.000 webs y servicios digitales españoles la utilizan. En todo el mundo son más 28 millones. LaLiga alega que entre ellas hay algunas que se usan para hacer retransmisiones ilegales, por lo que ha exigido a los proveedores de Internet que bloqueen a los usuarios el acceso a direcciones IP públicas de Cloudflare durante los partidos, lo que en la práctica hace inaccesibles miles de webs legales que utilizan su CDN, entre los que se encuentran desde pequeñas páginas de pymes hasta servicios críticos.

Aunque Cloudflare es la más afectada, la medida también se ha dirigido contra Google, que también ofrece servicios CDN. “Google, Cloudflare, VPNs y otros agentes involucrados en el consumo de piratería adquieren responsabilidad de las actuaciones ilegales que están permitiendo y de las cuales se lucran. LaLiga, amparada por la justicia, no se detendrá en la defensa del fútbol y los intereses de sus clubes ante actuaciones criminales vinculadas al fraude audiovisual y su blanqueo”, ha afirmado la patronal del fútbol en un comunicado.

Cómplices de piratería

En contacto con elDiario.es, fuentes oficiales de Google no han querido posicionarse sobre las manifestaciones de LaLiga, remitiéndose a sus medidas contra la piratería. Cloudflare, en cambio, se ha afeado abiertamente que la organización dirigida por Javier Tebas sabía que sus acciones equivalían a apagar buena parte del Internet español durante los bloqueos, pero que decidieron apretar el botón rojo igualmente.

“Aunque LaLiga comprendía claramente que el bloqueo de direcciones IP compartidas afectaría a los derechos de millones de consumidores a acceder a cientos de miles de sitios web que no infringen la ley, LaLiga siguió adelante con dicho bloqueo”, expone la compañía en un comunicado remitido a este medio: “Esto parece reflejar una creencia errónea de que sus intereses comerciales deben prevalecer sobre los derechos de millones de consumidores a acceder a Internet”.

No obstante, la clave está en otra parte de su comunicado, en la que explica cómo organiza su servicio. “Como prácticamente todos los grandes proveedores de servicios en la nube, Cloudflare utiliza direcciones IP compartidas para gestionar su red, lo que significa que se puede acceder a miles de dominios con una única dirección IP”, detalla. Esta práctica es la que a juicio de Tebas coloca a la compañía como cómplice de la piratería.

LaLiga dice que la compañía digital “se lucra con conocimiento de causa de las actividades ilegales relacionadas con la piratería de deportes en directo y otros delitos, como la estafa o fraude, ya que usa a sus clientes legales como escudo digital para proteger a organizaciones criminales y mafias”. Para la patronal, Cloudflare utiliza el agrupamiento de direcciones IP para proteger a los servicios ilegales y seguir cobrándoles por sus servicios.

Cloudflare es una compañía cuyos ingresos que superan los 1.500 millones de euros al año. A pesar de la polémica suscitada por la acción de LaLiga, sus acciones han subido un 12% esta semana. “LaLiga no se posiciona en contra del acceso libre a internet, sino que solicita medidas y lleva a cabo acciones controladas contra compañías u organizaciones que se lucran de actos ilegales y delictivos utilizando a empresas legales como escudo digital”, insisten desde la patronal del fútbol español.

Indignación general

Las explicaciones de LaLiga no han convencido a casi nadie. Afectados y organizaciones de defensa de usuarios y consumidores claman contra la acción que se ha llevado por delante miles de servicios legales, así como contra los operadores de Internet que han llevado a cabo el bloqueo indiscriminado. En este momento, los clientes más afectados son los de Movistar, Digi y O2.

“Es una bravuconada es de matón de colegio”, denuncia Rafael López, experto en ciberseguridad y jefe de Tecnología de la firma española Miolnir. “Bloquear los rangos de IPs de Cloudflare, de Google y de determinados sitios de VPN, eso realmente es matar moscas a cañonazos y una barbaridad a nivel técnico. Es como cortar una autovía entera solo porque a veces pasan coches que llevan droga”, continúa.

El especialista, uno de los afectados por los bloqueos, coincide en que Cloudflare “podría hacer más de lo que hace” para impedir que los ciberdelincuentes utilicen sus servicios. “Existe la duda, a nivel técnico, de si los piratas y los cibercriminales son muy buenos haciendo lo suyo, o si Cloudflare es muy lenta en eliminarlos porque mientras van teniendo un beneficio económico. Es cierto que podrían hacer mucho más y que los malos prefieren a Cloudflare antes que otras CDN”, destaca.

“Sin embargo, lo que también es cierto es que de esto hay evidencias desde hace mucho, pero no se ha hecho nada hasta que han tocado al fútbol”, afea: “Cuando eso causaba perjuicios económicos a empresas y ciudadanos de todo el mundo nadie hacía nada, pero ahora que toca el negocio de LaLiga, se permite el bloqueo de miles de webs para impedirlo”.

Rubén Sánchez, de Facua, apunta directamente a Movistar y los operadores que han llevado a cabo el bloqueo. “Creemos que lo que ha hecho Movistar es una gran chapuza en la que para perseguir la piratería se carga a gente que no tiene absolutamente ninguna responsabilidad al respecto, cercenando la libertad de información y la libertad de expresión”, denuncia ante elDiario.es.

En este sentido, desde Movistar señalan a este medio que “como operador”, cumplen “cualquier tipo de orden judicial recibida frente a contenidos ilícitos”. En el mismo sentido se expresan fuentes oficiales de Digi. No obstante, rechazan suministrar esa orden judicial ante la petición de elDiario.es.

Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas, avanza que su organización está valorando presentar una queja conjunta ante el Ministerio de Economía por lo ocurrido. “Los juzgados deberían detallar en las órdenes de bloqueo que les permite la ley, cómo se debe realizar, cómo se debe ejecutar esa orden y quiénes pueden o no pueden verse afectados”, destaca. Algo que, señala, no está ocurriendo en esta ocasión, con cientos de miles de perjudicados y una orden judicial para justificarlo que no ha salido a la luz.