viernes, enero 10 2025

El legado Azaña desde el interior de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

Una postal enviada desde París, varias primeras ediciones, un ejemplar de la primera obra traducida a otro idioma y una miniatura de un discurso de 1935 compondrán el legado ‘in memoriam’ del presidente de la Segunda República a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

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En el número 5 de la calle de la Imagen de Alcalá de Henares todavía se conserva el mismo portalón de madera que desde hace más de dos siglos abre la casa del que fuera presidente de la Segunda República, Manuel Azaña Díaz. En la primera planta, antes de que se conmemoren los 145 años del nacimiento del republicano este 10 de enero, espera María José Navarro Azaña, la familiar más directa que queda con vida de esta larga estirpe de complutenses. Sobre la mesa un documento, una postal y un libro, lo que ella dejará como legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.

No será la única. Isabelo Herreros, presidente de la Asociación Manuel Azaña, y el Foro del Henares, entidad azañista que todos los años celebra unas jornadas por estas fechas en Alcalá, completarán el homenaje. A escasos centímetros de otros legados de personajes del conocimiento y las artes, como Margarita Salas, Nicanor Parra, Antonio Bueno Vallejo y Severo Ochoa, reposarán primeras ediciones de novelas de Azaña, una carta postal enviada desde Francia y el discurso que el político dio ante más de 500.000 asistentes en el campo de Comillas de Madrid, en 1935.

Navarro agarra con firmeza y delicadeza un documento barnizado de color marrón por el paso del tiempo. “Aquí tenemos una inscripción notarial del registro, donde mi tío abuelo trabajaba. Es del 27 de mayo de 1924 y aparece su firma”, introduce. Aunque curioso, se trata del objeto menos personal que ella depositará en el Instituto Cervantes.

Le sigue una primera edición de la novela Pepita Jiménez, publicada por Manuel Azaña bajo el sello Cuadernos Literarios en 1927. Con un coste de 1,50 pesetas, el prolífico escritor y político pasaba así a la nómina de autores publicados en la misma colección, como Ramón Gómez de la Serna, Gerardo Diego, Azorín, Eugenio D’Ors, Santiago Ramón y Cajal y Ramón Menéndez Pidal.

La carta enviada desde París

Navarro, hija de Pepita Azaña Cuevas, a su vez hija de Gregorio Azaña Díaz, hermano del presidente, será la persona que más objetos donará en este homenaje. La Caja de las Letras del Instituto Cervantes guardará para la posteridad una carta remitida por su tío abuelo el 24 de noviembre de 1911, que llegó a Madrid dos días después. Escrita a Ramón de la Guardia, esposo de su hermana Pepita Azaña Díaz y enviada a la calle Imagen, por entonces número 3, de Alcalá de Henares, el futuro presidente le transmitía su buena llegada a la capital francesa.

En la postal aparece una imagen del Jardín de las Tullerías parisino. En su reverso, con la orientación girada, reza lo siguiente: “Querido Ramón: Acabo de llegar, sin novedad. Mientras encuentro mejor acomodo estoy instalado en el Hotel de la Loire, rue du Sommerard, 20. Ya os escribiré más despacio”. Firmado, Manolo.


Primera edición de la novela ‘Pepita Jiménez’, de 1927

Estos tres pequeños pero simbólicos documentos son apenas unos de los tantos que Navarro ha atesorado tras décadas de búsqueda. “Todo cuanto tengo ha sido resultado de preguntar y comprar en librerías de viejo y ferias”, comenta a escasos metros de la habitación que vio nacer a Manuel Azaña. Y añade: “Tengo algunas revistas y periódicos que mi madre guardó tras exiliarse cuatro años en Francia. Ahí aparecen noticias de la muerte de su tío. La pena es que era un tiempo de mucho miedo, y otras tantas cosas han terminado destruidas en el fuego”.

Azaña a través de su correspondencia

En el acto institucional también participarán el presidente del Instituto Cervantes, Luis García Montero, el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, y José Morilla Critz, presidente del Foro del Henares. Junto a ellos estará Jesús Cañete, responsable de las Jornadas Azaña organizadas por la entidad azañista. “Desde 2010, y con un parón por la pandemia, organizamos todos los años una serie de encuentros vehiculados a través de la figura y obra de Azaña. Este año contamos con el apoyo del Instituto Cervantes y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática”, introduce. Entre sus cometidos está poner en valor la impronta que Manuel Azaña dejó como complutense no solo en la ciudad alcalaína, sino a nivel estatal.

En esta ocasión, han preparado un completo programa que del 9 al 14 de enero abordará la correspondencia de Azaña con diversos políticos e intelectuales de la época. En el homenaje de este viernes 10 de enero del Instituto Cervantes, el Foro del Henares participará con parte del legado. Dejarán una primera edición realizada en Argentina por la editorial Losada de la novela La velada en Benicarló que data de 1939, escrita por Azaña tras los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona y que no vio la luz en España hasta bien entrada la década de 1970. También aportarán la primera traducción que se hizo de una de sus obras. “A pesar de ser un hombre muy francófilo, el italiano fue el primer idioma al que se tradujo una de sus creaciones”, cuenta Cañete.


Primeras traducciones de Azaña a otro idioma.

Se trata de una pieza de teatro breve que en España tan solo se representó bajo el título de Entremés del sereno y que sí se publicó como libreto en Italia, con el nombre de Intermezzo madrileno. Además, el volumen está acompañado por una pieza escrita por Ignacio Sánchez Mejías, el poeta y torero homenajeado por Federico García Lorca tras su muerte por una cornada en 1934, titulada La reina en castellano y La regina en italiano.

El discurso antes del Frente Popular

El presidente de la Asociación Manuel Azaña, Isabelo Herreros, también aportará una primera edición de la novela El jardín de los frailes, publicada en 1927. Herreros, por otra parte, es un personaje controvertido desde junio de 2023. Tras las elecciones municipales de aquel momento, el también antiguo militante de Izquierda Republicana acabó dando el Gobierno local de la localidad de Pelahustán (Toledo) al Partido Popular. El PSOE fue la opción más votada en este pueblo de la comarca de Sierra de San Vicente y cosechó tres concejales, al igual que el PP. El voto de Herreros, que encabezaba la lista de la Agrupación Electoral Pelahustán Existe, fue determinante.


Miniatura del discurso que Azaña dio en 1935.

De todas maneras, “Herreros es quizá la persona que más ha desarrollado un trabajo de divulgación e investigación en torno a la figura de Azaña”, le presenta Cañete. El presidente de la Asociación también dejará una miniatura del discurso que el mismo Azaña dio en 1935 ante medio millón de personas llegadas desde diferentes lugares de España: “Es el tercero de los grandes discursos que protagonizó ese año. Primero en Bilbao, luego en Valencia y por último en Madrid, Azaña valora políticamente la situación en un momento en el que las derechas gobiernan el país a través de la CEDA. Ahí deja entrever la candidatura común que después se materializaría en el Frente Popular en las elecciones de 1936”, explica Cañete.

La falta de una fundación hace peligrar el legado

Navarro, la sobrina nieta del presidente republicano, se afana en que no se pierda la memoria de una familia que lleva alojada en la misma casa desde poco después de 1800, tras unirse con la prestigiosa familia de los Catarineu, reconocidos por la producción de jabón y lejía. “Aquí quedan muchas cosas por hacer, aunque no veo mucho ánimo”, sostiene. En su mente revolotea desde hace años la idea de crear la Fundación Manuel Azaña con el propósito de que sea una entidad pública la que centralice su preciado archivo y se encargue de la divulgación de la figura de su tío abuelo.

“Lo que tengo yo lo tengo a nivel particular. ¿Qué pasará con ello cuando yo falte? Este Gobierno parece proclive a explorar la posibilidad de la fundación, aunque por el momento todo se ha quedado en buenas palabras, y el tiempo pasa”, se queja Navarro. Cañete, por su parte, también ve con buenos ojos la creación de una fundación, “sobre todo para indagar, no tanto en su obra, que ya está muy bien estudiada y accesible, sino en lo que concierne a su tiempo, sus intereses y relaciones, que son de una riqueza infinitas”, concluye este experto.